En ARBA no somos de rendirnos, al contrario, somos duros de
pelar. Tampoco somos ruidosos, pero sí de pasar a la acción, aunque cuando hay
que elevar la voz también somos capaces de hacerlo con hechos.
Nos gustaría que este pasado otoño se hubiera podido llevar
a cabo una nueva jornada de reforestación de la Cañada Real Conquense, pero por
motivos ajenos a nosotros no fue así, pero como lo de quejarnos tampoco es una
cosa que vaya con nosotros es hora de ponernos manos a la obra de nuevo sin
esperar a nadie. De hecho, ya vamos tarde, muy tarde.
Hace ya más de 3 años iniciábamos un proyecto muy bonito: el
de restaurar el paisaje de nuestra mal tratada vía pecuaria a su paso por
Tomelloso con reforestaciones y Argamasilla de Alba con la retirada de
residuos. A este "carro" también se subieron las administraciones
locales a las que les pedimos apoyo. Por desgracia, este año poco se ha sabido
de ellos. Siempre nos viene bien el apoyo logístico que nos prestan y la
capacidad que tienen de movilizar a ciertos sectores a los que a nosotros nos
resulta más difícil llegar, pero en la medida de nuestras posibilidades podemos
apañarnos con nuestros escasos medios. Al menos contamos con los permisos de
Vías Pecuarias. Además, nos gusta implicar a la sociedad en general y que
todos, ciudadanos, administraciones y demás actores de la comunidad rememos
hacia un mismo fin: el de mejorar nuestros entornos.
Nosotros, sin embargo, no queremos abandonar este proyecto
porque creemos en él y además es necesario. No podemos seguir siendo pasivos
ante el grave deterioro que sufre nuestro planeta y, aunque nuestro ámbito de
actuación es muy limitado, cada acto cuenta. Decía Eduardo Galeano que
"mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden
cambiar el mundo".
Y como no podíamos esperar más, ARBA ha vuelto a ponerse
manos a la obra, como sabemos hacerlo, en silencio pero avanzando. Hemos
realizado una siembra con riego incluido de varios millares de bellotas ya
germinadas, algo que deberíamos haber hecho antes, pero mejor esto que
tirarlas. Intentaremos por todos los medios que al menos un 10% salgan
adelante.
Como siempre, hemos contado con un puñado de voluntarios, ya
arberos, entre los que se encuentran los chicos del proyecto Mi Casa: una vida
en comunidad. Nuestra labor va más allá de la conservación de nuestros entornos
naturales; nos gusta que estos chicos estén integrados en la comunidad, que
sean tratados como iguales que son y que tengan relación con todo el mundo.
Ellos nos demuestran no sólo su empuje en nuestras actividades sino también esa
enorme capacidad que tienen para integrarse con los demás.
El fin de semana próximo ARBA y los chicos del proyecto Mi
Casa: una vida en comunidad, visitaremos Ruidera, porque conocer nuestro
entorno nos ayuda a quererlo y nos lleva a cuidarlo. Además nos lo merecemos.
Y un deseo de cara al futuro. Esperamos que cuando las
nuevas corporaciones cojan el ritmo que da la experiencia, vuelvan a sumarse y
a apostar por estos proyectos porque...
“El trabajo en equipo es el secreto que hace que gente común
consiga resultados poco comunes” ( Ifeanyi Onuoha).
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Sábado, 21 de Diciembre del 2024
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