En esta nueva conmemoración de
nuestra Carta Magna vale la pena plantearse si después de 44 años hemos
olvidado el sentido y lo que supuso para los españoles y españolas empezar a
ejercer la democracia y hacerlo a partir de aquella Constitución.
Una parte importante de la
población, hasta por edad, pareciera encontrarse a miles de kilómetros de lo
supuso ese reventón de libertades, respeto y normalidad. Entonces personas con
ideas antagonistas compartieron escaño en nuestro parlamento. Y no fue fácil,
ni fue cosa de unas elites de reyes o políticos recién aterrizados desde el
régimen anterior.
La democracia nació en las
calles, y fue un parto con mucho dolor, por cierto, donde el sindicato CCOO
tuvo un papel fundamental. Las personas trabajadoras, la ciudadanía de a pie
con sus manifestaciones y gritos de libertad, bajo asesinatos, palizas y
detenciones, fue la que nos permitió cerrar la pagina más negra de nuestra
Historia reciente. Después, esa libertad recién parida quedó en manos de un
parlamento tanto o más polarizado que el de hoy. De allí salieron las normas de
convivencia, de tolerancia, de igualdad, de derechos… Qué desagradable
sensación da ver ahora la incapacidad, la falta de altura y de talla política
de muchos en las Cortes, cuando los comparamos con hombres y mujeres recién que
tras una feroz dictadura fueron capaces de pactar la paz y la convivencia.
Pareciera que algunos partidos
políticos hoy estén creados solo y exclusivamente para ganar poder, blindar
privilegios, y no para hacer cosas por la gente. Y todavía alguien puede
extrañarse de la desafección hacia la clase política. Todavía nos sorprende que
‘política’ sea una palabra que se asocia a corrupción, a buena vida, a puertas
giratorias, a “todos son iguales”. Pues no, la política de antaño y la de hoy
tiene mucho de hacer, mucho que defender. Muchas personas que se dedican al
noble arte de la política -sí, noble- hoy están afanadas en hacer la vida mejor
a la gente, desde un pequeño ayuntamiento, desde un parlamento regional, desde
un gobierno nacional, también desde una noble oposición.
Desterremos pues la política
ratonera, servil, interesada, la populista, la falaz, la fake. Este país
necesita mirar otra vez al origen de su periodo más fructífero de derechos y
libertades. Limpiar la mirada y caminar hacia delante reformulando el devenir
de la política. No hacerlo dará la victoria a los resentidos, a los odiadores,
a los interesados en el caos para aislar a las personas, alejarlas del
colectivo. Para dejarnos solos a nuestra suerte. Para ganarnos y ponernos otra
vez de rodillas.
La ultraderecha, expresión del
capitalismo salvaje, tiene el único afán alienar, exprimir y someter a las
personas. Cuidado con los populismos crecientes, cuidado con las soflamas y el
discurso del odio. Cuidado con los que cuestionan el Estado de Derecho y sus
instituciones. Cuidado a las soluciones fáciles para graves problemas. Cuidado
con el odio al diferente, con la xenofobia, el racismo. Cuidado con los que
niegan la violencia a las mujeres demostrando así políticas supremacistas y de
un tufo machista repugnante.
España no necesita
salvapatrias, ni mesías. Los españoles y españolas no necesitamos que nos
enfrenten, que nos dividan, que nos debiliten. En España nos necesitamos todos
y todas. Cada pueblo, cada ciudad, cada comunidad o nacionalidad, cada sentimiento
de pertenencia conforma un país diverso, plural rico y diferente, que supo
entenderse en un momento crucial allá por 1978. Hoy yo reclamo ese espíritu
renovado, reclamo altura de miras, política con mayúsculas. Confrontación
legitima, no deprecio odio y revanchismo.
Los
partidos con tradición histórica de principios democráticos, aunque con
visiones diferentes de la realidad, deben cambiar el partidismo mal entendido
por el sentido de Estado y crear lazos democráticos que pongan sin condiciones
cordones sanitarios al odio y el populismo. Es posible con tan solo volver la
vista atrás, y retener en la mirada esos aires limpios que recorrieron el país
allá por 1978.
Paco
de la Rosa
Secretario
general de CCOO CLM
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Miércoles, 27 de Marzo del 2024
Viernes, 29 de Marzo del 2024
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