Almarcha regresa a su ciudad con un formato más íntimo, «el año pasado vinimos con el grupo completo, en esta ocasión lo hago con el trío. El concierto va a ser distinto a aquel, pero muy bonito, creo que al público también le gustan las distancias cortas». Es por eso que el recital se ha programado en el Auditorio López Torres, un sitio más pequeño «que conozco muy bien porque ahí he tocado un montón de veces».

El del día 28 va a ser «un concierto más íntimo, con menos distracciones visuales». Aunque cuente con la colaboración de Lucía Ruibal, «va a haber menos baile, una pieza solamente que la vamos a hacer los cuatro, el trío y ella». El repertorio va a estar compuesto principalmente por temas de “Alejandra”, el último disco del músico, aunque «voy a recuperar algunos discos del primero, de “Vejezate”, que no tuve ocasión de presentarlo en Tomelloso».

José Almarcha acaba de llegar de Estados Unidos «primero estuve dos semanas en el Reino Unido presentando “Alejandra”. Después de dos conciertos en Madrid nos fuimos de gira a Estados Unidos, Miami, Washington, Seattle, Portland y finalmente en Nueva York».  

El músico está muy contento de la aceptación que está teniendo “Alejandra” «el primero, no solo no lo toqué, es que no pude presentarlo en ningún sitio». El segundo disco ha sido un salto cualitativo muy importante «tanto del eco de los medios, como la posibilidad de tocarlo en conciertos que la verdad es que ya lo he hecho muchas veces».

El guitarrista no para de componer «no paro, eso viene cuando viene y te tiene que pillar trabajando, como decía Picasso». Desde mediados del pasado año José Almarcha se encuentra metido de lleno en su nuevo disco que va a suponer «un cambio de lenguaje. Estoy haciendo cosas con guitarra eléctrica y sonidos del soul». En ese sentido, el músico explica que está rematando un tema, que quiere que salga en febrero «en el incluye voces de soul. También estoy rescatando algunas cosas antiguas del flamenco, pero adaptándolas a los tiempos de hoy. Por ejemplo, estoy con unos caracoles para los que he rescatado el texto de una zarzuela, “La castañera” y he actualizado con ritmo soul». Y es que, «el flamenco y la música afroamericana siempre han ido de la mano. Cuando la gente pasa mal se refugia en la música y el jazz, el soul, el góspel o el flamenco son el lamento de un pueblo cuando esta oprimido».

Aunque está todo el papel prácticamente vendido («me quieren mucho en mi pueblo»), Almarcha anima al público a acudir a un concierto en el que «lo vamos a pasar muy bien».