El ejemplo de las Tablas de Daimiel es paradigmático pero no el único de nuestra región, que han sufrido un descenso de más de 12 metros en el nivel freático, dejando apenas un 5% de la zona encharcable con agua, gran parte debido a la aportación de agua desde el Tajo. Esto es debido a la proliferación de campos agrícolas en regadío, hasta alcanzar las 51.500 hectáreas.

A nivel nacional, en el Inventario Español del Zonas Húmedas (IEZH) aparecen registradas 223 zonas húmedas en nuestra región, según este solo el 12,9 % de los humedales ofrecen "la calidad del hábitat que precisan sus poblaciones de aves” y casi la mitad se encuentran en mal estado o han desaparecido. Aún así estos datos deben observarse con cautela, pues los datos están desactualizados, ya que las comunidades autónomas no han ofrecido los datos actualizados y los procesos de deslinde y registro muchas veces no se han llevado a cabo.

Además del día mundial de los humedales es inminente la aprobación del Reglamento europeo sobre la Restauración de la Naturaleza. Dicho reglamento, pendiente de ratificación en el pleno del Parlamento Europeo previsto para finales de febrero, plantea la recuperación del 20 % de los ecosistemas europeos para 2030 y todos los ecosistemas que necesiten restauración de aquí a 2050. Una vez aprobado, los Estados miembro tendrán hasta veinticuatro meses para elaborar los Planes Nacionales de Restauración, donde se establecerán las zonas y medidas necesarias para cumplir con los objetivos.

Desde el grupo ecologista se proponen las siguiente medidas:

Elaboración de un Listado Nacional de Zonas Húmedas Susceptibles de Recuperación y priorización de en el futuro Plan Nacional de Restauración.

La actualización y conclusión inmediata del Inventario Nacional de Zonas Húmedas. Tan solo nueve Comunidades Autónomas han proporcionado sus datos al Inventario Español de Zonas Húmedas (IEZH), transcurridos 19 años desde la instauración de dicho inventario en España.

Derogación inmediata del artículo 111.6 de la Ley de Aguas que aún contempla la posibilidad por parte de los organismos de cuenca de promover la desecación de humedales declarados insalubres o cuyo saneamiento se considere necesario por razones de interés publico.

Se requiere urgentemente llevar a cabo deslindes en los humedales alterados por la intervención humana, con el fin de cumplir con la identificación del dominio público hidráulico según lo establecido en el Texto Refundido de la Ley de Aguas.

Establecer programas ambiciosos de reducción de los impactos provenientes de la agricultura y ganadería intensiva en las zonas de influencia de los humedales con el objeto de evitar su contaminación y la necesidad de su restauración.