Tomelloso, ya lo saben nuestros lectores, acaba su Feria y
Fiestas de una manera única, celebrando las letras y las artes. La Fiesta de las
Letras celebró este miércoles su LXXII edición; la ciudad ha mantenido durante
casi un siglo su indeleble devoción por la cultura con esta celebración única.
Fue Pío Caro-Baroja Jaureguialzo el encargado de poner el broche de esta
singular gala.
Pío Caro-Baroja mantiene muy viva la memoria y el legado de
los Baroja su tío abuelo, Pío Baroja; la de su abuela, Carmen Baroja; la de su
padre, Pío Caro Baroja, que fue un gran documentalista y la de Julio Caro
Baroja, su tío carnal. Llevó al Marcelo Grande con su discurso el espíritu del
98 y la relación entre los Baroja y La Mancha. Defendió lo analógico frente a
lo virtual y pidió que no se borre la memoria de quienes trabajaron de sol a
sol.
Mostró el Mantenedor durante su discurso su positiva
impresión por lo que representa la Fiesta de las Letras, su importancia y
solemnidad, que han llevado a Caro-Baroja a la perplejidad. Con orgullo, en los
primeros pasajes de su intervención repaso, “con orgullo” al elenco de sus
predecesores, “personalidades de talla internacional y señeras de la cultura de
nuestro país”. Aseguró que su designación como Mantenedor “es compartida con
varios miembros de mi familia”.
Tomelloso y Pío Baroja
Así, recordó como en un incipiente siglo XX Pío y Ricardo
Baroja recorrieron estas tierras manchegas con el impulso de los hombres del 98
de recorrer Castillas. Y, cómo no, el presentador menciono a Azorín y su
ineludible “La ruta de Don Quijote”. Explicó Caro-Baroja que de todos aquellos
viajes noventayochistas por tierras de La Mancha quedan pasajes en la obra de
Pío Baroja, sobre todo en “Camino de perfección” y “El árbol de la ciencia”. El
escritor donostiarra sitúa la última novela en el corazón de La Mancha; las
descripciones de esa Alcolea del Campo donde ejerce la medicina el trasunto de
don Pío, Andrés Hurtado, perfectamente pueden corresponder a Tomelloso. De
hecho, José “Pepinito”, su posadero, era oriundo de la ciudad.
Por otra parte, Ricardo Caro —un grabador excepcional,
apuntó su descendiente— dejó su impronta en los paisajes infinitos de esta
tierra. Nadie como él, subrayó el Mantenedor, pintó los cielos de La Mancha,
abandonada, ruinosa, sola, como el epítome del espíritu del 98.
Julio Caro Baroja tomó apuntes de estas tierras para un
estudio etnológico fundamental, “Los pueblos de España”. El etnógrafo corrige a
Azorín, que defendía que el origen de los molinos de La Mancha está en 1575,
esgrimiendo que el Arcipreste de Hita hablaba ya de molinos manchegos en el
siglo XIV. Elaboró un libro “Historia de los molinos de viento, ruedas
hidráulicas y norias” con los ingenios que incluye Pascual Madoz en su
diccionario geográfico, situando los de Tomelloso en el XIX.
Fue el padre del Mantenedor, el cineasta Pío Caro Baroja el
que dejó el documento más nítido con el episodio dedicado a La Mancha de la
serie de documentales “Conozca usted España” de Televisión Española. En la
película se conoce el frágil mundo de un tiempo que se pierde, de oficios
perdidos, fabricantes de hoces, talabarteros, herreros… Y un relojero
trajinando en la Posada de los Portales de Tomelloso.
Los algoritmos dan forma a nuestras vidas
Asegura Caro-Baroja en otro pasaje de su discurso que
asistimos a una pérdida de identidad, de la manera de mirar con la que
entendíamos el mundo. Tras ensalzar los libros, los periódicos y las
bibliotecas, el Mantenedor asegura que ahora la gente se ensimisma en las
pantallas de los dispositivos móviles sin mirar a sus compañeros de viaje. El
éxito, continuó, se mide por impactos y “el hombre pierde la capacidad de
relacionarse, surge la depresión y la población es más sugestionable”.
Sentenció Pío Caro-Baroja que “los algoritmos dan forma a
nuestras vidas” y contrapuso en su discurso las voces que se alzan contra “la
tiranía de la era digital”. Aunque se considera un furibundo defensor de lo
analógico frente a la tecnología de cristal, el Mantenedor reconoce los avances
evidentes como las mejoras en la salud, el trabajo y la comunicación.
La capital de las esencias manchegas
No hay mejor lugar para defender lo analógico que en La
Mancha “donde literatura y sueño confluyen. Me arrodillo y beso la tierra
manchega”. Con el reloj averiado del relojero de Tomelloso, el Mantenedor
quiere volver atrás “cuando mi padre estuvo aquí, cuando en Criptana se molía
el trigo segado con hoces de La Solana, trillado en eras con trillos de
pedernal. Visitaría cuevas y bombos”. Desde Tomelloso, “la capital de las
esencias manchegas” el mantenedor recorrería como un noventayochista “lo mejor
de esta tierra”
Crítico Caro-Baroja “la encrucijada de vivir virtualmente en
miles de lugares del mundo para no vivir en ninguno”. Por eso el mantenedor
pidió no cerrar los medios que han servido para trasmitir la cultura y
conservar la memoria de nuestros pueblos. “Qué no se borre la memoria de
quienes trabajaron de sol a sol, ni la causa de sus sufrimientos, ni la de sus
alegrías y celebraciones”
Volvió a la Fiesta de las Letras para calificar a Tomelloso
como un modelo a seguir”, dando la enhorabuena de todos por esa celebración de
la cultura.
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Viernes, 23 de Agosto del 2024
Miércoles, 21 de Agosto del 2024
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Miércoles, 30 de Octubre del 2024
Miércoles, 30 de Octubre del 2024
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