El enólogo tomellosero, Elías López Montero, de Bodegas Verum, y ganador del Respected by Gaggenau 2021 dentro del área de vinicultura, analiza para Lanza la situación que atraviesan los vinos que se elaboran en el conjunto de la región. También considera que el futuro pasa por elaborar vinos más sostenibles y califica la experiencia de hacer vinos en La Patagonia como de “grandiosa” y “difícil de repetir”

Pregunta: Desde su punto de vista, ¿qué papel desempeñan los jóvenes enólogos manchegos en el mundo?

Respuesta: Los enólogos jóvenes de Castilla-La Mancha están haciendo un buen trabajo en su tierra porque están poniendo en valor sus zonas. Hoy en día, poco a poco, se va hablando de los vinos de Castilla-La Mancha de una manera más positiva en el mundo. Y eso también es algo que alabar a las nuevas generaciones que vienen implementando cosas que funcionan y con un discurso que mejora y aporta valor.

P: ¿Qué opinión le merece la evolución que han experimentado los vinos de la región en los últimos años?

R: Los vinos de Castilla-La Mancha han sufrido un cambio positivo y cada vez se hacen cosas más interesantes. Si bien, todavía faltan algunos proyectos más que ensalcen el valor del terruño y algo más de colaboración entre las bodegas, los técnicos y los enólogos para tomar una dirección común y compartir experiencias.

P: ¿Cómo se ven los vinos de Castilla-La Mancha en otras partes del mundo?

R: Desgraciadamente los vinos de Castilla-La Mancha tienen un estigma instaurado en los compradores a nivel internacional y en el consumidor como que han sido durante muchos años vinos de volumen. Bien es cierto que el trabajo que se está haciendo en los últimos años ha abierto otras vías y, con mucho trabajo, dedicación, buenos productos y con un discurso que los acompañe, se puede demostrar que esta tierra da para hacer vinos de altura y de máximo nivel internacional. Y en eso estamos.

 

P: ¿El futuro del sector pasa por producir vinos sostenibles?

R: El futuro del mundo del vino pasa por elaborar vinos más sostenibles. Pienso que es el futuro de cualquier industria que se valga del entorno, en este caso del viñedo, para nutrirse como materia prima. En realidad, no hay otro camino, y cada vez más las empresas grandes y pequeñas se verán en la obligación o en la necesidad de elaborar este tipo de vinos, ya sea por filosofía, por legislación o porque lo demande el mercado.

P: Durante el presente año ha sido reconocido como profesional vitivinícola del año por los premios Respected by Gaggenau, ¿qué significa esta distinción?

R: Para mí el Respected by Gaggenau supuso una gran alegría y lo recibí con mucha gratitud por toda la gente que me ha apoyado durante todos estos años, tanto mi familia como los profesionales que han estado a mi lado y me han ayudado para seguir adelante y a llegar donde hoy estoy. Creo que para Castilla-La Mancha es importantísimo recibir este tipo de reconocimientos. Y el hecho de que se reconozca a un profesional de la elaboración de vinos a nivel internacional es algo muy bueno para la región, y hubiera sido igual de bueno si lo hubiera recibido otro. Creo que también se me ha premiado por saber destacar los valores de la tierra y por llevarlos a un buen camino. Y eso es lo que todos queremos de Castilla-La Mancha, que se hable en esos términos. Por tanto, ha sido muy positivo para la región.

P: ¿Está lo suficientemente reconocida la figura del enólogo en la actualidad?

R: La figura del enólogo goza de un buen momento, pues cada vez es mayor la gente que se acerca al vino y que lo quiere conocer más. Tampoco se quieren perder el carácter humano de la persona que lo elabora y que está detrás. En este sentido los medios de comunicación también han hecho un buen trabajo. Y aunque todavía estamos lejos de algunos países donde la figura del enólogo es casi como la de una estrella del rock, pues son muy populares, considero que en España sí que se valora la figura del enólogo y cada vez es menor la gente que lo confunde con un sumiller, pues ya saben diferenciar que cada uno tenemos mucho que aportar en nuestros diferentes terrenos.

P: ¿Cuál es la característica o características que definen a los vinos elaborados en la bodega familiar Verum?

R: Las características que definen a los vinos de Bodegas Verum es la de unos vinos que reflejan el entorno donde crecen los viñedos. Considero que el sentido del lugar o ‘sense of place’ como definen los ingleses, es lo que intentamos transmitir de una manera positiva, resaltando los atributos que hacen a esta tierra buena y magnífica para trabajar en ella, como pueden ser los suelos calizos, la baja precipitación, el viento que suele soplar y que limpia bastante el ambiente, las suficientes horas de sol que tenemos para madurar cualquier tipo de uva, incluso las más tardías, etc. Y ahí es donde se tiene que concentrar la expresión de los vinos.

Además del entorno, hemos rescatado algunas prácticas de vinificación como han sido las ánforas, lo que habla de tipicidad de zona, algo que es positivo, ya que era importante enfocar la tradición desde un punto de vista más moderno. Y eso es lo que hacemos en Bodegas Verum.

El carácter familiar de la bodega te obliga a mirar mucho hacia el futuro, pues una de las características muy importante de los vinos de Verum es que no hacemos los vinos solo para nosotros, sino también pensando en la generación venidera. Por eso nos gusta siempre decir que son vinos que se disfrutan en el presente, pero que miran mucho al futuro.

P: En Bodegas Verum han apostado también por una producción bajo certificación ecológica. ¿Cómo ha sido el cambio a ecológico? ¿Qué le ha aportado en sus vinos esta forma de trabajar?

 

R: Respecto al cambio desde el vino convencional hacia al ecológico es algo que se vivió cuando me incorporé a la empresa, por lo que no he podido trabajar en convencional, sino que siempre los vinos de Verum han sido ecológicos. Hemos trabajado en conversión hasta que conseguimos la certificación en 2013, pero desde el inicio mis hermanos y yo siempre decidimos tomar este camino que para mí supone la única manera de trabajo en este momento. Y considero que es lo más positivo porque tenemos atributos para hacerlo y el consumidor al que vamos dirigido valora mucho que seamos más respetuosos con el entorno.

Dese mi punto de vista, y como apreciación personal, los vinos que se cultivan de una manera más sostenible fomentan una mejor expresión varietal, siendo más nítida. Pero no por ello quiere decir que los vinos que se trabajan de la manera convencional no lo sean. En todas las zonas, incluso en las húmedas como puede ser Champagne, el cultivo sostenible y los champagnes orgánicos están teniendo muchísima repercusión, y hoy en día nadie duda que la expresividad es más intensa si trabajamos el viñedo de una manera más amable y en sintonía con el entorno.

P: Actualmente usted se encuentra en La Patagonia, ¿Cómo ha resultado la experiencia de elaborar vino en Argentina? ¿Influyen las elaboraciones que se realizan en otros países del mundo a la hora de elaborar sus vinos?

R: La experiencia de elaborar vinos en Patagonia es grandiosa y difícil de repetir, pues supone un reto el estar a 12.000 kilómetros haciendo vino. Y dirigir una producción es algo que me llena mucho como profesional, además del hecho de poder trabajar con uvas que no son típicas en mi zona o que no se adaptan tan bien.

Asimismo, el haber elaborado en otras latitudes, el compartir con otros profesionales o simplemente acercarte a conocer otras regiones y probar sus vinos ha marcado mis elaboraciones. Por ello, mis vinos no sabrían igual si no hubiera tenido ese carácter tan viajero. Y eso ha sido muy importante en mi vida, por lo que se lo recomiendo a todo el mundo, en especial a los jóvenes que quieran adentrarse en el mundo de la enología y que puedan viajar. Y les digo que lo hagan internacionalmente o bien dentro de España, ya que también es un país muy diverso donde se hacen cosas fantásticas, siendo uno de los más dinámicos del panorama mundial.

 P: ¿Qué le parece la Feria Nacional del Vino (Fenavin) que se celebra en Ciudad Real?

R: Fenavin ha sido un éxito y un acierto de la Diputación provincial de Ciudad Real que ha fomentado esta feria dentro de un sector tan estratégico como es el vitivinícola. Ha funcionado muy bien y ha sido un impulso para muchas bodegas. Bien es cierto, y esto es una opinión personal, que con las circunstancias en las que nos encontramos el formato feria empieza a estar un poco manido a nivel internacional, por lo que habría que ser creativo en la propuesta y renovar un poco lo que los compradores vienen a hacer aquí. Pero sin duda es muy bueno para el sector el que vengan este nivel de profesionales a nuestra zona. Y eso Fenavin lo consigue.