Hace unos días, en una amena charla
mantenida con los eminentes doctores D. Moisés Sánchez Cano, y D. José Luis
Teruel Briones, primo hermano el primero y amigo el segundo, a quienes dedico
este modesto trabajo, salió a colación el tema de los “duros sevillanos” y como
tenía preparadas unas notas al respecto, les anuncié su publicación, y ahí van.
La falsificación de billetes de banco y de moneda, en concreto de los llamados “duros
sevillanos” estaba a la orden del día en aquel año 1903. Los periódicos de toda
España daban noticias y el tema llegaría hasta el Senado con ruegos al ministro
de Gracia y Justicia de que tomara cuantas medidas fueran necesarias para
evitarla. Abundaban las quejas del comercio por los perjuicios que les estaba
ocasionando la circulación de los referidos duros, sirviendo de pretexto para
rechazar cualquier tipo de moneda y, como tenían un valor intrínseco, se
postulaba su recogida[1]. Pero no sólo la falsificación afectaba a los
duros sevillanos, sino que se extendía a los billetes de banco. Así “La lucha”[2],
1903, julio, 9, informaba de que volvían a circular billetes de 50 pesetas
falsos de la emisión de 25 de noviembre de 1899, con el busto de Quevedo, cuyo
grabado era más imperfecto. Y el “Diario de Córdoba de comercio, industria,
administración, noticias y avisos de 1903, agosto, 14, daba cuenta de haberse
descubierto una falsificación de billetes de banco de 100 y 1000 pesetas,
habiéndose detenido a dos expendedores.
Asimismo, “La correspondencia de
Valencia”, 1903, agosto, 6, [3]
daba la noticia de que en Bilbao, en la calle Concepción, habían descubierto una fábrica de moneda
falsa que diariamente lanzaba a la circulación de 30 a 40 monedas de una y dos
pesetas muy bien imitadas, habiéndose detenido a tres hombres y tres mujeres y
“El Heraldo de Tarragona”[4],
1903, agosto, 8, añadía que la falsificación se practicaba por el procedimiento
primitivo de vaciar las monedas, con el busto de Alfonso XII, en similares
moldes de yeso y resultaban perfectas, usando metal fundido.
Las monedas, entonces, tenían que
contener un valor material en el metal precioso correspondiente, equivalente al
de su valor nominal; es decir, un duro de plata había de contener plata por
valor de cinco pesetas. Con la bajada del precio de la plata y la pérdida de
las colonias, ante la desastrosa situación del Tesoro, el Gobierno cayó en la
tentación de emitir monedas de 5 pesetas cuya cantidad de plata, al haber
bajado su precio, equivalía aproximadamente a la mitad de su valor nominal. El
Tesoro, así ponía en circulación duros cuyo coste era casi la mitad, con lo que
obtenía unos ingresos ilícitos. Como a toda acción de este tipo se opone una
reacción, no igual, sino mayor y contraria, hubo ciudadanos que empezaron a
falsificarlos, incluso, en ocasiones, con más plata que las que contenían las
monedas de duro oficiales y con una perfección que era difícil de distinguir de
las monedas auténticas. Basta leer las diferencias que entre ellas publicó el
Banco de España para comprobarlo. Se llegó a la situación de que, de unos 1.500
millones de pesetas en circulación, en duros, cerca de 400 millones eran
falsos. La gente rechazaba los duros en sus transacciones y los obreros en su
jornal. El que descubría que le habían colado uno falso, trataba de soltarlo
cuanto antes (“Más falso que un duro sevillano”.
“De mano en mano como la falsa monea”). Así las cosas, por fin, el Gobierno
de Maura decidió retirar todas las monedas de 5 pesetas, fueran auténticas o
falsas, en julio de 1908, cambiándolas por su valor nominal.
Entretanto, según informaba El Adelanto,
1908 agosto 12, el conflicto creado por la desmonetización de los duros
sevillanos había alcanzado gravemente a Tomelloso, donde las ventas se hallaban
totalmente paralizadas porque los comerciantes se negaban a admitir monedas de
5 pesetas. Para solventar el problema el Ayuntamiento tomó el acuerdo de poner
en circulación 5.000 bonos por valor de una peseta firmados por el alcalde,
siendo depositario de los mismos el síndico del Ayuntamiento.
Todo ello viene a cuento de
situar las noticias aparecidas en la prensa de entonces según las cuales se
descubrió en Tomelloso un caso de falsificación, al parecer relacionado con una
red valenciana de falsificadores, por el que se detuvo a cinco personas. Y no
por cualquiera, sino por un “capellán del asilo de las Hermanitas de los
pobres”. “¡Allá va una noticia y de las gordas” escribía el periodista de El
Graduador [5],
1903 julio 11, e informaba de que la Guardia civil de Alcázar, con la debida
autorización judicial, registró la habitación de dicho capellán, encontrando
troqueles y otros efectos para la falsificación de la moneda y algunas de
éstas. Noticia que era recogida por otros periódicos, entre ellos El Heraldo de
Madrid. 11/7/1903, p. 3. Al parecer, el asunto se descubrió por la delación de
un sujeto de Valencia, a quien habían mandado 1.000 pesetas para que las
puliese.[6]
Se incautó una máquina de la que
únicamente faltaban troqueles, que se calculaba que funcionó por última vez
hace mes y medio. Se encontraron también paquetes de cintas metálicas de cobre
y calamina, materiales que pueden utilizarse en la acuñación de moneda, cuyo
peso ascendía a 38 kilogramos. Fueron hallados también en macetas y colchones,
monedas de plata con el busto de Alfonso XIII, del año 1898, que proceden de
acuñación reciente que se sospecha que
pueden ser de acuñación clandestina y una pequeña prensa portátil para
sellar monedas pequeñas, precisaba “El Porvenir”[7]:
1903 julio 19, que continuaba informando
[después de que D. Eduardo Sánchez
Aranda, cura vicario de la iglesia parroquial de Tomelloso, pidiera que se
aclarase, para quedar a salvo su honra, que el sacerdote culpable no es cura de
la parroquia, sino capellán de la Casa Asilo.[8]],
que “El cura detenido es D. Modesto
Dapazo y Moján, (y que) como cómplices han sido conducidos a la
cárcel los vecinos de Tomelloso José Vicente Ropero y Francisco Tejero, y la
Guardia civil busca con interés a Feliciano Martínez, a quien se considera
partícipe en el negocio.”
Por todo ello, parece ser que el
tal capellán, en lugar de fabricar, con obleas ácimas, sagradas formas, o con
metales nobles, medallas de la patrona, entendió, más positivo fabricar con
cobre y calamina, viles monedas falsas.
A pesar de haber buscado más
noticias relativas al resultado de las actuaciones judiciales de los presuntos
implicados anteriores, no las hemos hallado.
Madrid, 27 de septiembre de 2023.
[2]
“La lucha”: órgano del partido liberal de la provincia de Gerona: Año XXXIII
Número 7985 - 1903 julio 9, p. 2.
[3]
“La correspondencia de Valencia”: diario de noticias : eco imparcial de la
opinión y de la prensa: Año XXVI Número 8876 - 1903 Agosto 06, p. 3.
[4]
“El Heraldo de Tarragona”: diario político, órgano del Partido Liberal
Conservador de la provincia: Año I Número 112 - 1903 agosto 8, p. 2.
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Sábado, 21 de Diciembre del 2024
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