Es el primer año.

Primera Cabalgata de Reyes.

Mi primera experiencia…

Y me lo he pasado tan bien

que ya me he apuntado para el año

próximo. Para repetir tan ¡especial vivencia!

 

Yo de mayor

quiero ser rey mago.

Rey con barba blanca,

con barba rubia,

con larga melena de bucles dorados

o abundante cabellera plateada.

Coronado con dorada corona

de brillo de sol con diamantes postizos,

 o el rey Baltasar

de piel de chocolate

¡qué más da!

Porque lo que quiero,

es que quiero al niño grande,

al niño chico,

a la niña rubia,

y a la pelirroja.

 A la niña bien, vestida de princesa,

 a la que pesa mucho

 a la que poco pesa.

 Al niño con gafas,

 al niño con rizos.

 Al niño que me mira sorprendido

 y también al que da brincos.

 A los que van en grupos

 y están como amigos.

 Al bebé que está con sus papás,

 con los abuelos y  los primos …

 Sí, ¡a todos los quiero saludar!

 

Quiero ser de mayor, oriental mago.

Recorrer las calles anchas

sentado en mi trono de carroza

o subido en dócil caballo.

Quiero desfilar en cualquier lugar.

Deseo saludar, por unas horas nada más,

a todos los niños de cualquier edad.

Quiero que me manden besos,

sus sonrisas ver brillar.

Quiero a todos saludar porque

por todos es esta fiesta.

Porque la niñez vive dentro

y la ilusión se nos desborda

en cualquier momento.

 

Mira, una cosa que hice nueva

en este año nuevo

y una que me propongo:

Volver a desfilar en la cabalgata de reyes

y disfrutar más que un mono.