Mari Carmen, Doña Rogelia, el pato Nikol, el león Rodolfo y la niña Daisy se han quedado sin voz, mudos a la vez y para siempre. Tan unidos y compenetrados estuvieron, que era impensable escucharlos a solas, sin la compañía de los demás. Cada uno de ellos dotado de su propia sensibilidad, formas de ser, ocurrencias, gestos y filosofía de la vida. Eran tan reales que parecían seres animados, ajenos a esa mano y garganta prodigiosa que parecían tener vida propia.
Nos alegraron, nos entretuvieron, nos hicieron pasar gratos momentos, fueron unos personajes a los que Mari Carmen dotó de una voz inconfundible, gracias a la genialidad artística y maestría de esta conquense de nacimiento y española universal.
Con la desaparición de Mari Carmen, sus muñecos han dejado también de tener vida, desde ahora seguirán siendo muñecos mudos y dormidos, reposando en algún estante oculto para preservarlos a la vista de un injusto desencanto.
Adiós a Mari Carmen, adiós a sus cuatro hijos artísticos de los que nunca se separó y a los que tanto tuvo que agradecer. Su garganta fue un prodigio, pero fueron más si cabe, las divertidas e inteligentes maneras de darle vida a través de estos personajes que sin duda forman ya parte de la memoria colectiva de varias generaciones.
¡Gracias!
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Lunes, 16 de Junio del 2025