Pili (Mercedes González) una mujer de mediana edad, se levanta de la cama, le gusta madrugar. Es educada, su madre le leía cuentos de Chejov porque nunca es pronto para la bueno. Madrugar es educado, afirma. Augura un buen día dado que va a ir con su marido a la presentación del último libro de reverte. Su esposo no madruga. Se conocieron en un pasado de protestas, recitales y presentaciones de libros. Sigue en la cama. Pili es escritora y Oriol arquitecto, Tienen un hijo periodista al que apenas ven.

Oriol (Fernando Ruiz de Osma) recibió un premio. Es un arquitecto humanista que trata bien a todo el mundo y tiene muchas amistades. Oriol y Pili nunca discuten. Como tantas parejas hablan mucho, pero sin decir lo que piensan, sobre todo por no discutir. Han estado toda la vida juntos pero sus recuerdos son distintos, para ella Oriol no es el gran arquitecto que presume ser, para él Pili es una escritora mediocre.

Ruiz de Osma y Mercedes González, contenidos, educados, pausados, melancólicos, capaces de disimular la ironía y el reproche recuerdan un pasado glorioso, como en la famosa canción de Ismael Serrano. Son capaces de hacer llegar al respetable el desencanto de una vida que no los ha tratado bien. Los actores nos atrapan desde el primer momento, incluso nos podemos identificar en ocasiones con ellos. Como señala el programa de mano “escuchamos sus ilusiones pare entender las nuestras”. Poco a poco el espectador va descubriendo que la vida de estas dos personas no es lo que parece.

“No tenemos nada” es un duelo interpretativo de dos grandes actores. Los comedidos diálogos dan paso a unos melancólicos monólogos donde queda aún más patente el hastío de estos dos seres. Mercedes González y Fernando Ruiz de Osma hacen brillar con sus interpretaciones un gran libreto.

El respetable premió con un gran aplauso final la gran labor de los actores. Al trabajo sobre las tablas hay que añadir la buena labor técnica en iluminación y sonido de Antonio Díaz-Cambronero y Yolanda García y la coordinación de José Ángel Martínez. El próximo sábado acaba la Muestra Local de Teatro —tras la suspensión de Carpe Diem— con Platea y “La duda”. Con funciones como “No tenemos nada” crece un certamen en el que actores, directores y técnicos aficionados se dejan la piel sacrificando su ocio para agradar a sus paisanos.