Por este motivo, la Federación autoriza a cualquier árbitro que dirija un partido de categoría junior o inferiores, ya sea en el ámbito federativo o en la competición de Deporte Escolar, “a paralizar un partido y decretar su suspensión cuando escuche insultos o menosprecios verbales proferidos desde la grada por los espectadores de manera constante y reiterada hacia cualquiera de los deportistas participantes o hacia los árbitros o auxiliares de anotación” reza en la circular que ha dirigido a los clubes. 

En la circular se detalla que esta medida podrá ser adoptada por iniciativa propia o a instancias de una tercera persona. “El árbitro que compruebe que uno o varios espectadores están insultando o vejando con sus comentarios a uno o varios de los participantes del partido, solicitará al delegado de campo si lo hubiere o al entrenador de cualquiera de los equipos si se trata de aficionados de su club que lo identifiquen y le pidan que abandone la instalación. En caso de negativa de la persona o personas irrespetuosas a abandonar la instalación, el árbitro podrá decretar la no reanudación del partido hasta que esas personas abandonen la instalación”.

Responsables federativos consideran que  no se puede considerar como normalidad “la disputa de un partido de baloncesto con jugadores menores de edad mientras escuchan de forma reiterada comentarios despectivos desde la grada por parte de alguien”.