Cuando en los últimos días del año pasado desde ARBA La
Mancha y Campo de Montiel organizamos la limpieza de la Cañada Real Conquense,
más que la propia actuación en sí, buscábamos despertar a la sociedad para que
viera un problema real que es el de los vertederos ilegales que proliferan por
las periferias de la población, con el agravante de que este en concreto estaba
sobre un espacio que es de dominio público, y por lo tanto, de todos. Con ello
pretendíamos, además, dar a conocer algo que suele pasar desapercibido como son
las vías pecuarias.
Aquella junta logró, en cierto modo, los objetivos que se
pretendían. Por un lado, se adecentó en la medida que nos fue posible el
entorno. Por otro se despertaron conciencias que ya estaban activas, pero
necesitaban un empujón, alguien que tirase del carro para unirse a la causa. Finalmente,
también se establecieron sinergias, naciendo de allí la colaboración entre
asociaciones, algo muy bonito y cada vez más necesario de cara al futuro. No
podemos olvidar la fundamental colaboración de los ayuntamientos de Argamasilla
de Alba, en cuyo término municipal se llevó a cabo el trabajo voluntario y de
Tomelloso, implicado en la actividad por cercanía y por ser sus ciudadanos en mayor
medida los causantes de estos vertidos. Tal es esta implicación y
establecimiento de lazos que seis meses después AFAS abanderó una nueva
limpieza del mismo entorno colaborando con el proyecto Libera 1 m2 de
basuraleza al que volvimos a sumarnos un buen número de voluntarios y el
Ayuntamiento de Tomelloso. Pero empecemos por el principio.
Las cañadas reales nacen bajo el amparo del rey Alfonso X el
Sabio en 1273. La realidad es que estos recorridos ya existían previamente y el
decreto real lo que perseguía era la regulación de las mismas para evitar las
posibles violaciones de estos terrenos que eran utilizados por los pastores
trashumantes. No podemos olvidar la importancia del gremio de ganaderos de la
época que surtía de la lana de las merinas a buena parte de Europa siendo un
importante generador de riqueza para el reino. Junto con las cañadas nacía el
Concejo de la Mesta. Hay estudios que avalan la creación de estas rutas
trashumantes por pastores de las tribus prerromanas que había instaladas en la
península. Ellos se fijaban en las migraciones naturales de los herbívoros y no
hicieron más que imitarlos guiando a sus rebaños en busca de los pastos de una
eterna primavera.
Las cañadas tuvieron una importancia vital hasta la
decadencia de la Mesta en el siglo XIX. Los integrantes del gremio de ganaderos
trashumantes gozaban de unos privilegios que los hacían enfrentarse en pleitos
con los ganaderos de los lugares donde desembocaban estas vías pecuarias. La
solución ante aquellos problemas fue la creación de las dehesas, en las que los
ganados locales podían pastar protegidos de los trashumantes. Hoy las dehesas
son un ecosistema único en el que conviven los aprovechamientos forestales,
ganaderos y agrícolas junto a una biodiversidad sin igual. Sin duda estamos
ante el único ecosistema creado por el hombre que favorece la vida de innumerables
especies. Esto hace que las cañadas reales sean hoy en día unos importantes
corredores ecológicos que unen espacios naturales y permiten el intercambio
genético que favorece la evolución de las especies. Queda evidenciado que buena
parte del paisaje que hoy conocemos es el que es, para bien o para mal, debido
a la existencia de las vías pecuarias y por ende a la actividad trashumante.
Aunque hay constancia de que los territorios que ocupa hoy
Tomelloso están habitados desde mucho antes de lo que hasta hace no muchos años
parecía, la realidad es que el germen del Tomelloso actual nace gracias al paso
de dos vías pecuarias y la existencia de un pozo que servía para abrevar a los
ganados que por aquí pasaban. Las vías pecuarias que desde siempre nos atravesaron
son la Cañada Real Conquense y la vereda de Alhambra. Hay que pensar en un
paisaje muy distinto al agrario que hoy conocemos. El lugar estaría dominado
por matorral mediterráneo, sobre todo tomillos que permitía que la principal
actividad de la población fuera la ganadera.
Pero como ocurrió en el resto de España, las vías pecuarias
fueron cayendo en el desuso y con ello en el olvido después de siglos de
utilización. El abandono ocasionó apropiaciones indebidas, manejos inadecuados,
usurpaciones, invasiones e incluso la desaparición de numerosos tramos. Esto ha
ocasionado la pérdida de un rico patrimonio que es de todos, el deterioro del
intercambio de culturas de los distintos territorios, entre ellas la pastoril
de transmisión oral y el deterioro del medio ambiente de las zonas de pastos.
Debemos saber que cuando los ganados recorren estas distancias a pie los pastos
se recuperan. En cambio, cuando el transporte es en camiones o tren el
desplazamiento de los pastos de invierno a los de verano o viceversa se
realizan en apenas unas horas y, con ello, no hay tiempo para la regeneración
de los pastos.
Son muchos los motivos para devolver a la vida a las vías
pecuarias, tantos que se haría muy extenso enumerarlos. Teniendo en cuenta el
prevalente uso ganadero hay muchos otros compatibles y complementarios de los
que todos nos podemos beneficiar, entre ellos el ocio y la educación ambiental.
El movimiento asociativo hace que las administraciones se impliquen en aquello
que la sociedad demanda. Hoy damos a conocer un proyecto que va a cambiar el
paisaje de Tomelloso para bien. Administraciones, asociaciones y sociedad
empujamos en una misma dirección, unos poniendo recursos materiales y otros
humanos mediante el voluntariado.
Nuestra cañada real es, en cierto modo, la madre de
Tomelloso y estamos en deuda con ella. Queremos además que este proyecto tenga
réplicas en cualquier lugar que atraviese una vía pecuaria, que Tomelloso sea
el principio de algo muy bonito. La pelota está en nuestro tejado y no podemos
fallar. Como sociedad tenemos una oportunidad irrepetible para dejar nuestra
parcela del mundo mejor de lo que la recibimos. Depende de nosotros.
Emiliano Valero Arribas.
Delegado de ARBA para La Mancha y el Campo de Montiel.
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Miércoles, 27 de Marzo del 2024
Jueves, 28 de Marzo del 2024
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