En la época de Ramón
González se construyó el Parque de La Paz, una zona verde donde dominan las
especies autóctonas, diseñado y construido por el personal del Ayuntamiento a
mediados de los noventa. El técnico de Parques y Jardines, Fernando Peco, le
tiene un especial cariño “porque este parque lo fraguamos nosotros desde el
inicio, no intervino ninguna empresa o ingeniería”. Antes de ser parque en este
terreno había cuatro chimeneas troncopiramidales que se eliminaron. Su diseño
viene determinado por la poca profundidad
de tierra que disponía lo que obligó a elevar la cota con unos macizos de
sesenta y setenta centímetros y, en algunos casos, los macizos contienen una
segunda elevación que alcanza un metro y cuarenta centímetros. En el parque se
dibuja una gran plaza central y otras cuatro más pequeñas diseminadas, con
trazados completamente diferentes. “La idea principal de este parque es imitar
a la naturaleza”.
Un parque autóctono. La piedra que hay en el parque es de majano. “Necesitábamos
mucha tierra y hubo mucha gente que
aportó la tierra. Hubo que echarle mucha basura. Las hojas que se recogían de
otros lugares venían aquí. En el proceso de plantación optamos porque fuera un
parque totalmente autóctono, donde los escolares pudieran estudiar la flora autóctona de
nuestra región o por lo menos del clima mediterráneo. Los árboles son
relativamente muy jóvenes, pero nos sorprendió su gran crecimiento”. Al mismo
tiempo que Fernando explica las características generales nos invita a fijarnos
en unas espectaculares encinas plantadas en el 98 y enumera otros árboles de la
zona que tienen presencia en el parque como el pino piñonero, el pino
halenpensis, robles (los mayores que hay en Tomelloso y que se tratan
cuidadosamente por la clorosis), madroños, que mucha gente confunde con
plátanos y que florece y echa el fruto al mismo tiempo, sabinas que están
protegidas, “las tres que hay en el parque se trajeron de Ossa de Montiel”, el
llamativo espino albar con sus frutos rojos, un alcornoque, salgueras que es de
donde se obtenía el mimbre, olivos, los tarays con sus curiosas formas,
higueras, tejos que son árboles sagrados en la cultura celta, un almendro que
ha salido de manera espontánea…Fernando, como siempre, resalta la labor de las
personas que cuidan las zonas verdes. De este parque se ocupa Francisco Julián
Lara, que actualmente se encuentra de baja y ahora está Sara al cargo.
Aclara Fernando que no
todas las encinas son autóctonas. “Tenemos otras que son italianas que se diferencian
de las de aquí por una hoja algo mayor que presenta menos borde de pinchos,
además de un crecimiento mayor del conjunto del árbol. De todos modos, cuando
una encina se cría en un parque con agua abundante y nutrientes se puede llegar
a confundir con una italiana”. El parque guarda algunas especies que no son
autóctonas “que vamos eliminando poco a poco”.
La ruta botánica. El técnico subraya que el parque se ha ido construyendo con numerosos
planes de empleo y las plantaciones casi siempre las hacían los escolares con
motivo del Día del Árbol. “La mayoría de las plantas las han puestos los
escolares de Tomelloso. El parque es muy didáctico con una ruta botánica que
hicimos hace siete u ocho años. Los pequeños atriles donde se explican las
características de las plantas son de acero corten “porque la madera la
acababan rompiendo”. Esta ruta se ha aumentado con quince nuevas especies.
El perímetro del parque
está poblado de fresnos “árboles de ribera de río que han crecido mucho y de
hecho ya están afectando al acerado y a la valla que se puso años después en el
parque. Lástima que los más grandes se perdieran el año pasado cuando quemaron
unos contenedores en la calle”, comenta en tono de resignación. Junto a la
puerta de entrada de la calle La Paz se suprimieron unos arbustos y se sembró
un tapizante verde “con el fin de hacer un parque más permeable que se pueda
ver mejor”. Y nos cuenta Fernando otra curiosa labor que se realiza en los
pinos. “Se les hacen unas ventanas, es decir, una poda en el centro con el fin
de que el aire entre y el pino no ofrezca pantalla y lo haga más frágil ante el viento”.
Gran riqueza arbustiva. El parque alberga más de cien especies de
arbustos, desiguales en número, de hecho de algunos hay solamente un ejemplar:
saucos, el rusco que echa el fruto en el envés de la hoja, romero, santolina,
siete clases de cistus, jara pringosa, mirtos, juncos, cornejo, coscoja,
rhamnus…”Estamos tratando que este parque sea totalmente ecológico, evitamos
los tratamientos con productos fitosanitarios. Los abonos que echamos son
naturales, no químicos”, explica Peco. Meses atrás en el parque se llevó una
actuación muy potente y se levantó todo lo que no era autóctono “que había
salido aquí espontáneamente como moreras, melias, parras. Y se aportaron más de
veinte camiones de basura de conejo, procedente de una granja local. Después se
modificó completamente el riego que ya estaba obsoleto, se introdujeron otras
veinte especies más, entre ellas el enebro y se puso más cornicabra y lentisco”.
El mejor olmo de Tomelloso. Durante el recorrido llegamos a un olmo
espectacular “el mejor olmo que hay ahora mismo en Tomelloso”, dice orgulloso
Fernando sobre un árbol que guarda una curiosa historia. “Este magnífico olmo
era de un trabajador municipal que se llamaba Ángel Tinajo Sevilla. Echó
semillas en una maceta, lo crió en su casa. Cuando falleció el árbol ya tenía
tres o cuatro años y el servicio de parques se lo pidió a la familia para
plantarlo aquí. Es una maravilla de árbol, sin cicatrices, sin podas”.
Cerca del olmo se han
plantado unos robles de columna como los que hay en el parque de la Casa de
Gallego. El técnico cuenta que el parque se va estructurando en “estampas con
especies que, viéndolas en conjunto, ofrecen un paisaje de monte”. Alcanzamos
una zona de majestuosos cipreses de veinte años de edad y hay también veinte
especies de rosales salvajes que echan de fruto el escaramujo.
Nos llama la atención una
ejemplar de gynerium o cola de zorro que Peco aclara que “es una especie
invasiva. Tenemos uno a cada lado del parque, para señalar las puertas, pero
los vamos a quitar porque no son convenientes”. Y todavía hay más curiosidades.
En el parque hay una colonia de gatos protegida y la ordenanza se prohíbe que
los perros estén sueltos. Es un programa de captura , esterilización y suelta
que gestiona la asociación SOS Gatos. Al final, Fernando habla de otra
importante vuelta que hay que darle al parque y sueña con un proyecto que le
daría un espectacular aspecto a este parque de casi treinta años que es muy
visitado por los vecinos de los barrios del Pilar, San José, Nuevo Tomelloso y
vecinos de otras zonas que disfrutan de su riqueza.
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Jueves, 24 de Abril del 2025
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