Este sábado desembarcaba la Compañía de Antonio Najarro en
el Teatro Marcelo Grande de Tomelloso con su último y más aclamado espectáculo,
“Querencia”. Un show único de una calidad sublime que encandiló desde el primer
taconeo al público —escaso para lo que un montaje de esa categoría se hubieses
merecido—. El respetable disfrutó de lo lindo de la particular revisión que
Antonio Najarro hace de la danza española.
Antonio Najarro estrenaba este sábado la sexta producción de
su compañía. Con “Querencia”, el coreógrafo revisita los orígenes, recupera y
ensalza la inspiración del lenguaje de los grandes ballets coreográficos que en
su día hicieron las figuras de la danza española. Un gran montaje de danza
española que encandiló al público de Tomelloso con 16 bailarines en escena en
igualdad de hombres y mujeres.
Durante una hora y cuarto los bailarines fueron ofreciendo al
respetable una decena de espectaculares cuadros, en un orden bien establecido, con
los que muestran los distintos estilos de la danza española, Escuela Bolera,
bailes regionales, flamenco y danza estilizada. Los artistas, de una calidad
demostrada, fueron capaces de adaptarse a las exquisitas coreografías de
Antonio Najarro. A cada baile, a cada cuadro (en el más amplio sentido de la
palabra) el público aumentaba los aplausos y se imbuía en el espectáculo,
consiguiendo una gran complicidad entre artistas y respetable.
La música, compuesta exprofeso por Moisés Sánchez, crea el
ambiente óptimo y redondea aún más la belleza y calidad del espectáculo. La sobria
escenografía se magnifica con la excelente iluminación de Pau Fullana con
efectos tridimensionales. El vestuario de Yaiza Pinillos, como nos adelanto el
propio Najarro en una reciente entrevista, lleva la bata de cola, el mantón de
Manila o el sombrero cordobés a la absoluta vanguardia.
Este sábado en las tablas del Marcelo Grande quedo de
manifiesto el buen hacer de Antonio Najarro y su compañía, disfrutamos de buena
danza, de un vestuario espectacular, de un diseño de luces muy cuidado, de una
música con una sensibilidad única y, sobre todo, de unos bailarines con una fuerza
que no dejó indiferente a nadie.
El espectacular número final, fue la apoteosis de un espectáculo
único que arrancó una gran ovación del público puesto en pie. El propio Antonio
Najarro salió a saludar al proscenio.
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Sábado, 14 de Junio del 2025
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