Los primeros compases de la banda iniciaron las fiestas marcando el fin del verano, aquel en el que viví para cogerle la mano subiendo a Los Almorchones, para empaparme con la catarata de su risa en la piscina de sus primas, para dejarme ganar en los paseos en bici y para verla sonreír cuando tenía buenas cartas.
Un cóctel de anticipación, nervios y jolgorio se agitaba en mi estómago al ritmo de la música. Mi hermana me sacó a bailar mientras yo escudriñaba el horizonte y la pisaba sin propósito de enmienda. Al verla me quedé sin aliento y me temblaron las piernas.
Bajo los cohetes me atreví a besarla.
Nota:
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Sábado, 21 de Diciembre del 2024
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