Opinión

Las sonrisas

Ramón Serrano García | Lunes, 1 de Noviembre del 2021
{{Imagen.Descripcion}}

Como antiguos jubilados que éramos, Antonio y yo gustábamos de pasar nuestras muchas horas libres recordando viejos tiempos y, sobre todo, revisando y comentando antiguos trabajos escolares de  gramática, geografía, literarios, o cualquier otro. Cierto día insistió en que le acompañase a su casa para mostrarme determinados papeles y apuntes que conservaba de su época bachillera, allá por tierras castellanas viejas.

Eso hicimos y, al llegar a su domicilio, pasamos a su despacho, y de inmediato sacó un montón de hojas llenas de escritos. Empezó a buscar entre ellas las que contenían los temas que nos ocupaban y dejó otras sobre la mesa. Distraídamente me fijé en el primero de ellas y vi algo que me llamó mucho la atención. Era un pensamiento, refrán, comentario o algo similar, que no estaba firmado, por lo que me quedé sin saber su autoría, pero que me pareció muy interesante y muy digno de meditar sobre ello. Decía así:

Las sonrisas de la gente rota son las más bonitas. Sonreír desde la tristeza cuesta el doble.

Lo copié en un papel que guardé en el bolsillo, y me puse de inmediato a comentar con Antonio el tema, creo que histórico, que nos había llevado hasta allí.

Ya en casa, lo releí varias veces y en cada una de ellas me auto convencía de la certeza de lo escrito porque, en realidad, es completamente creíble que la realización de una obra está muy influenciada, tanto a favor como en contra, por las coyunturas y contextos en los que se halla. El inefable José Ortega y Gasset, nos dice en su libro “Meditaciones del Quijote”: - Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella, no me salvo yo.

 Esto es de fácil, de muy sencilla comprensión. Sin embargo, tanto a mí, como a un gran número de personas, se nos escapa el pensar en qué situación se encontraba un determinado individuo cuando ha sonreído, cuánto le ha costado, o a cuánto ha tenido que renunciar para poder dejar escapar esa sonrisa. Porque cuando un ser es de naturaleza alacre u optimista, y la vida le favorece, ya sea mucho o poco, ese mortal suele sonreír y mostrarse jacarero.

Mas si alguien, tenga el carácter que tenga, está sufriendo algún mal, ya sea físico o psíquico, y padeciendo sus repercusiones, será dificilísimo que emita una sonrisa, aunque sea leve, porque superar aquéllas, poder dejar a un lado sus inflexiones y efectos, es prácticamente imposible de llevar a cabo, y hacerlo supone un sobreesfuerzo harto difícil de valorar, y que por otra parte, y como antes dije, no solemos tener en cuenta los que tratamos con ellos, creyendo que deberían tener actitudes iguales o parecidas a las del resto de los humanos, y que, si no lo hacen es porque se están viendo lacerados por alguna pena o dolor. 

Siendo así, deberíamos pensar que a ellos les cuesta mucho, pero mucho, ser risueños, y que cuando lanzan una sonrisa, por pequeña que esta sea, ella es el resultado de un ímprobo esfuerzo, del vencimiento de enormes bretes o escollos. Pero ante todo y sobre todo lo que sí es, y mucho, es bonita. Muy bonita.

 

                                                         Ramón Serrano G.

1411 usuarios han visto esta noticia
Comentarios

Debe Iniciar Sesión para comentar

{{userSocial.nombreUsuario}}
{{comentario.usuario.nombreUsuario}} - {{comentario.fechaAmigable}}

{{comentario.contenido}}

Eliminar Comentario

{{comentariohijo.usuario.nombreUsuario}} - {{comentariohijo.fechaAmigable}}

"{{comentariohijo.contenido}}"

Eliminar Comentario

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter
  • {{obligatorio}}