Estamos en
el verano y otoño de 1975. Un pintor con muchos años de oficio lleva tiempo
sumido en una crisis creativa. Concretamente desde que falleciera su mujer de
forma imprevista, que era todo para él, y prácticamente no ha podido volver a
pintar. Además, la hija mayor de ambos está en la cárcel por sus actividades
políticas, y es en esas fechas cuando surgen los primeros síntomas de la
enfermedad de su madre que la hija vivirá desde dentro de la prisión. Ese es
otro de los recuerdos en la vida de su padre, que también ahora revive.
Un José
Sacristán en estado de gracia protagoniza Señora de rojo sobre fondo gris devolviendo
a la vida este texto de Miguel Delibes en el que cuenta la historia de su vida
junto a su esposa, Ángeles de Castro, retratando la personalidad de esta mujer
que lo fue todo para él y, sobre todo, describiendo el proceso de la enfermedad
que le condujo a una muerte inesperada a los 48 años.
Miguel
Delibes, hombre pudoroso en extremo, creó un novela biográfica y se escondió
detrás de la figura de Nicolás, un pintor que oscureció aún más la
auténtica naturaleza del retrato. Mujer de rojo sobre fondo gris se
presenta por primera vez como adaptación escénica a esta novela.
Esta obra
teatral, adaptada por el productor José Sámano, (quien también
dirigió la función), Sacristán y la joven actriz y escritora Inés
Camiña, es el relato de una historia de amor en un camino desenfrenado
hacia la muerte, que nos sitúa en aquella España con rasgos inequívocos, que
nos habla de la felicidad y de su pérdida, y que llega a la intimidad de cada
ser humano, y a su emoción, por el camino recto y simple de la verdad.
José
Sacristán explica sobre la adaptación: “el libro, que en verdad está escrito
como un monólogo –y así lo hemos adaptado a la escena –, es una pieza
fundamental para conocer de cerca el mundo personal y humano del escritor y un
reconocimiento, entre la admiración y el dolor, a la mujer que le inclinó hacia
la literatura, con la que tuvo siete hijos y fue su inseparable compañera desde
que muy jóvenes se conocieron hasta su inesperado y trágico final”.
“Ana en la
ficción –Ángeles de Castro en la realidad– es un cúmulo de gracia y encanto.
Era guapa, con un enorme don de gentes, compañera, secretaria y organizadora de
la vida de su familia, dotada de una innata simpatía, musa de su marido, culta
e inteligente. Así es Ana en la obra y así recuerdan a Ángeles los que la
conocieron. Una mujer extraordinaria cuya imprevista desaparición partió por la
mitad la vida de Delibes”, añade el actor.
El propio
autor dijo que los dos tipos de mujer que había dibujado con mayor esmero a lo
largo de su vida de narrador eran: "Carmen, la Menchu protagonista de Cinco
horas con Mario y Ana, personaje central de Señora de rojo sobre fondo
gris. Dos mujeres, no ya distintas sino antitéticas, que de alguna manera
podemos considerar representativas de la España de la segunda mitad del siglo
XX”.
Para Jesús
Cimarro, director de Pentación Espectáculos y productor junto a Sabre
Producciones, TalyCual y AGM de esta función, llevar a escena Señora de rojo
sobre fondo gris es “saldar una cuenta pendiente con uno de los autores
dramáticos más insospechados del siglo XX ya que, aunque Miguel Delibes no
escribió teatro, cuatro de sus novelas han sido llevadas a las tablas: Cinco
horas con Mario (1979), La hoja roja (1983), Las guerras de
nuestros antepasados (1989) y ahora Señora de rojo sobre fondo gris
(2018)”.
José Sacristán, que estrenó en 1989 La guerra de nuestros antepasados, afirma que “volver a Miguel Delibes, ahora con su sobrecogido Nicolás, supone entregarme a una tarea que bien pudiera ser o significar la culminación de una aventura de trabajo y de vida que viene durando ya más de sesenta años. Volver a Miguel Delibes es no dejar de aprender a mirar. Pasen. Y miren”.
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Viernes, 2 de Mayo del 2025
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