Como la luz
de las flores
que regalan
la esperanza
Rocío siempre
perfuma
su corazón con
el alba.
Rocío es rocío en gotas de esperanza que se reparten
para que la vida fructifique. Y lo hace desde la luz de la verdad con sonrisa,
subida a la campana de sus Torres: apellido de alturas singulares que mira
hacia el mañana sin limitar la marcha; porque su rocío palpa y da vida a un corazón
de viento que vibra al compás de su compás.
Luz donde la luz se aloja en sentimientos que
multiplican la caricia para que lo bueno siempre florezca. Porque Rocío es
Márquez y marca en sus Torres un apellido de origen vasco, que probó su
hidalguía en las Chancillerías, extendiéndose luego como el agua de su rocío en
los territorios hispanos para que ella viniera y sumara toda la calidez y la
calidad de lo imprevisto e imprevisible con un rocío que rocía la sincera
generosidad de su corazón: siempre dispuesto a ser donado por donación de su
sonrisa piel adentro.
Rocío, excelente hija de primaveras y golondrinas;
Rocío hermana, enlazando el vínculo del hermanamiento con cometas azules de
cariño; Rocío esposa y madre sin limitar nunca la ilusión: el amor a manos
llenas repartido; Rocío amiga, soñadora, entrañable, brillante, detallista y
libre que ahora se jubila, después de cuarenta años de andaduras culturales y
librescas, como Directora de la Biblioteca Pública “Francisco García Pavón” de
Tomelloso.
En Rocío todo es multiplicidad y gracia. A la par
cualidades en cantidades de Torres como cielos estrellados donde el índigo es
más azul que los añiles de todos los vientos que rizan el rizo de una mujer con
sabor a luz de Tomelloso, por el que se ha desvivido en un sin vivir altamente
limpio y meritorio; como los cielos claros de una tierra de inmensos
horizontes, coloreada por el bermellón de las amapolas que a Rocío le rocían el
alma y la vida haciéndose estrella y guía de luceros.
Corazón de amapolar tiene esta mujer que habita sueños
con el afán de llevar su hatillo de luz a la libre libertad que ella es. Sol
sin pausa. Rocío salvadora, niqueladora de cifras vivas en cientos de
actividades donde la palabra tendió puentes, niveló primaveras, clareó
oscuridades.
Refugiada en su rocío palpó la siembra y germinó los
trigos culturales del lugar de los tomillos tomelloseros. Y lo hizo a pie de
entusiasmo y a pie de esfuerzo, rociando el envés de lo fugaz para que
Tomelloso se perpetuara en el cálido viaje que brinda su literario corazón, su
humana singladura: ya historia épica y brisa limpia para los alquimistas que
moran en los pasadizos de lo eterno.
Hoy el rocío de Rocío nos rinde a la costumbre y nos
reúne para seguir rociando este continuo ser y sucederse en su familia: Torres
Márquez, López Torres...
Una brizna de agua y levadura que nos suma a su
bienaventurada sonrisa para crecer con ella en lunas apacibles e impredecibles.
Lunas alegres, entrañables, volanderas..., que traen el brindis de Rocío para
que nos lleven con sus alas rocieras a los tiempos del encuentro, el cariño, la
amistad y la vida.
Estoy contigo en el nuevo tiempo que estrenas para
seguir brindando la amistad. ¡Va por ti Rocío!
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Miércoles, 8 de Enero del 2025
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Jueves, 9 de Enero del 2025
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