Este domingo volvimos a sumergirnos en la nostalgia
(musical, vivencial, personal…) en el Paco Gálvez de Tomelloso. Los Secretos regresaron
a Tomelloso más de una década después y demostraron con un gran concierto por
qué son una de las formaciones más longevas, más seguidas y más seguras del pop
español. Más de dos mil doscientas personas disfrutaron con los temas más
emblemáticos de la banda madrileña que Álvaro Urquijo cantó (y explicó) con su
voz dulce y suave.
Este cronista se atrevería a decir que el público que acudió
al Paco Gálvez fue el mismo que el del concierto de Loquillo, salvo por los
rockers de la primera fija. Incluso estaban muchos de los que fueron a los
Jardines del Parque la última vez que los madrileños tocaron en Tomelloso. Eso
sí, también había jóvenes, no hay que ser injustos. El público se dejó llevar
por los conocidos temas de Los Secretos, por el elegante sonido de la banda,
por los recuerdos, por aquel primer amor y el consiguiente desamor y por el
indeleble recuerdo de Enrique Urquijo al que, como dijo su hermano pequeño, “dedicamos
un trocito de cada uno de nuestros conciertos”.
Las canciones de Los Secretos siempre han estado ahí, han
formado parte de la banda sonora de muchos y muchas (al igual que las de
Loquillo, claro, pero éstos más melódicos, menos cañeros). Desde la inicial “Buena
chica” hasta el archiconocido “Déjame” con el que abandonaron el escenario
tomellosero repasaron con gran acierto y con un elegante buen hacer los temas
más emblemáticos de la formación. Por cierto, Los Secretos —vestidos de traje
negro— también estuvieron actuando en la Terraza de la Kike’s en aquellos
incipientes años ochenta.
“Allá en el otro mundo”, el bolerazo que hizo famoso Albert
Hammond fue el segundo de los temas de la banda al que siguieron “La calle del
olvido”, “Margarita”, “Mi paraíso”, “No me imagino”, “Y no amenece” o “Volver a
ser un niño” fueron calentando (a fuego lento, eso sí) al público del Paco Gálvez
hasta el necesario recuerdo a Enrique Urquijo. Ahí llegó la que para una conocida
es la mejor canción del mundo, “Aunque tú no lo sepas”.
“Quiero beber hasta perder el control”, “Ojos de gata”, con
la referencia a Sabina, junto con “El bulevar de los sueños rotos”, con letra
del ubetense y música de los madrileños; “He muestro y he resucitado”, “Esta es
otra tarde”, “Te hecho de menos” fueron aplaudidas, cantadas, bailadas, jaleadas
y grabadas por el público. Urquijo, antes de presentar a los músicos proclamó
que con los kilómetros de giras que lleva la banda habrían podido ir y volver a
la Luna. Además del cantante forman el grupo Ramón Arroyo a la guitarra; Jesús
Redondo a los teclados; Juan Ramos al bajo; Santi Fernández a la batería y
Txetxu Altube a la guitarra. Por cierto, que el baterista cumplía los años este
domingo y el respetable le cantó el “Cumpleaños feliz”.
Con “Gracias por elegirme” y “Ojos de perdida” se puso fin
oficialmente al recital. La ovación del respetable hizo que la banda saltase
de nuevo al escenario para los esperados bises. Jesús Redondo pidió aplausos
para los técnicos y para Álvaro. Y en un éxtasis “secretil” los madrileños
interpretaron “María”, “Sobre un vidrio mojado” y “Déjame”, en plena euforia
del público.
Disfrutamos de una gran noche de pop, fue el reencuentro con
unos amigos de los que has estado alejado algunos años y parece que no haya
pasado el tiempo desde la última vez.
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Domingo, 3 de Septiembre del 2023
Sábado, 2 de Septiembre del 2023
Viernes, 1 de Septiembre del 2023