Asomó por el escenario poco después de las once para interpretar “Volver”, pero fue cuando cantó “Quiero” el momento de atrapar a  un público que le acompañaría en muchas de las canciones, ya fuera con las palmas, balanceando los móviles encendidos o cantando las propias canciones. Dibujar cada mañana un día nuevo para ti.

El concierto subía de grado y así cantó Gitana de Madrid. Quiero recordar que estás aquí, gitana de Madrid para seguir con París un tema que aparecerá el próximo mes de septiembre. Cantaba con esa voz tan suya, bailaba por el escenario se acercaba a los tres buenos músicos que le acompañaban y a veces cogía la guitarra. Uno de los momentos más especiales fue cuando cantó su gran éxito: Juramento eterno de sal. Y volverán las ganas de bailar de aquellas noches locas recorriendo Portugal.

Sonaron los acordes del tema duele y se encendieron cientos de linternas de móviles. Serás el amor de mi vida aunque mañana ya no estés. Estás en todas mis canciones y en los recuerdos del ayer. El guitarrista tomó protagonismo con varios solos de mucho nivel, mientras que Álvaro de Luna, entre tema y tema, dialogaba pausadamente con el público y le agradecía la responsabilidad con que estaba siguiendo el concierto.

En el tramo final interpretó una canción inédita titulada “Incógnita”, siguió con “Baila un vals a ritmo de soul” que le hizo moverse frenéticamente sobre el escenario y otros temas como “Morena” lleno de ritmo y pasión. Se despediría cantando de nuevo Juramento eterno de sal después de hora y cuarto de concierto  y haberlo puesto todo sobre el escenario. El público, que lo tuvo que seguir sentado, vibró con el joven artista. Al buen espectáculo contribuyeron los técnicos de luz y sonido creando unos efectos que crearon en el Paco Gálvez la magia de las grandes noches de música en la feria de Tomelloso.