Opinión

El deterioro del “Puente del Caño” y de otros pontones de piedra de la comarca de Ruidera (y III)

Salvador Jiménez Ramírez | Lunes, 27 de Marzo del 2023
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El siguiente pontón de piedra, en dirección al pueblo de Ruidera, desde tiempos inmemoriales era nombrado por la gente del lugar como “Puente Chico” o “Puente de las Pozas”. Se construyó (foto izquierda) para salvar el paso por la corriente fluvial que discurre hacia el salto o “Cascada del Borbotón”. La sección del arco original, de medio punto, no modificada por el ensanche de la calzada Badajoz-Valencia en los años 2002-2003…; es una extraordinaria obra de cantería; encontrándose bien conservadas dovelas, clave, salmer, contrafuertes, cornisa, baranda. El “Puente del Caño”, —el más mutilado y malparado de todos— de arco rebajado, se encuentra ubicado en la bifurcación de la carretera de las lagunas, sobre el canal empedrado de la primitiva “Compuerta Real”; paralelo al también rebajado, (mentado en otro capítulo) pegado al “Repartidor” de los molinos, de la estropeada y vieja “Fabrica de la Pólvora”. Entre el “Repartidor” y los sepultados restos de la “Fábrica de la Pólvora” y “Casa del Veedor” de aquella industria, está el enigmático  “Puente de los Molinos”, de arco carpanel, que vimos y dibujamos en 1990, entonces muy arrumbado y desmoronado… 

Hace décadas, el ingeniero industrial Vicente García Noblejas, propietario de fincas urbanas y rústicas, en la comarca de Ruidera, nos comentó que había oído referir a su padre, que José García Noblejas y Díaz Pinés, fue invitado, el año 1880, por Cánovas del Castillo o por el propio rey Alfonso XII, a la inauguración de los puentes de Ruidera, en la “Laguna del Rey”. El 23 de febrero del año 1880, tuvo lugar un descomunal desbordamiento del Alto Guadiana; inundándose varias viviendas de la población de Tomelloso. El año 1891, de nuevo acaece otra gran avenida y en 1894, otro aluvión reventó parte del muro de la “laguna del Rey”. En el verano-otoño de 1893, el geólogo inglés Bogue Luffmann, “peregrinando” por la Ruta de Don Quijote; camino de Ruidera, por el margen izquierdo, acompañado del carrero-guía Julián, escribe: “…, Julián y yo nos fuimos a la cascada de Lunamontes= (El Hundimiento) y Ruidera. (…)…; apareció la cascada con su preciosa vista…”. (…). Llegamos a la única posada del lugar…; Julián me presentó al posadero…”. Es evidente que “peregrino”, guía y carruaje cruzaron con toda normalidad el cauce de la desembocadura de la “Laguna del Rey”, por pontón seguro y no por destartalado “puente de palos” de La Baja Edad Media, como los de los diseños aportados por la Inteligencia Artificial. Por ello nos atrevemos a decir, que el  “Puente de los Cinco Ojos” o “Puente del Vao” estaba edificado en aquellas fechas. 

Mediado el siglo XX, la calzada nacional Badajoz-Valencia, tenía una anchura, medida en las alcantarillas de drenaje, de seis metros cincuenta centímetros, pavimentada de grava, tierra y garujo.

El tráfico de vehículos pesados aumentaba a pasos agigantados, produciéndose “roces” laterales, colisiones e impactos al paso por el “embudo” que presentaba el ancho de los pontones. En los años noventa, el problema de una circulación fluida se agudizaba, a medida que las dimensiones, tara y carga de los camiones se acentuaba y el número de automóviles se multiplicaba. El “Puente del Caño” era el que más se “resentía”—decía la gente— y se resquebrajaba, al paso de los camiones-tráiler… En los años 1994-95, se elaboran proyectos de una “Variante”, de unos cuatro kilómetros, para alejar la carretera de los puentes y del casco urbano de la localidad de Ruidera. El Ministerio de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente, consideró que la “Variante” conllevaba impactos paisajísticos y ambientales muy negativos en el entorno; por lo que, la Dirección de Política Ambiental, sólo consideró viable: “una actuación de mejora, conservando el trazado actual de la travesía de Ruidera…”. 

En los años 2002-2003, las obras de ensanche de los cuatro puentes, se encontraban en ejecución; con ello se alteró ligeramente el lecho fluvial, perfil de equilibrio y base del torrente, del contexto geológico del Hundimiento. También se “mancó” el antepecho, arcada y pretil-cornisa de piedra del margen derecho del “Puente del Caño”. Hoy, el ancho-sobreancho de este pontón, ha tenido que ser restringido y abalizado, dado el deterioro e inestabilidad de su antigua estructura y pavimento asfáltico-granular; degradado a causa de la presión que ejercen  los vehículos de gran tonelaje y por la salinidad de fundentes utilizados en la estación invernal, que, igualmente, causan desperfectos en inmuebles del casco urbano. 

A finales del año 1996, la Consejería de Educación y Cultura, de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, valoró favorablemente las Normas Subsidiarias de Ruidera. En el escrito, la Dirección General de Cultura, hizo constar: “… Señalar al Ayuntamiento que resultan susceptibles de protección cultural, acorde con las previsiones de los artículos 25 y 37-2 de la Ley 16/1985, del Patrimonio Histórico Español, los siguientes inmuebles: Fábrica de la Pólvora (conjunto), Palacio del Rey, Real Sitio de la Magdalena (conjunto), Los Batanes, Restos del Canal del Gran Prior, Puente de los Caños, Puente de las Pozas, Puente del Canal”. En noviembre de 1997, la Consejería de Educación y Cultura, envía petición al ayuntamiento de Ruidera, adjuntando fichas para inventario sobre Patrimonio, al estar incluido el municipio, en el “Proyecto Paisajes y Rutas del Quijote, para declarar el entorno Patrimonio de la Humanidad…”. En dicha petición, se pedía a las autoridades municipales que asistieran a la reunión, que tendría lugar en Argamasilla de Alba, el día 18 de Diciembre y en Toledo, el mes de febrero de 1998, en la que participarían socios de Polonia, Grecia, Hungría. Conviene matizar que, la gestión municipal fue nula y el “mensaje” evadido, tal vez, por “pesar” sobre el territorio poderes, de quienes gozaban del prestigio que les confería y confiere la fortuna y el rancio abolengo. También solían y suelen desconsolar, la prepotencia de poderes políticos carlancones, en una tierra donde el sometimiento a la “iconografía” de quienes mandan, es una necesidad. 

”Puente del Caño”, con estallamientos en los sillares, por la presión que ejercen los vehículos de gran tonelaje, y arco Carpanel en la Fábrica de la Pólvora.

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