El madrileño Óscar Martín Centeno es el flamante ganador del
Premio de Poesía “Eladio Cabañero” de la Fiesta de las Letras 2022 con el
poemario “Cuando el funambulista besó a la mujer bala”. Un libro sobre la búsqueda que habla del mito
del cambio, y tiene alrededor una historia de amor.
Óscar Martín Centeno es Licenciado en Historia y Ciencias de
la Música por la Universidad Autónoma de Madrid. En 2006 recibió el “Premio
Internacional Florentino Pérez-Embid” de la Real Academia Sevillana de Buenas
Letras por su primer libro “Espejos enfrentados”. En 2007 recibió el “Premio
Nacional Nicolás del Hierro” por su segundo libro “Las cántigas del diablo”.
También en 2007 obtuvo el “Premio Internacional Paul Beckett” por su tercer
libro “Sucio tango del alma. En 2010 recibió el “Premio Internacional Antonio
Gala” por su libro “Circe”. Ha publicado, así mismo, los manuales para docentes
Manual de creación literaria en la era de Internet (2009) y Animación a la
lectura mediante las nuevas tecnologías (2010). Dentro del campo literario ha
realizado una amplia obra relacionada con la poesía multimedia, desarrollando
nuevos formatos para disfrutar de la literatura. A esto hay que unirle su
interés por la comunicación y por la forma que tiene la palabra de mezclarse
con otras artes en busca de nuevas estéticas de la emoción.
Director del Centro Público de Educación Infantil, Primaria
y Secundaria Santo Domingo de Algete (Madrid), es presidente del Consejo de
Directores de Madrid. Ha publicado varios libros, así como manuales, textos y
artículos en numerosas revistas nacionales e internacionales. Es autor de
numerosos cursos online sobre liderazgo, función directiva y transformación de
centros. Ha diseñado contenidos para másters universitarios, editoriales y
entidades de formación. Ha realizado también numerosos cursos sobre
transformación educativa usando la tecnología.
—A pesar de ser un laureado poeta, ¿qué ha supuesto para
usted este premio?
—El premio Eladio Cabañero es uno de los más destacados de
nuestro país y, para mí, su concesión ha sido una alegría. Hacía 8 años que no
publicaba material nuevo, por lo que este libro supone una especie de regreso
literario. No había parado de escribir, pero he tenido siempre mucho respeto
por la publicación. Hay veces en que es difícil saber cuándo debes dejar de
revisar un libro. Recibir el Eladio Cabañero ha sido una enorme motivación para
seguir avanzando.
—¿Conoce a Eladio Cabañero, el escritor que da nombre al
galardón, el albañil poeta, o al revés?
—Sí, claro. Como uno de los componentes destacados de la
generación del 50 su obra ha tenido una importante influencia en todos los
escritores que vinimos después. Además, la línea clara de su poesía, su
cercanía y esa facilidad para tratar de una forma tan honesta los temas
universales hacen que esté de actualidad de nuevo. Su libro Marisa Sabia y
otros poemas fue reeditado por el Centro de Estudios de la Poesía de San
Sebastián de los Reyes, que dirijo ahora mismo. Mi buen amigo, Pedro Antonio
González Moreno, se encargó de una magnífica antología de su obra. Así que sí,
desde hace tiempo y, por diversas cuestiones, conozco y disfruto su obra.
—¿Qué vamos a encontrar en “Cuando el funambulista besó a
la mujer bala”?
—Es un libro sobre la búsqueda. En parte habla acerca del
mito del cambio, sobre la promesa de una transformación poderosa en tu vida.
Por otro lado, también tiene alrededor una historia de amor. La historia cruza
el escenario de un circo. Ese escenario se convierte en una especie de símbolo
del viaje constante. Y los personajes viven un beso que dura un instante: el
beso del funambulista y la mujer bala. Desarrollar esos personajes y generar
esa magia a su alrededor, ha sido una de las cuestiones más interesantes en la
creación del libro. Me interesa trabajar con esa idea del instante que detiene
el tiempo, de la emoción que curva la realidad. Creo que el lenguaje tiene esa
capacidad de escribir y rescribir el mundo. Lo mismo pasa con las emociones,
con la vida, y con el tiempo que pasamos en ella.
—¿Cómo llega a la escritura?
—Empecé a escribir hace muchos años. Recibí premios
literarios desde que era muy joven y mi primer libro salió publicado en la
colección Adonáis. Después fueron llegando más premios y más libros. Creo que
me acerqué a la escritura impulsado por los poetas y los músicos que admiraba.
En un primer momento las canciones de Leonard Cohen o de Nick Cave me
influyeron tanto como los poetas que estaba leyendo.
—Hay quien dice que para escribir es necesario tener un
don previo…
—Creo que hay que saber mirar. Mirar de una forma
distinta. Sentir con esa mirada, lo demás es trabajo.
—Usted apuesta por la poesía multimedia y los nuevos
formatos, ¿es la evolución lógica del género?
—Más que una evolución para mí es una puesta en escena, desarrollar
un lenguaje distinto nacido de la mezcla de diversas manifestaciones
artísticas. Desde el principio he compuesto música para los poemas que escribía
y, de la misma forma, he realizado montajes audiovisuales. Esto ha contribuido
a darle a mis recitales un aspecto bastante distinto al habitual. Últimamente
he realizado también propuestas con realidad aumentada, donde los espectadores
pueden sumergirse en el recital desde un punto de vista totalmente inmersivo.
Por otro lado, la poesía también necesita silencio y sencillez. Muchas veces
depende de cada texto. En Cuando el funambulista besó a la mujer bala
estoy terminando música para algún poema, pero creo que la mayor parte de ellos
funcionarán mejor desnudos. Solo con voz, solo con palabra. Especialmente los
poemas más íntimos.
—¿Es más fácil la creación en la era de internet?
—Tenemos más acceso a información, pero también mayor ruido.
Y la poesía necesita silencio. La tecnología ha abierto un inmenso campo para
la palabra, pero está más relacionado con la difusión que con la creación. Creo
que las únicas propuestas creativas que han sacado partido a la red y a las
nuevas posibilidades tecnológicas están relacionadas con la literatura
multimedia. Con esa voluntad de generar un nuevo lenguaje: no acompañar con
música, no acompañar con visuales; crear una obra total a partir de los
diversos lenguajes donde todos ellos aumenten los elementos significantes del
conjunto.
—El poeta de Tomelloso Dionisio Cañas fue un pionero de
los videopoemas y las performances, ¿conoce su obra?
Sí. Es un caso muy significativo de esa voluntad de mezclar
lenguajes que comentaba. Dionisio venía del mundo del arte y entró en la poesía
con una visión muy amplia. En su obra se pueden ver textos de mucha calidad y,
simultáneamente, una mezcla real de lenguajes que genera una sinergia donde
habita la obra. No hay propuestas simultáneas: hay un único mensaje apoyado en
diferentes lenguajes. Para mí eso es lo que le da tanta relevancia a su creación
literaria y artística.
—Su otra pasión es la educación, ha publicado manuales,
ha dado conferencias y es un innovador en esa disciplina tan necesaria, ¿no es
así?
Sí, creo que la palabra y la educación pueden cambiar el
mundo. Sé que parece un tópico, pero lo creo firmemente. Lo veo, de hecho, cada
día, en el centro que dirijo. Hace diez años empecé una aventura pedagógica
basada en la comunicación que llevó a un pequeño centro de Madrid a convertirse
en uno de los centros educativos más valorados del mundo. He tenido la suerte
de compartir ese esfuerzo con compañeros excepcionales que tienen esa misma fe
en el cambio.
—También apuesta por mejorar la educación a través de las
nuevas tecnologías, ¿es posible en un momento en que las redes y su uso están
tan denostadas?
Sí, siempre que se le dé a la tecnología la importancia que
tiene como herramienta y no como fin. La tecnología puede contribuir a que los
estudiantes generen increíbles poemas sonoros, obras artísticas, experimentos
científicos con realidad aumentada. También pueden programar robots y generar creaciones
curriculares completas usando periódicos digitales, radios digitales o
televisión digital. La tecnología puede ser apasionante si se utiliza para
crear: si los estudiantes dejan de ser espectadores pasivos para convertirse en
los protagonistas de su propia creación.
—La Fiesta de las Letras de Tomelloso es un referente
literario y artístico ¿Qué le parecen iniciativas como esta? ¿Había participado
antes en ella?
—Estas iniciativas contribuyen a darle una gran difusión a
la cultura y me atrevo a decir que son algo necesario. Es importante que se
impulsen propuestas así que nos permiten disfrutar a todos de la literatura y
del arte. No había participado previamente, así que es una oportunidad
estupenda para estrenarme.
—Tomelloso es un vergel para las artes, especialmente la
pintura y poesía, hay quien le puso “La Atenas de La Mancha”, seguramente con
mucha pretenciosidad ¿Conocía Tomelloso? ¿Sabía de ese “fenómeno” creativo?
—La verdad es que es un fenómeno bastante llamativo. La
actividad cultural de Tomelloso es muy intensa, lo que le concede a la ciudad
una gran importancia en el espacio cultural de nuestro país. Si tuviera que
destacar algo haría especial incidencia en una cuestión que me parece muy
importante: las actividades que se plantean generan una cultura real. Una
cultura que intenta acercarse a la ciudadanía para elevar un espacio
compartido. Creo que esa es la clave de una buena política cultural:
convertirla en un espacio de convivencia, disfrute y aprendizaje para todos los
ciudadanos.
—¿Cuáles son sus proyectos más próximos?
—Ahora mismo quiero disfrutar de recitar los poemas de este
libro. Muchos de los textos están pensados para ser recitados, por lo que creo
que funcionarán bien en las diferentes presentaciones. Estoy trabajando también
en el siguiente libro, a lo largo de estos últimos años he escrito bastante
material y ahora estoy inmerso en esa larga tarea de corregir, organizar y
diseñar el siguiente poemario.
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Lunes, 5 de Septiembre del 2022
Domingo, 4 de Septiembre del 2022
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Martes, 23 de Abril del 2024