Opinión

Sí, yo soy de Pablo Laso

Antonio Muñoz Serrano | Miércoles, 6 de Julio del 2022
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El mundo del baloncesto en España se ha convulsionado estos días con la destitución fulminante de Pablo Laso como entrenador jefe del Real Madrid. Supuestas causas médicas que aconsejaban proteger la salud de P. Laso han sido la excusa oficial para consumar una destitución largo tiempo postergada.

Al final, la vileza se ha impuesto a la cordura, poniendo fin a una trayectoria brillante y victoriosa de 11 años como primer entrenador y 22 títulos oficiales en su haber. Sólo Pedro Ferrándiz ha conseguido más títulos como entrenador jefe del Real Madrid: 27 títulos en 13 temporadas, aunque no seguidas.

Juan Carlos Sánchez Lázaro, responsable de la sección de baloncesto y ejecutivo del Real Madrid desde el año 2010, ha sido la persona que ha truncado un brillante pasado y un esperanzador futuro. Es cierto que Pablo Laso nunca ha sido la opción preferida de este señor para dirigir al primer equipo de baloncesto. Los éxitos de P. Laso al frente del equipo le han impedido cesarlo antes. Cuanta amargura ha tenido que acumular en estos años por el querer y no poder. A veces,  la sinrazón anula la clarividencia y, a falta de razones deportivas, han tenido que ser otro tipo de razones para ejecutar una acción disparatada y de innegable vileza.

También la forma es importante, la mentira de los argumentos esgrimidos han quedado rápidamente desmontados ante los jugadores, aficionados, prensa deportiva y opinión pública en general. Que se lo digan al jefe de los servicios médicos del Real Madrid de Baloncesto, cesado fulminantemente por entender, como profesional, que no había razones suficientes para expedir la baja médica a Pablo Laso. Tampoco ha considerado pertinente pedir los informes de los cardiólogos que le operaron y que aseveran que Pablo Lasa está en perfectas condiciones para dirigir a un equipo profesional de baloncesto.

Siguiendo la más rancia tradición estalinista, Pablo Laso ya ha sido “borrado de la foto”. Para que esperar más. Si la decisión ya estaba tomada y el motivo se ha presentado inesperadamente, cuánto antes se le dé carpetazo, mejor.

El Real Madrid, C.F., es un club que presume de modales, tradición, historia y sobre todo, formas. Al menos eso cuentan ellos. En la realidad son como otros clubes vulgares. No hace falta tirar de mucha hemeroteca para comprobar cómo han terminado muchos de los jugadores de este club que han dado todo por esa camiseta.

Una vez cesado a Pablo Laso y proyectado una imagen macarra y poco seria del modus operandi de este club, el Sr. D. Juan Carlos Sánchez Lázaro, ha realizado una apuesta muy arriesgada, aun pudiéndose dar el caso de que sólo haya sido del brazo ejecutor del Presidente. Ahora tiene que demostrar que existían razones deportivas para tomar tal decisión. Pero el legado de Pablo Laso no es fácil de superar y, aunque su sucesor, Chus Mateo, está considerado como un buen entrenador, no hay que olvidar que el equipo que va a dirigir es el equipo de Pablo Laso y que los jugadores, por muy profesionales que sean, se han dado cuenta de que nada vale salvo el dinero. Hoy estás, mañana no me acuerdo de ti.

Sr. D. Juan Carlos Sánchez Lázaro, si no se consigue, al menos igualar, la trayectoria del entrenado cesado ¿quién será el responsable de esa situación?. El nuevo cuerpo técnico que es, casualmente, el antiguo cuerpo técnico del cesado entrenado. Ya se habrán dado cuenta de cómo las gastan en el club, dando por sentado que incluso sólo pueden ser un instrumento transitorio hasta que llegue un entrenador del agrado del mandante,  y de que ni los éxitos le garantizan la continuidad. O tendrán la culpa los jugadores.

Es muy difícil cohesionar un equipo competitivo de primer nivel, lleva mucho esfuerzo el que los jugadores y el cuerpo técnico trabajen bajo una misma idea y sentimiento. Los rivales también juegan, ahí está claro el ejemplo del F.C. Barcelona, un equipo diseñado para alcanzar las más altas glorias y que en una temporada que comenzó ilusionante ha terminado de forma decepcionante.

Entonces, ¿por qué tomar esa decisión? ¿Por qué finalizar un proyecto ganador? Eso sólo usted lo sabe y nunca lo publicará. Lo que sí es cierto que si los éxitos deportivos no se consiguen, sólo usted, Sr. Sánchez, será el máximo responsable de esta situación.

Al exponerse personalmente tanto, debería usted dar un repaso a la historia, donde un tal Robespierre, que a tantos mandó guillotinar, terminó con su cabeza rodando en el mismo artilugio.

Le recuerdo que su jefe inmediato, tampoco le tiembla el pulso para tomar una decisión y más si el nombre del Real Madrid está entredicho. 

Antonio Muñoz Serrano

-Entrenado Superior de Baloncesto-

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