Rubén explica cómo se fue gestando la posibilidad de obtener esta beca. “A través de internet me enteré de la existencia de estas becas y me informé de todo en su página web. Primero tuve que presentar un formulario y posteriormente hice un examen on line a causa de la pandemia. En el siguiente paso,  comparan las notas de los exámenes con la de tercera de la ESO y también tienen en cuenta la renta.  Conseguí entrar entre una primera criba en la que quedamos mil trescientos. Finalmente nos hicieron una entrevista on line de la que salen los cuatrocientos elegidos”.

En la entrevista nos acompaña el director del centro, José Ángel Martínez, que destaca la modestia y carácter introvertido del alumno. “Es un gran estudiante, con notas brillantes, pero él no presume de nada. Es muy educado con todos”.

El curso que realizará Rubén en Canadá se lo convalidarán como primero de bachillerato. “La beca es muy atractiva pensando, sobre todo, en el idioma y también el aliciente de viajar al extranjero, yo nunca he salido de España. Además, siempre está el encanto de conocer un cultura muy diferente a la nuestra”, señala Rubén que todavía no sabe en la ciudad concreta que estará, pero si la región, Nueva Escocia. 

El alumno del Eladio Cabañero se muestra ilusionado ante el reto “pero también me provoca mucho respeto y nervios. Los primeros meses serán de adaptación y espero que después todo vaya más rodado y pueda aprender muchas cosas”. Dentro de un mes, Rubén García asistirá a unas jornadas preparatorias “en la que nos darán más información de lo que vamos a hacer”. 

Sus compañeros y amigos le han felicitado y en su entorno familiar más cercano los sentimientos son encontrados; les alegra que Rubén haya conseguido la beca, pero al mismo tiempo les entristece que tenga que irse tan lejos un año entero. “Pero está claro que es una experiencia que le va a servir muchísimo a Rubén, no ya solo en lo académico, sino en lo personal por que va a conocer otra cultura y forma de vida”, apostilla José Ángel Martínez.

En un futuro, Rubén García, que se fue por ciencias, quiere cursar estudios relacionados con las matemáticas. Agradece lo mucho que le han enseñado en el Instituto y el ambiente que se respira en el centro. “Me lo paso bien aquí y hecho muchos amigos. Me llevo bien con los compañeros y no tengo queja de los profesores que siempre nos ayudan mucho”. Guarda buen recuerdo de la profesora, Flor Negrillo “que el año pasado fue mi tutora y me ha ayudado muchísimo y también de la profesora de Inglés, María José, que son exigentes, pero que a la larga consiguen que te guste la asignatura que imparten”.

En su tiempo libre a Rubén le encanta salir y conversar con los amigos. “Las tardes las empleo en ir a la Escuela de Idiomas y en jugar al ajedrez, formó parte del club de Tomelloso. Y también hubo un tiempo en el que nadaba, pero con la pandemia lo dejé, pero me estoy planteando volver”. En el final de la entrevista, director, alumno y periodista conversan sobre la figura de Amancio Ortega, el gran empresario gallego que tanto sigue aportando a la sociedad. Rubén será uno de los beneficiados de esta generosa filosofía.