Es apasionante que un filamento delgado que nace en la piel de algunos animales como los mamíferos, haya servido de tema para todo tipo de manifestaciones artísticas, estéticas y modas, a lo largo de la historia. Fue para Venus una muestra de belleza femenina exhibir una larga melena movida por el viento. También es símbolo de fuerza y virilidad en dioses y héroes mitológicos, expresado a través de barbas y tupidas cabelleras. Arrancar la cabellera para convertirla en trofeo de guerra, raparla como castigo, delito o vergüenza, y ocultarla por cuestiones religiosas. El pelo ha servido como motor de sentimientos ocultos, tabúes y fetichismos, en la literatura, el cine y el arte más actual.
Pero no sólo en el arte, en nuestra vida cotidiana el pelo es motivo de expresiones coloquiales, imágenes y símbolos con los que expresamos ideas o sentimientos dispares y que nada tienen que ver con el significado original de pelo: “en los veranos de La Mancha no hace ni corre un pelo de aire. Con frecuencia rogamos a un amigo que nos cuente un suceso con todos sus pelos y señales, si no pudimos estar presentes. Quién no se ha encontrado con un momento especialmente crítico y se enfrentó a la situación a pelo, sin protección, asumiendo riesgos. Algo de ayuda en esos momentos difíciles habría venido al pelo. Pero claro, así nos luce el pelo a más de uno”.
Tampoco sería mi deseo que está reflexión sobre el tema de nuestra exposición fuera a contrapelo ya que los artistas de Margen Izquierdo me darían para el pelo. Como los lectores no tienen un pelo de tonto, esperamos que asistan a nuestra exposición y se les vea el pelo por Novem el día 18 de junio a partir de las 13:00 horas.
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Jueves, 26 de Diciembre del 2024
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