Barato, que disculpó la ausencia de la alcaldesa, Inmaculada Jiménez y la concejala de Cultura, Nazareth Rodrigo, consideró curioso que “a raíz del confinamiento surgiera ese juego que partiendo de una pintura o una fotografía, desarrollara  un microrrelato. Cada imagen puede evocar múltiples historias, tantas como personas observen esa imagen. Pero Manolo y Carlos han conseguido convertir ese juego en uno de los elementos de mayor valor que puede existir: un libro, y estamos muy expectantes”.

La prologuista, Dulce Serrano, agradeció a los autores “que me hicieran partícipe de este proyecto. Al principio sentí un poco de miedo y responsabilidad, pero lo he hecho desde el corazón”. Serrano dio lectura a su prólogo en el que empezaba calificando a los autores como “dos juglares locos”. “Si ya es difícil escribir, mucho más difícil es condensarlo en un microrrelato. Pintura, fotografía y escritura mezclan deliciosamente. Han creado algo muy original y estimulante”, dijo Serrano que termina su prólogo con esta interjección tan usada por los tomelloseros y que tiene varios significados según circunstancias, situación y manera de pronunciarla.

Así lo subrayaría en el debate posterior, Carlos Naranjo, dispuesto a seguir la vena escritora de su padre, el siempre recordado Andrés Naranjo “Ea es el mejor ejemplo de microrrelato, define muchas cosas y situaciones”, mientras que Manuel Buendía apostillaba que “el cincuenta por ciento del libro está ya en ese título”. Los autores explicaron el proceso creativo de una obra que surgió en el confinamiento. “A mis acuarelas les solía poner un pequeño texto y mucha gente entró en este juego en las redes sociales”, aseguró Buendía. Y de las redes hablaría también Naranjo para romper una lanza a su favor. “Las redes, que suelen tener mala fama, pueden ser también un punto de unión y comunicación de la gente. Encuentras a personas que merece la pena conocer”, señaló

Explicaron los autores que cada microrrelato les “podría llevar días o solo unos cuantos minutos, pero lo primero que te salía era lo más auténtico. Todo lo que se cuenta lo hacemos con mucha sutileza, no ha existido ningún tipo de autocensura”. Pensaron en cambiar esos matices locales para confeccionar un libro más global, pero descartaron la idea apostando por la primera idea. Buendía y Naranjo reconocieron que “hay dos estilos completamente diferentes, porque las trayectorias y vivencias también lo son. No hemos puesto el nombre del autor de cada microrrelato, pero hay lectores que lo descubren muy rápido”. Y así quedó demostrado en el juego que se puso en marcha poco después. Subieron a leer al estrado Rocío Torres, Isi Serna, Vicente Martínez, Mariola Castellanos, José Alberto Crespo y Jesús Benito y acto seguido el público alzaba las piruletas para señalar quien de los dos era el autor. Fue el broche a una divertida tarde de literatura que tuvo su alargue con la firma de ejemplares y  una fiesta en un conocido local de copas de la ciudad. Carlos y Manuel anunciaron que habrá nuevos proyectos. Esta gente no para, ea.