En esta ocasión fue Gobi quién viajó al norte, a la casa y estudio de Kako y entre acantilados, comidas y risas emergió la pintura.  

La obra resultante de ese breve periodo de convivencia artística, se pudo ver en la exposición, donde se compartieron las obras, recuerdos y propósitos de este proyecto bajo el concepto de “fast expo”: encuentros fugaces con muestras fugaces.

“El graffiti o arte hecho en la calle, nos ha enseñado a compartir, amar el arte y lo efímero del mismo, estar en contacto con nuestros amigos y referentes y a tener las puertas abiertas del estudio”.

Éstas son las bases de Polizón, unirse para crear con el pretexto de viajar, pintar, convivir y compartir experiencias junto con otros artistas.

Según la RAE; Polizón es una persona ociosa y sin destino, que anda de corrillo en corrillo y que se embarca clandestinamente.
Y con este espíritu nace un proyecto de micro residencias “con el que viajamos, compartimos, creamos y nos nutrimos entre nosotros; jóvenes creadores con inquietudes artísticas similares”.

Esta es la primera colaboración de muchas, así que estaremos atentos a los movimientos de estos Polizones.