No hay mejor manera de reflexionar que haciéndolo con
música, con la buena música vocal que nos ofrecieron la Coral del Conservatorio
de Tomelloso y el Coro Las Veredas de Madrid. Este tormentoso sábado, víspera
electoral, llegaba al Teatro Marcelo Grande el XV Encuentro Coral Ciudad de
Tomelloso, que organiza la formación dirigida por Marieli Blanco en
colaboración con el Ayuntamiento de Tomelloso. Durante dos horas la magia de la
música se hizo dueña del Marcelo Grande y pudimos disfrutar, y mucho, del buen
hacer de dos grandes coros.
Calentaron el ambiente U-ke-lelas —con la incorporación de
Loli Blanco— que interpretaron “La hadas existen”, de Rozalén. Y es que, como
dijo Loli Blanco en la presentación del Encuentro, la magia y la música —o
viceversa— están vinculadas eternamente. “Una magia que sigue intacta y nos
permite estados de éxtasis con los que logramos superar los problemas del día a
día”. Presentó a la Coral del Conservatorio como un grupo de hadas y duendes
dirigidos por un ser de luz, Marieli Blanco, que puede llenar de armonía todo
lo que toca.
La Coral del Conservatorio fue la primera formación en
ocupar el escenario. Vestidos de blanco, con fulares de colores, los de Marieli
Blanco nos ofrecieron un variado programa coral que comenzó con “Nerea izango
zen”, una canción popular vasca en versión de Javier Busto. Continuó la
formación tomellosera con otra pieza del guipuzcoano —muy amigo de la coral— “Esta
tierra”. Glosar la calidad de la Coral del Conservatorio suena a obviedad, pero
hay que hacerlo cada vez que nos regala una actuación. La de ayer destacó por
encima de lluvia y de la dificultad de estos complicados días previos a las elecciones
de este domingo.
“Goza mi calipso”, con José María García al piano e Inma
Valero a la percusión, inundó de alegría el Marcelo Grande, con los coralistas
cantando y bailando y el público jaleando. Y, después, a lo lejos se vio el
reflejo de un melancólico tango de Gardel, errante en las sombras. Una pareja
mayor, vecina de asiento, tararea la inmortal pieza, cogidos de la mano. Con el
rostro iluminado, una sonrisa en los labios y el alma aferrada, seguro, a
muchos dulces recuerdos. Aunque solo sea por este momento, la música hizo su
magia.
Un motivador góspel, “Hear us, o Lord”, con García al piano,
entre las palmas del público dio paso a una habanera, con una letra peculiar
avisó la presentadora, “La niña de Marianao”. La Coral del Conservatorio puso
el colofón a su actuación con “To the Mothers in Brazil: Salve Regina”, de Lars
Jansson, que hizo que nuestras emociones se desbocaran. El público premio a la
agrupación con una gran y merecida ovación.
Coro Las Veredas
Con “Viva la vida” del Colplay, U-ke-lelas introdujeron la
actuación de la coral invitada. Lola Blanco, siguió destacando la magia de la
música para presentar al Coro Las Veredas, dirigido por Enrique Martín, esta
formado por doscientos miembros. Atesora un gran palmarés en el destacando
siete primeros premios en el Certamen de Coros Infantiles de la Comunidad de
Madrid, cinco primeros premios en Certámenes Nacionales de coros y un segundo y
un tercer premio en el Certamen Internacional de Torrevieja.
Comenzó el Coro Infantil y Juvenil Las Veredas con una
entrada sobrecogedora, las coralistas —eran chicas en su mayoría— caminaron por
el patio de butacas hasta el escenario interpretando, “Mariam Matrem Virginem”
de Michael McGlynn, en penumbra, como si fuese la procesión de un convento. Por
encima, el torrente de voz de la solista. Fue el propio director el encargado
de ir presentando los números, anunció que el repertorio que iban a interpretar
era un adelanto de su tercer disco. “O Love”, de Elaine Hagenberg fue la siguiente
pieza, romántica, tranquila, armoniosa y sosegada.
La desoladora “Tundra” de Ola Gjeilo, un tema poético,
desolador, pero bello, nos acurrucó en nuestro asiento. Con “Where the Light
Begins”, de Susan LaBarr —que será el título del nuevo disco— Las Veredas
iluminó de nuevo el Marcelo Grande, para llevarnos, sin solución de continuidad
a otra conocida pieza de Gjeilo, “Ubi cáritas”, con una soberbia improvisación
al piano. La pieza nos alejó de teatro, en uno de esos escasos momentos en los
que el alma se serena. “Sal de mi vida” y “Entre Torrevieja y mal” fueron las
siguientes canciones, dos habaneras, un soplo de aire fresco, marinero, que
nunca viene mal.
El concierto seguía in crescendo con la absorbente “Cantate
Domino” de Rupert Lang. Después, fue el turno de la reivindicativa “Non Degu,
Non?”, de Juncal Guerrero. La intervención de Las Veredas acabó con “A puppet's
dream”, un tema de Darius Lim estrenado este año por la formación. Las Veredas
recibió una gran ovación del público.
El XV Encuentro Coral, “Ciudad de Tomelloso” acabó con las
dos formaciones interpretando “Oh happy day” con Marí Ángeles Tébar de Solista.
Antes, Marieli Blanco agradeció la presencia de Las Veredas en el certamen que
dedicó a José Carretero, Ángel Luis Moreno y también a Pedro Izquierdo, por su
reciente jubilación después de 27 años en la Coral. La concejala de Cultura, Nazareth
Rodrigo, dio las gracias a las dos formaciones por una tarde “tan mágica”. Cuando
las palabras no son los capaces de explicar lo que pasa dentro ahí está la
música, señaló Rodrigo.
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Lunes, 25 de Noviembre del 2024
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