Lorena también ha puesto contundentes ejemplos del rol de mujer sumisa impuesto socialmente, “ el rol de una mujer que siempre tiene que ir guapa y perfecta, de buena hija, madre y esposa que aparecen continuamente en los medios de comunicación de masas y en el propio lenguaje. Hasta en los carteles del metro de Madrid aparecen estos refuerzos de género. “La búsqueda del amor romántico está muy estereotipado en la vida de la mujer, -ha señalado-.  La proyección de varias escenas de películas de Disney han corrobarado su tesis, y también algunos pasajes de la más reciente y exitosa película “50 sombras de Grey” o de otra muy conocida, “Hache y Babi”. “En ambas se observa como es el siempre el hombre el que controla ante una mujer que aparece sumisa, como si fuera una estúpida. Ellos nunca tienen la culpa”.

Lo peor es que estos estereotipos tienen luego una brutal presencia en las relaciones de muchas parejas. La presidenta de la asociación, María del Carmen Navarro, ha puesto sobre la mesa un ramillete de frases socialmente aceptadas sobre el amor y que, sin embargo, esconden mensajes muy perjudiciales para las mujeres: “hay que sufrir por amor”, “las mujeres nacimos para esperar”, “del amor al odio hay un paso”, “sin pareja estás sola”, “sin ti no soy nada” o “quien bien te quiere te hará llorar” entre otras mucha que ha ido rebatiendo con contundencia y poniendo siempre el dedo en la llaga. “El amor dura lo que dura y cualquier persona tiene derecho a enamorarse o desenamorarse, -ha señalado-. El patriarcado impone sus formas de querer, pero hay muchas formas de amarse, identidades sexuales diferentes,  que se pueden llevar a cabo sin que nadie las imponga”.  

Navarro lo ha dicho alto y claro. “Nadie le puede dar el poder a otra persona porque luego resulta difícil salir de una relación tóxica. Las relaciones de pareja tienen que ser sanas, no tóxicas”.  Y así hemos llegado a la tercera ponente, la vicepresidenta de la asociación, Esther Ramírez, que ha ofrecido un interesante análisis de tres modelos de relación de pareja. El de dominio y jerarquía, el de fusión y finalmente el de interdependencia, “en el que cada uno cuenta con sus propio espacio y el que tiene que compartir con su pareja. Es esencial que cada miembro de la pareja respete el espacio no común, la libertad de cada persona”, -ha explicado-.

Ramírez ha ofrecido una larga lista de indicadores de una relación tóxica, empezando por los celos y terminando por la ostentación de fuerza física pasando por el control, las descalificaciones, humillaciones, el chantaje emocional, la indiferencia afectiva, la imposición en las relaciones sexuales, el menosprecio a las opiniones, la invasión de la intimidad, amenazas o el provocar sentimientos de culpa, entre otras. Al final se ha generado un enriquecedor debate y se han podido escuchar interesantes opiniones. Antes por la mañana, varias componentes de la directiva han colocado una mesa informativa en el centro de la ciudad. “Las trece rosas” no paran de trabajar.