En este eterno y largo verano, y huyendo de la enésima ola de calor,
hemos decidido viajar al norte, solo una semanita de pausa, pero algo es algo.
Si mal no recuerdo, hace ya cinco años que visitamos por primera vez la capital
del Principado de Asturias, concretamente en primavera, aunque reconozco que
Oviedo es una ciudad que luce en cualquier temporada.
Fue aquel un viaje que nos dejó gratos recuerdos, y no solo por la
posibilidad de ver las maravillas del románico que la ciudad ofrece, sino por
su gastronomía, la belleza de monumentos y parques, amén de la cordialidad de
sus vecinos.
Sin embargo, y a pesar de todas esas bondades, para mí Oviedo tiene un
plus especial por una casualidad. Me refiero a que paseando por el centro de la
ciudad me encontré con un desconocido, Pedro Conde, un músico que suele cantar
en la Calle de la Rúa y en la calle del Águila. Aquel día cantaba un tema
conocido, pero yo no lograba recordar el nombre ni el grupo, fue más tarde
cuando me acordé, sin embargo, y sin
saber por qué, noté que aquel momento era especial.
Lo nuestro, lo de Pedro Conde y un servidor es algo tan raro y
extravagante, como bonito. Y no sabríamos explicar aquel azar y la sintonía que
después de algunas vicisitudes nos ha unido. Quizás fuesen los acordes del
estribillo de la canción de M-Clan que cantaba en aquel momento. Me refiero a
"Roto por dentro" una melodía que es un símbolo para ambos y que se
ajusta estupendamente a su voz un poco rasgada.
Hemos vuelto a Oviedo y eso que nuestro alojamiento en Asturias quedaba
un poco lejos, que cien km para mí son todo un reto ante mi pereza a conducir.
Sin embargo, aquel grato recuerdo y la posibilidad de volver a saludarlo me
animaron, y de qué manera.
Ambos ya nos conocemos un poco por las redes, un camino que hemos
recorrido por la curiosidad de los dos. Lejos queda ya aquel artículo donde en
unos párrafos hacía referencia a su persona y la sensación que su música me
produjo. Después, también él, y a través de una entrevista radiofónica, dejó
constancia de aquel momento tan singular, y lo hizo cantando una vez más esa
canción que se ha convertido en la señal del mutuo afecto. Por eso vuelvo otra
vez a Oviedo con el deseo de encontrármelo de nuevo, porque no hemos previsto
nada y, si sucede, será de nuevo casualidad.
Una vez más recorremos el centro de la ciudad disfrutando del paseo.
Concha se anima a visitar el popular mercado de El Fontán para curiosear sobre
los quesos de la región, comprando algunos para compartirlos a la vuelta y así
recordar este viaje. Mientras tanto, yo, por si acaso, me animo a perseguir mi
ilusión y me voy a la Calle de la Rúa que no queda muy lejos.
Cual no sera mi sorpresa cuando a lo lejos diviso a Pedro que está
desenfundado su vieja guitarra. A la vez, también él adivina mi presencia por
la esquina y, con una sonrisa ante la sorpresa, nos damos un abrazo cariñoso
por el reencuentro después de tanto tiempo.
¿Y qué raro no? que dos casi desconocidos se tengan ese mutuo afecto,
ese aprecio desinteresado que refleja la magia del instante. Así pues, quedamos
en tomarnos algo después de su habitual actuación mañanera, que Pedro es muy
formal a pesar de su autonomía.
Por lo poco que conozco intuyo que somos muy diferentes. Pero yo siempre
he admirado a los atrevidos que apuestan por realizar su sueño, aunque sea
descabellado o a contracorriente, y no me importa el resultado porque ese valor
les reivindica. Supongo que este respeto viene dado en contraposición a mi
pragmatismo, que siempre antepongo el lado realista y prudente frente al riesgo
de lo desconocido.
Un rato más tarde, y saboreando una cerveza, iniciamos una conversación
en un tono distendido y cordial donde nos contamos un montón de cosas para
saber más de nosotros, de nuestro entorno y de todo en general.
En relación a Oviedo y sobre el turismo de aluvión que sufre la ciudad
no puedo estar más de acuerdo con su criterio. A poco que comprendas, es
evidente que existe un déficit de calidad o de generosidad. Porque una gran
multitud de turistas no valoramos la oferta que la ciudad ofrece sobre cultura,
historia, arte, etc y, sin embargo, demandamos o precisamos demasiadas
prestaciones e invertimos muy poco, así mentémonos todos y sálvese el que
pueda. Nosotros le contamos también el contexto donde residimos, que es muy
diferente, que son otros los problemas, aunque más quisiéramos residir en un
lugar así, sobre todo por el clima y lo fresquito que se está.
En lo personal le aclaro a Pedro que no soy periodista, sino un simple
plumilla aficionado al que le gusta compartir sus escritos. Es evidente que
ahora las redes y las nuevas tecnologías nos ofrecen la posibilidad de ver con
rapidez las noticias de otras regiones. Igualmente le refiero que, aunque
residimos al sur de la capital, soy originario de Valdepeñas y que por eso
suelo publicar mis opiniones en los digitales de Castilla La Mancha.
Pedro nos declara que está ilusionado con "CondeNados", su
nuevo grupo, porque junto a sus colegas expresa su espíritu más rockero, algo
en lo que coincide con Concha, que un servidor sobre gustos musicales reconozco
ser más popero. También le confieso como un pecado que existe un grupo de éxito
que no me gusta mucho, y me respeta, aunque él en su repertorio tiene varias
canciones de los susodichos porque dice que en acústico son ideales para su
estilo.
Sobre la familia se muestra orgulloso de su chaval, nos cuenta que es un
estudiante excelente y ejemplo de superación. También que su madre es muy mayor
y, en el transcurso de la conversación, se vislumbra la tristeza que supone la
pérdida de los amigos que se van quedando por el camino. Nosotros igualmente le
contamos la ilusión que tenemos con nuestra nieta, una cría que crece feliz y
que es la alegría de toda la familia.
En un toma y daca de información, el diálogo fluye para saber más y
ponernos al día. Una vez más le vuelvo a referir mi pereza a conducir, aunque
reconozco que la estancia no me ha traído mayor complicación, si acaso el
reparo que le tengo a los viaductos, y en esta ruta de la Autovía del
Cantábrico o A-8 hay muchos, y bien largos algunos.
Se sonríe ante mis recelos y es entonces cuando me relata la dificultad
del antiguo itinerario que se ha hecho mítico porque ya tiene hasta
merchandising, me refiero a la N-634, y que antes, junto a la N-632, eran la
única ruta para recorrer la costa. Horas y horas de carretera, curvas y más
curvas, me dice, que hasta los pequeños desplazamientos se hacían eternos. Y lo
compruebo cuando me desvío para visitar ciudades como Luarca o Cudillero.
Como es natural, nos despedimos deseándonos lo mejor y le sugerimos que,
si en algún momento se acerca por la capital, se anime a visitarnos. Ya sabes
Pedro lo que dice el refrán: "No hay dos sin tres" y nosotros
hemos tenido la suerte de saludarte en un par de ocasiones, ahora te toca a ti.
De vuelta, y desde la rutina de la urbe, te deseamos lo mejor con tu
nuevo grupo, estamos seguros que seguirás disfrutando de tu inseparable
guitarra a pesar de los turistas tacaños. Y ya sabes que, para nosotros, volver
a Oviedo siempre será una opción, y más, si sospechamos que sigues cantando por
aquellas calles.
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Miércoles, 23 de Abril del 2025
Jueves, 24 de Abril del 2025
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