Tomelloso

Con “La comedia de las equivocaciones” Tadzio regala un gran noche de teatro al Marcelo Grande

Francisco Navarro | Domingo, 19 de Marzo del 2023
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Regresaba este sábado Tadzio al Teatro Marcelo Grande de Tomelloso con “La comedia de las equivocaciones”. Una obra de Shakespeare adaptada y dirigida por Nieves Jiménez y Pilar Pradillos, que fue la segunda de las representaciones de la 30 Muestra Local de Teatro José María Arcos de Tomelloso. El numeroso público que acudió al Marcelo Grande disfrutó de una gran noche de teatro gracias a la veterana compañía que recibió un gran ovación.

Se respiraba buen ambiente en el Marcelo Grande antes de comenzar la función. No en vano, desde 2017 no estrenaba Tadzio montaje en su casa, con el celebrado “Los últimos días de Judas Iscariote”. El respetable habla, se hacen corros, se comenta; la gente se saluda, sonríe. Se presagia —como así fue— una gran noche de teatro.

La obra comienza con un pareado, si el lector permite el chiste malo: el Bardo de Avon junto a una caja de Amazon. En un escenario sorprendente y efectivo, formado por contenedores y cajas, un Shakespeare, Raúl Benito, algo tiquismiquis y estirado no está muy contento con el hecho de que una pequeña compañía vaya a representar su primera obra —craso error, Sir William, no sabe usted con quien se está jugando el dinero—. Mientras pasa lista, la directora (Julia Olmedo) le explica al dramaturgo que la obra la van a representar en Tomelloso. Una foto pone fin a esta singular introducción que nos avisa de la que se nos viene encima.

“La comedia de las equivocaciones” es considerada por muchos como la primera obra del bardo de Avon. Una, sin duda, divertida obra, que en la versión de Nieves Jiménez y Pilar Pradillos para Tadzio Teatro lo es más, mucho más. Egeonte, de quien hace Carlos Torres, es un comerciante de Sircusa al que el Duque de Éfeso (Miguel Alberto Cano) lleva a cadalso porque la ley dice que cualquier siracusano que arribe a la ciudad es condenado a muerte. Egeonte cuenta al Duque el porqué de su viaje en un montaje muy cinematográfico —mientras el mercader relata se representa lo que cuenta en el proscenio—. Una historia de gemelos, dos pares de gemelos nada menos, que el funesto hado separa de una forma muy shakesperiana, claro.

También de Siracusa llegan Antífolo, Juan Luis Navarro, y su criado Dromio, Anabel Corral a hacer negocios a Éfeso. No saben, ni mucho menos, que ahí viven los hermanos gemelos de ambos. También se llaman Antífolo (Jaime Lahoz) y Dromio (Pilar Pradillos). Los siracusanos van a ser confundidos por los familiares de los de Éfeso, la esposa de Antífolo, Adriana, de quien hace Nieves Jiménez; la cuñada, Luciana, a quien da vida Mayte Grueso, incluso la Cortesana, Lola Blanco. También los confunde Angelo, un orfebre de quien hace Raúl Benito y Baltasar, un amigo de Antífolo, el de Éfeso y un cobrador con muy malas pulgas a quienes da vida Miguel Alberto Cano. A través de inverosímiles, extrañas y descacharrantes confusiones se llega a un feliz final gracias a la templanza de una abadesa interpretada por Helena Moraleda.

Tadzio Teatro imprime un ritmo muy cinematográfico, infernal en muchas ocasiones a “La comedia de las equivocaciones”. Hay escenas que parecen sacadas de los dibujos animados de la Warner Brothers, o de los Teleñecos, incluso. En otras, las subidas y bajadas de los actores por el escenario son absolutamente circenses. La obra no da tregua, no deja que nos relajemos, las escenas se suceden, los líos se acrecentan en un más difícil todavía teatral. Muchas veces se nos olvida que estamos en un certamen de teatro aficionado, la profesionalidad de los actores es palpable. ¡Cuántas horas de ensayos para llegar a esa perfección!

Los actores están brillantes, con descaro, soltura, con mucha vis cómica… con profesionalidad. Es injusto destacar a nadie, pero las “peleas” entre las hermanas Luciana y Adriana —una trepidante y brillante Nieves Jiménez a la que no le va a la zaga Mayte Grueso— , el descacharrante sortilegio del Doctor Pinch, con un Carlos Torres soberbio o las intervenciones de un desatado Miguel Alberto Cano fueron de nota. Pero, insistimos, todo el elenco de Tadzio Teatro estuvo acertado, un grupo virtuoso de actores que arrancó el aplauso del público en cada cambio de escena. Certificaron el presagio inicial de este cronista y anularon la injusta prevención del Shakespeare creado por Jiménez y Pradillos.

“La comedia de las equivocaciones” recibió una larga y merecida ovación del público, los miembros de Tadzio tuvieron que saludar en varias ocasiones.  

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