“El encuentro busca crear sinergias entre los distintos grupos y las personas que los integran, por lo que el formato con actividades para mayores y niños funciona como creación de lazos de amistad y aprendizaje en común”, explica la organización ecologista en un comunicado. Para ello se realizaron rutas de senderismo, una visita guiada al centro de interpretación de las Lagunas, comidas colectivas y una obra de teatro.

La obra de teatro la representó el colectivo Cactus, un experimento social que representa una asociación de vecinas del ficticio barrio de La Hormiga que presenta las dinámicas típicas de cualquier asociación. Al finalizar la obra los asistentes pueden subir al escenario y sustituir a los personajes para intentar resolver los conflictos que se suelen presentar en este tipo de grupos.

“Faltan manos” para abordar todos los temas

Ecologistas en Acción asegura que les “faltan manos” para ponerse a reivindicar y trabajar por los asuntos que plantean los ciudadanos y que enumeran en esta lista:  retroceso en el arbolado urbano en muchas ciudades; instalación de plantas que generan problemas a su alrededor como macrogranjas, plantas de biogás, incineradoras, etc. Otra reivindicación tiene que ver con las problemáticas globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad o el agotamiento de los recursos.

Ecologistas en Acción explican que su actividad reivindicativa o el trabajo por estas causas no está remunerada, “sacamos el tiempo para el activismo de nuestros momentos de descanso de nuestra actividad”. También reivindican “el ecologismo social” como “una forma de compartir y de disfrutar en familia en entornos tan maravillosos como con las Lagunas de Ruidera”.