El enólogo de Vinícola de Tomelloso, Carlos Pérez, explicaba a este medio mientras esperaba la llegada a la bodega del primer remolque, que como consecuencia de las altas temperaturas, la calidad del fruto es extraordinaria “las enfermedades que en otras circunstancias suelen atacar a la viña no se han dado”.  No obstante, se ha detectado una merma en la producción dado que los granos de uva son muy pequeños “aún así, hay que esperar a ver como va saliendo”.

Este miércoles se iniciaba una recolección que llegará hasta mediados o finales del mes de octubre “con muchas variedades y distintos puntos de maduración”. El enólogo recomienda empezar a vendimiar “cuando la uva esté madura que es cuando tenemos la máxima calidad.  El punto álgido de la vendimia llegará en septiembre “con los macabeo, los tintos y el airén”.

Aunque el técnico precisa que “hasta que no se mete la máquina no se sabe”, las visitas al campo “han sido preocupantes”, confirmando que el calor ha producido una merma en la cosecha. Reitera Pérez la salud inmejorable del fruto. En ese sentido, el enólogo ha recordado que las variedades tempranas como el chardonnay tienen, lógicamente, una floración más temprana que se vio perjudicada por la ola de calor de mayo. “En su código de permanencia, cuando se dan unas circunstancias adversas la planta aborta sus frutos y flores”. Aparentemente “las variedades más tardías están algo mejor, pero vamos a esperarnos a ver que pasa”.

Fernando Villena, que además es el presidente de Vinícola de Tomelloso, entraba las primeras uvas de la campaña a la bodega poco después de las ocho de la mañana. Confirma que la vendimia de la variedad chardonnay se ha adelantado unos días con respecto al año pasado “pero lo que se aprecia claramente es que los granos de uva son más pequeños de lo normal y los rendimientos van a ser bajos en esta variedad”.