“El sector vive un momento de mucha preocupación e incertidumbre”, empieza diciendo. Considera Ortiz que el pasado 2021 ha sido muy negativo para el sector “fundamentalmente por los efectos de una pandemia que ha afectado de lleno a los agricultores que han vendido sus productos por debajo de los costes de producción. Tenemos el caso del vino, las cebollas o el melón. Ha sido un año muy malo”.

Antonio Ortiz insiste en la incertidumbre que genera un 2022 que va a estar condicionado por tres factores muy determinantes. “el aumento de costes con la subida de los precios de fertilizantes, abonos, la electricidad y los combustibles;  la incertidumbre existente en torno a los precios ya que la Ley de Cadena Alimentaria no se cumple y se sigue vendiendo por debajo de costes de producción algo que  está prohibido  y en tercer lugar el posicionamiento de una administración que lejos de ayudarnos e incentivar al sector con diferentes medidas nos sigue imponiendo demasiadas trabas burocráticas a la hora de realizar nuestro trabajo”.

En un análisis de la agricultura sale a la superficie el tema del agua. “El agua es para el campo, lo que la sangre para el cuerpo humano, -indica Ortiz-. Los regantes de los pueblos integrados en la Masa Occidental II sufrimos sanciones todos los días, cuando debería imponerse un entendimiento y una voluntad de arreglar la situación. De momento, hemos presentado alegaciones al Plan Hidrológico de Cuenca y lo importante es que cooperativas, organizaciones agrarias y regantes hemos realizado un frente común para defender el agua del acuífero 23”.

Tal y como están las cosas, Antonio Ortiz anuncia que los agricultores se movilizarán de nuevo. “Lo haremos del 10 al 15 de febrero en numerosos puntos de la provincia y esas movilizaciones desembocarán en una gran manifestación que tendrá lugar el 20 de marzo en Madrid” .

Antonio Ortiz pide apoyo social para las reivindicaciones de los agricultores. “Lo que pedimos es razonable y justo para un sector primario que está dejado de la mano de Dios”. Al mismo tiempo, alberga dudas sobre los criterios de reparto y destino de los fondos europeos “porque hay un total hermetismo y finalmente asegura que “no hay mejor ecologistas que los agricultores que cuidamos y protegemos el campo, pero a pesar de esto se nos siguen poniendo muchas trabas y zancadillas”.