Salir de la violencia no es fácil, ya que te ataca el estado emocional, físico y económico. Pero estas mujeres supervivientes se enfrentan, aparte de la situación ya vivida, a una carrera de obstáculos. Muchas de ellas tienen que salir de sus casas junto a sus hijos en un estado totalmente vulnerable. 

Se van de sus ciudades a casas de acogida o casas de familiares, en los mejores casos. Unos de los primeros obstáculos es enfrentarse al mundo laboral donde muchas tuvieron que renunciar a causa de que el maltratado le exigía para que ejercieran labores domésticas o de criado de los hijos. Un mercado cada vez más exigente y nada fácil para las mujeres. Además de eso conseguir un puesto de trabajo que le permita el criado de sus hijos, no es nada fácil.

Aunque se ha hecho bastante por el tema de la conciliación, no es lo suficiente y esto condena a muchas mujeres a tener trabajos a media jornada que obliga a tener un poder adquisitivo menor que los hombres a lo largo de su vida, puesto que cuando terminan la edad laboral su jubilación va a ser menor.

Hoy en día las mujeres sean o no maltratadas se enfrentan a una situación, en las cual la sociedad las enseña a que si quieren tener un trayectoria laboral tiene que renunciar al hecho de ser madres o vivirán situaciones de precariedad, ya que el tema de la conciliación estamos todavía lejos de poder ejercer tu profesión. El cuidado de los menores también es toda una quimera, ya que al menos debes contar con un círculo familiar que te pueda echar la mano o que tu poder adquisitivo sea amplio. Esto hace que las mujeres de clase trabajadora pasen por una precariedad laboral y vital.

Con este humilde artículo quiero pedir más apoyo para las mujeres en el terreno de la conciliación, sean víctimas o no de violencia machista. Ayudar a todas estas mujeres a tener una vida digna y pedir a la sociedad el apoyo a la mujer, puesto que somos grandes trabajadoras seamos madres o no.

Verónica Mora Laguna

Portavoz de IU Talavera de la Reina