Nati Rodríguez, que ha sido nuestro eficaz y amable enlace para poder realizar este reportaje del Parque de Bomberos de Tomelloso, explica que el Consorcio de Emergencias de Ciudad se diseñó en el año 1986 y se convocaron plazas  para que todo empezase a funcionar al año siguiente, concretamente, el 1 de julio de 1987. “El consorcio estaba formado por nueve parques  en la provincia, y uno de ellos sería el de Tomelloso.  Pero antes de la constitución del consorcio, Tomelloso ya contaba con cinco bomberos dependientes del Ayuntamiento que también merecen nuestro reconocimiento. El consorcio absorbió a estos cinco bomberos y Tomelloso pasó de tener a un bombero de guardia que estaba con un camión a contar con un parque con cuatro bomberos de guardia, un médico, una UVI móvil y varios camiones. El servicio dio un salto exponencial porque antes se producía un accidente y apenas había medios para rescatar a las personas”.

Realizamos esta entrevista justo un día después de la actuación de los bomberos del Parque en el accidente de un camión cisterna que volcó su carga sobre el cauce seco del río en Argamasilla de Alba. Una de las muchas a lo largo de estas cuatro décadas  que ponen de manifiesto la  entrega y preparación de estos grandes profesionales. 

Mientras pasamos junto al “Tigre”, el emblemático camión que lleva en activo los 37 años de trayectoria del parque, y que cuando se estrenó era puntero en España, Rodríguez sigue contando que con la llegada del consorcio “las cien poblaciones de la provincia y sus quinientos mil habitantes pasaban a estar cubiertos por estos nueve parques. El de Tomelloso da servicio también a las poblaciones de Argamasilla de Alba, Socuéllamos, Ruidera y Cinco Casas, es decir, una comarca con 60.000 habitantes. Cuando empezamos vino la UVI Móvil que perteneció al consorcio 18 años hasta que pasó al SESCAM y salvó muchísimas vidas”.

Históricamente, la plantilla del Parque de Tomelloso ha sido de 24 bomberos, “y en una comarca tan poblada como la de la Mancha nos pillan también muy a mano los parques de Alcázar, Villarrobledo , Manzanares y Valdepeñas. Hay situaciones que las puede resolver un solo parque, pero para un incendió como el que ocurrió hace año en García Baquero necesitas ocho o diez dotaciones y no te digo cuando se incendió Repsol en Puertollano”. Precisamente, en los pasillos del parque hay fotografías de las intervenciones más relevantes del parque. Fotos que impresionan y que enseñan por sí mismas la inmensa dificultad del trabajo al que tienen que hacer frente. “Algunos incendios es muy difícil apagarlo porque el agua se evapora antes de llegar a la llama”, remarca Nati Rodríguez.

De la plantilla del 87  todavía quedan cuatro bomberos en plantilla, una primera promoción que ha ido cumpliendo años a la vez que el parque. De las paredes cuelgan fotos que enseñan sus rostros jóvenes nada más llegar. “Pusimos en marcha el parque, antes estuvimos unos cuantos meses en una nave de Obras del Ayuntamiento”. A la entrevista se incorporan José María, Ángel, Julio, José Ángel y Emilio que nos seguirán contando sabrosos capítulos de lo que ha sido su vida laboral como bomberos. “Después de una trayectoria tan larga,  los primeros meses de la jubilación se hacen un poco raros. Se va a producir un relevo generacional demasiado brusco. Aquí hemos sido como una familia. Llegamos todos con 22,23 o 24 años y por este motivo las jubilaciones han coincidido con el tiempo”.

Reconocidos por la sociedad

Se sienten reconocidos por la sociedad, orgullosos de una labor que les obliga a mucho, empezando por el riesgo que entraña, el sacrificio de las guardias, el horario nocturno y esa admirable capacidad para ponerse en marcha con gran rapidez. Uno de ellos comenta que “el trabajo me ha gustado mucho ¿vocación? No sé, era más la necesidad de coger un puesto de trabajo fijo que te diera estabilidad”. Alguien añade uns reflexión importante “el bombero necesita preparación, como ocurre en otros muchos trabajos, pero lo que hace especial este trabajo es que te encuentras siempre una situación diferente. Puedes haber estado en cien incendios y el siguiente será diferente a los demás. Cada uno es de su padre y de su madre, por las características del inmueble y del propio incendio. Y luego hay que tomar decisiones en segundos. No puedes pararte a pensar mucho tiempo, hay que decidir rápido y actuar”.

Hilan lo anterior con una recomendación. “Cuando ocurre un siniestro es fundamental que la gente proporcione los datos de localización con el mayor detalle posible. El tiempo es oro y hay que precisar los datos. Algunas veces hemos recibido avisos poco precisos y también es importante que la gente llama al 1006 o al 112 y no al número fijo del parque que es el que les aparece en internet” 

Por las instalaciones andan faenando dos solaneros, padre e hijo, que trabajan en el parque y también ha habido relevo de oficio en el caso de Marcelino Lomas que se incorporará a la entrevista un poco después. “A mí también me gustaría y tengo un hijo que se prepara, otro cosa es que lo consiga o no”.

Irrumpe en la entrevista el tema de la preparación física. “Hay que entrenar, machacarse mucho, aunque la mayoría hemos hecho deporte y lo llevamos más o menos bien. Es más complicado el tema del estudio. A quien no tenga le hábito de estudiar le cuesta mucho más que a un chaval que tenga una carrera universitaria”. De todos modos, deshacen tópicos sobre esa imagen del bombero cuadrado que se refleja en muchas películas de cine. “El bombero es una persona que de su seguridad, depende que la actuación llegue a buen puerto. Y eso lo obliga a conocer muchas cosas, a extremar las precauciones y a manejar bien los equipos. Tienes que tener una preparación física para resistir, no se trata de hacer borriquerías”.

El recuerdo de muchas actuaciones

Repasan actuaciones realizadas que, en 37 años, han sido muchas, pero lo hacen con naturalidad, sin ningún atisbo de presunción. “Hacemos un trabajo en el que atendemos situaciones muy desagradables y donde hemos pasado por todo tipo de vicisitues. En un incendio en una mercería, estaba todo lleno de humo y no encontrábamos el foco del incendio. Al final, tirando un tabique lo encontramos”. Agradecen la evolución en edificios, carreteras y otras infraestructuras que les ha facilitado mucho su labor. “Atender un accidente hace 35 años era algo terrible, ahora los coches cuentan con un sistema de aviso de socorro que nos facilita su localización. Años atrás  encontramos un coche que había quedado oculto en un puente con tres personas dentro gracias a este sistema”. 

“Los primeros años hacíamos también labores de inspección y nos hemos encontrado una salida de emergencia de una discoteca taponada con cajas de cervezas y cadenas”. Sigue tirando de memoria y hablan de rescate de animales,  de apertura de viviendas, de actuaciones para eliminar enjambres de abejas... Van recordando a los jefes que han pasado por el Parque. “Jacinto fue el que más tiempo estuvo”,  y hablan de la metódica organización de su trabajo. La plantilla se estructura en grupos de tres bomberos y un cabo y cuando se recibe un aviso se ponen en marcha como una maquinaria perfecta.

A la hora de hacer la foto que ilustra este reportaje coinciden con uno de los bomberos de las nuevas generaciones e inciden en la idea de que “lo mejor del trabajo es que siempre ayudas a alguien que está en una situación más o menos apurada. Esto es lo más gratificante de todo y por este motivo animamos a chavales jóvenes a que intenten entrar en el cuerpo. Ahora van a salir plazas y pueden tener una oportunidad laboral muy interesante”.