Es conocida la difícil situación
de las religiosas en España durante los años siguientes a la desamortización y
la exclaustración. Ésta fue más generalizada respecto de los conventos de
frailes que los de monjas que, predominantemente eran de clausura y a las que se permitió si así lo deseaban,
continuar como asiladas en el edificio, entonces propiedad del Estado, con una
pensión de 4 reales que no siempre les pagaban.
Para ayudar a las religiosas de los
distintos lugares, además de las ayudas puntuales de los vecinos, se
constituyeron asociaciones para el socorro de las mismas, como es el caso de la
de Madrid, presidida por la Duquesa viuda de GOR. La participación de damas de
la nobleza en estas actividades caritativas, constituía un atractivo y daba a
la asociación aspecto de seriedad, despertando la confianza.
Por ello no nos sorprendió la
carta publicada en el Diario oficial
del Gobierno Mexicano de 5/7/1846, página 2, dirigida por
una dama española al párroco de la iglesia de Orizava (Méjico) en demanda de
donativos para el socorro de las religiosas de Córdoba, en Andalucía, en la que
describía con dramáticos tintes, el
calamitoso estado en el que se encontraban dichas monjas. Reproducimos un párrafo
de la carta:
“También me dice mi prima el cuadro que presentan las religiosas de
Córdova (sic), las que se encuentran en el mayor abatimiento, pues muchas de
ellas no pueden actuar a los actos de comunidad por no permitírselo la
desnudez, otras hay enfermas, siendo víctimas de la enfermedad por no tener
para alimentos ni medicamentos, y por último, sumidas en el mayor dolor, son
las criaturas mas desventuradas que Dios tiene sobre la tierra; mas
desgraciadas que los mendigos, porque éstos al fin tienen el seguro asilo de un
hospital donde son socorridos, pero estas pobres Dios solo sabe á que grado
alcanzan sus cuitas, porque como no están expuestas á la vista del público,
ignoran la mitad de lo que Ies pasa; nosotras que las hemos tomado bajo nuestra
protección, en cuanto nos es dado, sabemos todos los pormenores de cuanto les
pasa, y tenemos el grande sentimiento de no poder subvenir a todas sus
necesidades, ni en esta corte ni en Córdova, porque las contribuciones son
grandísimas, la España ha quedado muy abatida con los años que ha sufrido una
guerra fratricida, el pueblo agobiado por las mismas causas, no puede
llanamente atender a sus religiosas, las que fueron despojadas de sus riquezas,
señalándoles el gobierno una mezquina pensión, la que tampoco se les paga. ¿Y
qué cuenta tan estrecha nos tornará el Divino Juez cuando nos llame a
residenciarnos a su tribunal rectísimo, si miramos con fría indiferencia las
penalidades de sus muy amadas esposas. Las religiosas todas de España hubieran
sucumbido a la muerte, si Dios no velase sobre ellas, que aún cuando las tiene
abatidas, no las deja enteramente de su mano.”
Como decimos, ninguna sorpresa
por la iniciativa. La sorpresa nos la llevamos al leer que la autora de la
misiva era prima de la “marquesa de Tomelloso”,
a la cual se rogaba que fueran remitidos los fondos recaudados por tal
iniciativa, pues desconocíamos la existencia de ese título. Indagamos en los tratados
nobiliarios, genealógicos y de heráldica
y no hallamos rastro de tal marquesado por ninguna parte. ¿Título amortizado?,
hubiera aparecido como tal. ¿Error de transcripción? No parece, ya que se
repite en dos ocasiones la mención a la expresada marquesa (“Mi
prima la marquesa de Tomelloso” y “ruego
á V. S. libre á favor de dicha mi prima, la marquesa de Tomelloso, lo que se
recolecte para las religiosas de la ciudad de Córdova, en cuya capital se halla
mi prima.”)
La solución la encontramos casi
un año después en la reproducción de la Memoria leída por la presidenta de la asociación
para el socorro de las religiosas de Madrid, duquesa viuda de GOT, ¿GOR?, en la
junta general celebrada el 26 de enero de 1847 y reproducida en los periódicos
“El Católico” (Madrid), 11/6/1847,
páginas 1 y 2, y “La Esperanza” (Madrid. 1844), 12/6/1847,
páginas 3 y 4.
En dicha
memoria la presidenta informa de “un
suceso…sobre el cual creo deber llamar particularmente vuestra atención, ha
demostrado de una manera la más palpable y convincente que la mano de la
Providencia vela incesantemente sobre la suerte de las religiosas, haciendo que
hasta la perfidia y la inmoralidad sea
burlada y se convierta en su beneficio.
Impostores desconocidos, con claro designio de aprovechar los resultados de
escitar (sic) la caridad pública en países cristianos y lejanos en favor de las
religiosas de España, dirigieron excitaciones a Filipinas y hasta al R.
Prelado que rige la diócesis de
Leitzmnitz en Bohemia: fingiéronse nombres y se dieron direcciones amañadas
para hacerse dueños de las cantidades que la caridad cristiana de aquellos
países no destinaría a satisfacer la rapacidad ni el crimen, sino para aliviar
la suerte de las religiosas, cuya miseria se exageraban mas allá de su
realidad, con mengua de la religiosidad española; pero Dios que vela siempre
sobre sus criaturas no permitió que la superchería se consumase, y algunas de
las almas generosas á quienes movió la caridad para socorrer hízolas también
tomar prudentes precauciones para asegurar Ia percepción y distribución de sus socorros, llegando á
conocer por uno ú otro modo que nuestra asociación era el conducto seguro por
donde sus instintos caritativos podían satisfacerse. Recibió, pues, de Filipinas la Asociación, 5.500 reales para las
religiosas de Madrid, y del R. obispo de Leitzmnitz 5.650
para las de toda España. Ignoro, señoras, si estos impostores habrán cogido
algún fruto de su diabólica invención; pero lo único que estaba en nuestra mano
para evitarlo que era dar publicidad al hecho apenas nos fue conocido y ponerlo en el conocimiento de la autoridad
por si la acción de la justicia podía descubrir las supuestas condesa de
Santaella y marquesa de Tomelloso. Esto se hizo con cuanta decisión y prontitud nos fue dado.
He aquí, señoras, todo lo ocurrido de particular en el año que acaba”.
¡“Supuestas condesa de Santaella y marquesa de Tomelloso!” Sí
existe el marquesado de Santaella, no el condado y, desde luego, como aclara la
duquesa, no existía, ni existe, título
nobiliario alguno de Tomelloso.
No en balde España es la tierra
de la picardía y ésta se despliega en cualquier momento y por cualquier motivo
que los inmorales pícaros (eufemismo) vean oportunidad de granjerías.
Madrid, 6 de julio de 2022.
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Miércoles, 21 de Mayo del 2025
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