La culpa la tenían unas magníficas sardinas que me miraban y yo a ellas, con el mismo deseo que uno mira un buen torrezno de Soria a la hora del almuerzo, pero ¨...con la iglesia hemos topao amigo Sancho…" , la cosa empezó a ponerse fea cuando las empleadas sin culpa alguna, se negaron a depositar ese manjar en mi orgulloso e impoluto recipiente,  ante mi insistencia, solo conseguí un enfrentamiento dialéctico con el encargado, que junto a un Guardia de Seguridad apareció como  un "general de brigada" , no vaya a ser que unas sardinas y un ¨tapper¨ provocasen un conflicto en esta apacible población. 

Pasmado me quede, cuando me espeto -el encargado- y cito textualmente " Mercadona es una empresa privada y esa ley no le afecta", orgulloso de empresa y tirando de amor a la casa, como si Mercadona y el Sr. Roig estuviesen por encima de la Ley. Podría haber ilustrado a este encargado sobre el impacto ambiental que tiene el uso de plásticos y embalajes, que para eso se ha legislado, o sobre como su empresa hace lo que llamamos técnicamente un lavado de cara ambiental “greenwashing”, y como nos afectan las políticas de estas megaempresas, como  la ignorancia nos hace atrevidos, me ahorre el discurso. 

Acabó la cosa con la petición de una hoja de reclamaciones para interponer una queja ante consumo. 

Las tiendas de nuestros barrios tomelloseros SI cumplen el citado Real Decreto mucho antes de que se conociera su existencia, lo he comprobado desde hace tiempo y personalmente, adquiriendo productos con mis tappers sin ningún tipo de problema,  su sentido común no les ha hecho necesitar esta regulación, también otra gran superficie de Tomelloso los admite, no así Mercadona. 

Otras lecciones aprendidas: (i) las empresas buscamos empleados comprometidos y enfocados pero, una sobreactuación puede socavar la reputación de esta,  (ii) los mandos de nivel operativo deben estar muy preparados para gestionar conflictos con clientes informados, lo contrario podría impactar negativamente a largo plazo,  (iii) las empresas que usan el llamado "greenwashing" como estrategia para parecer sostenibles y atraer clientes, entran en una zona de riesgo, (iv) el poder de la gente puede cambiar determinadas formas de hacer negocios.

Finalmente me despedí "lloroso" de esos clupéidos de estupenda pinta , pero orgulloso de haber emprendido mi particular cruzada para hacer cumplir a Marcadona. 

Cuando escribo estas líneas, varios establecimientos de  Mercadona de Ciudad real si admitieron mis “tapper”, solo basto el sentido común del encargado. 

Pedro A. Fuentes Sánchez.