Es al tercer paso cuando advierto que hace frío de verdad y
que los cuatro grados que anunciaba el parte meteorológico en la radio eran, en
realidad, dos. Así que meto las manos en los bolsillos del viejo abrigo que
vuelvo a estrenar este noviembre y me encuentro contigo. Supe al instante que
eras tú y que sería difícil que te marcharas de mi vida. Ha pasado tiempo desde
entonces y creía haberte olvidado. Te había olvidado. Ahora has vuelto. Bueno,
has intentado volver.
Me dejaste claro que la vida, sin ti, sería un infierno. Lo
fue durante un tiempo, aunque finalmente logré aceptar el pulso y, poco a poco,
fuiste desvaneciéndote. Primero, fueron los encuentros, venidos a menos. Hasta
tal punto que, un día cualquiera, dejé de cruzarme contigo, dejé de verte.
Después, las redes. Se acabaron los grupos en común, los pantallazos de
terceros y los audios de tus amigos, que habían sido los míos. Un día creí
verte. No había nadie alrededor tuyo. Aceleré la marcha hasta que te convertiste
en una figura desdibujada.
Encontré una de tus últimas notas amenazantes en el viejo
abrigo que estreno todos los años, justo en noviembre, siempre en noviembre. Me
llamabas «hija de puta» entre risas. Escrito de puño y letra, quise guardarlo,
supongo que para hacerme aún más daño. Debió ser casi a las puertas de la
primavera. El abrigo fue a la percha y, con él, una de tus últimas miserables
amenazas. Acabo de hacer una bola con ella y has acabado en una papelera del
parque. Ni siquiera pienso reciclarte.
Pertenezco a ese diez por ciento que alguna vez ha sido acosado. Todo empezó cuando éramos amigas y algo, de repente, se torció. Tal vez fue un retraso en una cita, una disputa absurda o alguien que nos gustaba al mismo tiempo. Tal vez no fue ni eso. Yo qué sé qué fue. No. Sí lo sé. Fue acoso. Fue. Ya no. Ahora luzco mi viejo abrigo, libre de ti. Queda pendiente despojarme de este rencor que aún tardará un poco más en marcharse.
El
pasado 2 de noviembre se celebró el Día Internacional contra la Violencia y el
Acoso Escolar. Aproximadamente, el diez por ciento del alumnado siente haber
sufrido acoso (o ciberacoso) en algún momento de su vida escolar.
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Viernes, 9 de Mayo del 2025
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