En los discursos de los responsables políticos una de los términos que más se escucha últimamente es el de despoblación. Aunque tarde, los gobernantes parecen haberse tomado en serio el problema de la España vaciada, bien visible en nuestra región, con numerosos pueblos que se quedan sin vida ante la ausencia de servicios públicos, movimiento económico y oportunidades, que es lo mismo que decir ausencia de futuro. El desequilibrio entre grandes ciudades y mundo rural se agudiza día a día y ninguno de los dos extremos es deseable, ni el de las ciudades congestionadas ni el de los pueblos desiertos.
En los últimos meses se han sucedido foros y encuentros para emitir un diagnóstico del problema con el fin de articular después las medidas, programas y políticas conducentes a enderezar el rumbo de los pueblos rurales. Medidas fiscales que permitan a las grandes empresas deslocalizar actividades en núcleos más pequeños; el fomento de la vida cultural, el ocio y el turismo; formación de jóvenes en trabajos específicos del medio rural; recuperación de las redes de transporte que conecten los pueblos pequeños con las grandes ciudades; extender el uso de internet y las nuevas tecnologías de la comunicación; un reparto de fondos de la UE y el Estado que no solo tenga en cuenta el criterio poblacional; el fomento del autoempleo y el sostenimiento de los servicios públicos son algunas de las medidas que se consideran necesarias e imprescindibles.
A todas ellas se puede añadir el deporte, como otra interesante vía para poner freno a la despoblación. El reciente éxito de la 10K de Tomelloso, el agotamiento de las plazas hoteleras en Ciudad Real con motivo del Quijote Maratón, el gran ambiente que se respiró también en Tomelloso con ese gran torneo de fútbol base en el que participaron algunas de las canteras más importantes del país, la gran acogida que suelen tener pruebas como la Titán de la Mancha en Alcázar de San Juan, el triatlón de Las Lagunas de Ruidera, las carreras populares del Circuito de Ciudad Real, las ligas deportivas o las competiciones de ciclismo, entre otras muchas, refuerzan esta tesis.
Tampoco debe olvidarse el importante reclamo que supone para algunas localidades contar con equipos deportivos en la élite como Valdepeñas o Manzanares, que han alcanzado la primera división nacional del fútbol-sala o el Kiele Socuéllamos, consolidado en la superliga de Voleibol…demuestran la mucha vida y economía que el deporte inyecta a las poblaciones.
Pueblos más pequeños están apostando por organizar pruebas trail de extrema dureza que gozan de gran aceptación entre los amantes del deporte, también el mountain bike, el senderismo o disciplinas acuáticas. El deporte es un fenómeno en alza que debe aprovecharse para poner coto a la temida despoblación.
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Jueves, 25 de Abril del 2024
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