Se ha disputado en Altea (Alicante) el campeonato de España de ajedrez , +50 para jugadores entre 50 y 64 años y +65 para jugadores de más de 65 años. “Mi primera motivación fue la de haber quedado campeón de CLM en el mes de julio. Conseguí alzarme con el título en la última ronda de un emocionante torneo, hecho que me habilitaba representar a nuestra región en el torneo nacional”.  Domínguez arrancó en el puesto 26 en el ranking de los casi cien jugadores inscritos. Así contó Dominguez su participación en el torneo

Sábado 29: los nervios iniciales. Equipado con la ilusión de hacerlo bien después de buen tiempo preparando y  el polo de mi club, antes de comenzar la primera partida con blancas, contra un jugador de Barcelona, recibimos una charla de bienvenida del director del hotel y del árbitro principal. Entre otras cosas, este último nos recuerda que está PROHIBIDO tener cualquier dispositivo electrónico, incluidos teléfonos móviles en la sala de juego y en ese momento me empezó a recorrer la espalda un sudor frío: mi teléfono lo dejé en una mochila, en una silla detrás de mi mesa de juego. Me levanté de la silla como un resorte y me fui para uno de los árbitros a explicarle mi “problema”. Me respondió que dejara la mochila en la mesa arbitral y que no volviera a suceder lo mismo. Después de ello, acudo a mi mesa donde me espera Josep Pinilla, mientras el resto de partidas ya han empezado. ¡Qué manera de empezar el torneo!

Mi rival me sacrifica un peón en la apertura para activar sus piezas, pero consigo desactivar su plan, para poco a poco tomar más ventaja y llegar a un final muy favorable en el que le acabo encerrando un caballo y me acabo imponiendo.

Domingo 30: toca empezar a sufrir. En la segunda ronda se prevé otra dura partida. Es el momento de enfrentarme a un jugador procedente de Córdoba, Alberto Suriol que ha destacado en sus campeonatos provinciales. Desde el comienzo de la partida me plantea unas líneas complejas y agresivas de la apertura española. Me tocó sufrir un par de horas en las que observo que no acaba de lanzarse al ataque, situación que aprovecho para tomar la iniciativa y sacarle ventaja decisiva sacrificándole mi dama por torre y dos caballos. Conseguí un rápido remate, ya que en una combinación de mate, logro capturar su dama y acaba rindiéndose. Una partida difícil.

Lunes 31: buen juego y aceptable resultado. La partida creo que la preparé bastante bien, ya que uso además de un programa informático para ajedrez llamado Chessbase y entre otras, una web que ha mejorado mucho en los últimos años denominada yottachess. Salgo de la apertura quedándome en una cómoda posición en las que todas mis piezas están activas. Le presiono y rozo la ventaja decisiva, pero después de más de tres horas y media de juego, con problemas de tiempo, acabo aceptando unas tablas en un final de torres muy igualado. Gran partida contra el que al final del torneo quedó clasificado en la quinta posición de la general.

Habiendo llegado tarde a la cena por revisar la partida en el ordenador, costumbre que he llevado a diario en todas las partidas, ya que una rutina de trabajo y esfuerzo pienso que es fundamental para aspirar a algo positivo, se publica el emparejamiento para el día siguiente: Tatiana Grabuzova. 

Martes 1: gran partida ante gran rival. Tatiana es una gran jugadora rusa WGM (Gran Maestra femenina), y con un amplio palmarés en grandes torneos internacionales, olimpíadas y campeonatos del mundo. En 1985, Grabuzova ganó el torneo de ajedrez de selección de la URSS para el Campeonato Mundial Juvenil de Ajedrez en el grupo de edad femenino U20. Ganó cinco veces el Campeonato de Ajedrez Femenino de la Ciudad de Moscú (1986, 1991, 1997, 2003, 2007). En 1992, Tatiana Grabuzova ganó la Copa de Ajedrez Femenina de Rusia. En 1995, en Krefeld , ganó el Campeonato Abierto de Ajedrez Femenino de Alemania . Tatiana Grabuzova es ganadora de muchos torneos internacionales de ajedrez, incluyendo Bled (1990), Moscú (1992), Tallin (2006),…

Cuando preparo mi partida con negras contra Tatiana, observo que es muy versátil y que no juega siempre los mismos esquemas, por lo que decido salir de mi zona de confort y no jugar mi “típica” india de rey que seguramente me la llevaría ella muy preparada y opto por  jugar en mi segunda jugada e6. La partida transcurre con sin muchos detalles tácticos y si mucha estrategia, mucha planificación a medio y largo plazo. Después de casi 3 horas de juego, consigo llegar a un final de partida en el que ella se queda con un peón débil en e3, sus torres muy activas, pero lo que creo que decide la partida a mi favor es la lucha de mi caballo contra su alfil. Consigo reducir su capacidad ofensiva y después de más de 4 horas y 20 minutos, acabo venciéndole un final de torre contra torre con tres peones de ventaja. 

Me pongo buena nota por la partida jugada contra la gran jugadora rusa y a preparar el siguiente reto: Luis Mª Campos Gambutti, Maestro Internacional de nacionalidad argentina y afincado en Valencia, que no ha perdido una sola partida en sus tres últimas participaciones en el campeonato de España de veteranos.

Miércoles : en la mesa 1 contra el campeón de España. Con el ánimo por las nubes, pero con los pies en el suelo, me toca jugar contra el que al final del torneo queda como justo vencedor con un total de 7,5 puntos de 9 posibles. Tantas horas eché la mañana previa a dicha partida y un poco la presión de jugar en la mesa 1 que comencé ya quizá algo agarrotado en incluso falto de ideas, y ya en la jugada 4 cometo una imprecisión que me deja con una pequeña desventaja toda la partida. Sabiendo ello, me toca toda la partida luchar por la igualdad, situación que rozo en varios momentos. Al llegar a un final aparentemente igualado de un caballo y cuatro peones por cada bando, estoy prácticamente perdido por la actividad de su rey.  Otra intensa y emocionante partida.

Con 3,5 de 5 partidas, después de perder contra uno de los serios aspirantes al título, intento relativizar la derrota y me relajo un poco. Afronto la sexta partida contra otro barcelonés,  Jaume Vinals , con la confianza y la tranquilidad de estar jugando muy bien. Eso sí, cada día, en los minutos previos a comenzar la partida del día, nervios, mariposas en el estómago y ganas de salir corriendo de vuelta a casa.

Jueves 3: el regalo de ganar rápido. Tras preparar bien la partida contra Jaume en Yottachess, observo que es un sólido jugador, al que no lo veo brillar en temas tácticos como remates espectaculares, combinaciones complicadas, etc.  Comienza la partida con una apertura italiana en la que rápidamente me cede la iniciativa, hecho que acepto gustoso. Ya al comenzar me siento cómodo en una posición en la que todas mis piezas tienen actividad y su estructura de peones en el flanco de dama está algo deteriorada por un cambio de caballos. Consigo batir mi record de ganar pronto: 50 minutos. Jaume comete un tremendo error desplazando su dama al flanco de rey donde allí la esperaba para dejarla encerrada, y subir la cuarta victoria a mi casillero. Habiendo acabado antes de las 6 de la tarde, me dio tiempo hasta a irme una hora al gimnasio del hotel a liberar tensión y hacer un poco de ejercicio, que falta me hacía para afrontar con energías el último tercio de competición.

Viernes 4: derrota ante un viejo amigo. La séptima partida la afronto contra un viejo amigo, de mi época por tierras malagueñas hace más de 30 años. Francisco Javier Terrón es, además de una gran persona, un gran jugador de ajedrez que por citar alguno de sus muchos éxitos, quedó en junio campeón de Andalucía de veteranos, así que no me podía confiar nada.  Terrón y yo, nos conocimos allá por el año 1987 jugando por aquel entonces, en el club de ajedrez Maristas de Málaga. En su momento disputamos codo a codo, campeonatos provinciales, autonómicos e incluso varios nacionales en los campeonatos de España universitarios.

En cuanto me entero que nos toca enfrentarnos, le ofrecí la posibilidad de hacer tablas, ya que con 5 de 7 ambos, seguíamos bien colocados para la disputa de las últimas dos partidas y algo más descansados que el resto de competidores, por la no disputa de esa partida. Me respondió que no ya que su objetivo era el de quedar clasificado entre los 3 primeros clasificados. Entendí su decisión y acto seguido comienzo a preparar una dura partida y, cosas de la vida, me acabó ganando y al final del  torneo yo en el puesto 8 y él en el puesto 17. 

En la partida, equivoco el planteamiento en una apertura Nimzoindia y en vez de cambiar mi alfil de casillas negras por su caballo de c3, lo repliego equivocadamente para seguidamente perder el control de las casillas centrales. Esto lo aprovechó magistralmente mi rival, para imponerse tras más de 3 horas de lucha. 

Salgo del hotel fastidiado, ya que se alejaba mi objetivo de quedar entre los primeros clasificados. Sé que me la juego al día siguiente y mi esperanza era que me tocara un rival algo más asequible, que hasta ese momento no tengo mucha suerte en cuanto a los emparejamientos. Mi sorpresa es mayúscula cuando veo, que entre los jugadores que tenían 4,5, me toca jugar contra el más fuerte por ELO FIDE. En todas las rondas de un torneo de ajedrez, te toca jugar contra jugadores que tienen los mismos puntos que tú, o como mucho medio punto por encima o por debajo. Al perder, ingenuo de mí, pensaba que me tocaría un jugador más fácil que el anterior: ¡pues noooooooo!

Sábado 5: un gran paso hacia al top ten. Mi octavo rival se llama Vicente Cano, y es un jugador barcelonés de más de 2200 puntos de ELO FIDE. Después de revisar la séptima partida, decido estudiar al oponente, pero he de reconocer, que en esta ocasión no me tiré buena parte de la mañana preparando la partida. Intercalé en cada hora de estudio, un paseo por la playa, para intentar llegar con más energías a la partida y no excesivamente saturado de ajedrez como en ocasiones anteriores.  

La octava partida salió fenomenal, ya que aguanté las casi 4 horas que duró y estuve prácticamente con ligera o gran ventaja durante buena parte de ella. Después de una conocida variante de la defensa Benoni, consigo bloquear su flanco de dama, para poco a poco crearle debilidades que luego pudiera aprovechar. En un final con ligerísima ventaja, y ya con apuros con el reloj por ambos bandos, mi rival comete un error decisivo en el que capturo su alfil, poniendo la partida muy a mi favor. Acabo ganando la partida unas jugadas después.

 Acabé el día muy contento por haber conseguido mi quinta victoria y estar noveno en la clasificación general, pero a la vez cansado y con ganas de que acabase el torneo para volver a casa. 

Domingo 6: vital no perder. La última ronda se juega por la mañana y comienza a las 9:30. Me toca enfrentarme, una vez más a otro barcelonés, Ricard Brusi de unos 2150 de ELO FIDE. Le propuse tablas antes de empezar, ya que ese resultado me aseguraba mi objetivo de quedar entre los diez primeros de España y me respondió que prefería jugar. Nos pusimos a ello, y después de comenzar con una defensa india de rey, observo que  me quedo con poca actividad para mis piezas y que claramente las blancas se han quedado con la iniciativa, además de con el rey sin enrocar. Me toca nadar y guardar la ropa. ¿Qué significa esto último? Tengo que parar su ataque en el flanco de dama que tenía muy buena pinta y a la vez, intentar debilitar su flanco de rey, para por lo menos meterle un poco de miedo en el cuerpo. Con esa idea, en la jugada 27 hago la dudosa f5, que manifiesta muy a las claras mi intención de abrir líneas sobre su rey, cueste lo que cueste. En estos momentos, llevábamos ya más de 3 horas de partida y sabíamos que nos lo jugábamos todo en esos momentos finales a todo o nada. En estos momentos de tensión, decido reiterarle mi propuesta inicial de empate, y vuelve a rechazarlo, pienso honestamente en una posición con chances para ambos bandos. Es entonces cuando decido apretarle e intentar buscarle sus debilidades y crearles algunas amenazas, para por lo menos inquietarle y hacerle que gastara tiempo solucionando problemas. 5 jugadas después, cuando se vio que se le había escapado la ventaja y con poco tiempo para ambos, es él el que me pide tablas. Antes de aceptarlas, reviso la posición, miro alrededor para, sabiendo los resultados del resto de mesas cercanas, confirmar que aceptar el empate me podía favorecer. Pensé por un segundo en rechazarlas y seguir jugando porque mi rival ya no estaba con confianza, pero también en ese largo minuto de reflexión, que si le ganaba podría pasar del posible octavo puesto al sexto, pero en caso de perder podría quedar alejado de la zona de premios. Así que con todo ello, decidí aceptar su oferta de empate.

 De esta manera, concluye mi primer campeonato de España de veteranos, al que acudía con mucha ilusión por conseguir un buen resultado y por poner el nombre de Tomelloso y Castilla la Mancha en un prestigioso torneo nacional. Ha sido muy duro en muchos sentidos, pero creo que ha merecido la pena ya que, una vez que ha concluido todo, tengo la sensación de volver a casa con los deberes hechos, ya que mi oficio es el de profesor de Matemáticas y lo de jugar al ajedrez siempre ha sido a nivel amateur y no profesional. Espero que esta experiencia pueda servir de inspiración para nuestros alumnos de la escuela de ajedrez de Tomelloso, para que se preparen convenientemente para superarse en nuevos retos y que acudan a torneos difíciles con la confianza de que por aquí seguimos trabajando tan bien como en cualquier otro rincón de España. Es más, hace un mes hemos arrancado con la Escuela de Ajedrez para adultos, en la que disfrutamos lo que no está escrito con esos valientes que encuentran un hueco a la semana para mejorar su ajedrez y echar un rato divertido alrededor del tablero de los 64 escaques. ¡Quién sabe si alguno de ellos, es el próximo en escribir un artículo similar o con mejores resultados!