Justo una semana después de la celebración de la Fiesta de las Letras,  los periodistas de La Voz de Tomelloso hemos entrevistado a Clara López Cantos, la creadora del nuevo formato de un certamen que ha cumplido ya setenta años y que es el que más solera guarda de todos los que se celebran en España. Solo han pasado siete días, pero el corto periodo de tiempo ya permite ver lo hecho con cierta perspectiva. La conversación discurre en una de las terrazas de la plaza de España en un lunes que significa la reincorporación al trabajo para mucha gente y en el que ya se respiran aires de vendimia. El días es nublado, pero con un calor sospechoso de agua o tormenta. Como siempre, Clara se piensa sus respuestas y utiliza las palabras justas y precisas para contestar.

-Le ha tocado celebrar una Fiesta de las Letras muy especial ¿no cree?

-Sí. Me presenté a una bolsa de artistas y por mi perfil me propusieron organizar el certamen y orientarlo más a que fuera de tipo de festival, con más actos en la calle y la idea me encantó. En pandemia me dio por leer mucho a autores de aquí, para estar más cerca de los nuestros después de unos meses en los que lo habíamos pasado tan mal en la ciudad. Leí un libro de Historia de la Literatura en Tomelloso, de Rubén Pérez, y encontré la idea esta de la poesía de quintería y esa costumbre de escribir en los muros en el Sábado de Gloria. Me pareció una tradición preciosa que había que recuperar.

-Esa poesía de quintería, uno de los ejes del certamen, no ha sido demasiado valorada hasta ahora.

-Es cierto y es un poco nuestro pasado y la raíz desde donde ha ido creciendo de todo. Ha habido un segundo homenaje a Guadalupe Grande que nos dejó este año, y aunque mucha gente no la conoce, tiene una trayectoria impresionante que me apetecía poner en valor.

- Esa poesía de quintería más tradicional se ha combinado con poesía vanguardista y actual en un denso mes de cultura, ¿cómo ha resultado esa mezcla?

-Hay un verso de Guadalupe Grande que expresa esta idea: viene la caligrafía del tiempo, viene y va. La Fiesta de las Letras ha pretendido ser un vínculo entre el pasado y futuro de nuestra cultura.

-¿Ha supuesto mucho esfuerzo poner en marcha este maremágnum de cultura durante todo el mes de agosto?

-Sí, ha habido que trabajar mucho, pero creo que la ilusión ha podido con todo lo demás para desarrollar un proyecto que era muy ambicioso; se trataba de  hacer algo que no se había hecho nunca. He contado con el apoyo de Nazareth, Miriam y muchos colaboradores,  además de los propios creadores y los poetas que han trabajado al unísono, en un ambiente muy bueno, y así todo ha resultado mucho más fácil.

-Una semana después ¿qué regusto le deja la Fiesta de las Letras?

-Lo que ha costado más es tener la cabeza en varios frentes a la vez durante un mes.  En líneas generales, estoy contenta porque todo ha salido bien. En los primeros eventos no fue mucho público, pero notamos que a medida que se iban celebrando nuevos actos se incorporó mucho más público, quizá por el boca a boca y porque la gente fue hablando  bien de las cosas que veía.

-Todo culminó con el acto final de la Fiesta de las Letras que también sorprendió gratamente…

- La verdad es que salió bien. Llevamos grabando desde junio, con fines de semana a destajo y al final nos quedó buena sensación. Se trataba de combinar, y que resultara fluido, lo audiovisual con la puesta en escena de los actores.  Era la culminación del trabajo y estábamos todos algo nerviosos, con mucha tensión acumulada, pero al  final todo salió bien y las críticas que nos han llegado ha sido buenas, aunque me imagino y acepto que también pueda haber críticas negativas. Nos pareció importante dar protagonismo a los poetas locales, darles voz, aunque no pudimos coger a todos para no alargar el acto en exceso. Hemos comprobado que Tomelloso puede tener un festival muy chulo, partiendo de la base que dan setenta años de certamen que no lo tiene todo el mundo. Ha sido un trabajo de equipo, muy colaborativo y estoy muy agradecida al apoyo de todos, especialmente a Nazaret y Miriam, la gente del equipo técnico y a la gente que dio voz a los poetas que hicieron un trabajo muy bueno.

-El caso es que usted no para con el documental sobre Dionisio Cañas y el pasado fin de semana ha estado en otro festival en Toledo ¿cómo ha resultado?

-Muy bien. Hemos ido de una plaza a otra en un marco precioso. Ahora nos queda Quintanar, en octubre y terminaremos subiendo la película a una plataforma para que la gente lo pueda ver y disfrutar.