Con la desagradable impresión de sentirse el protagonista de “El show de Truman” o de vivir en una realidad paralela, el periodista acude este lunes al estudio de grabación del podcast “Plato combinado”. Avergonzado, he de confesar mi absoluto desconocimiento, hasta hace unos pocos días, de un espacio que en poco más de dos años ha llegado a los cuarenta programas y es esperado como agua de mayo por una legión de incondicionales. Por los micrófonos y las cámaras del celebrado podcast han pasado desde Caroline Culubret al alcalde de Tomelloso; desde Aitor “el del tractor” a Manuel Solana, o personajes tan conocidos como Chesy, Paula Úbeda, Jesús y Rocío Marquina. Alicia García, Mercedes González y Cristina Marín o Eljosemi.

“Plato combinado”, como tantas cosas que se hacen en Tomelloso y que hemos reseñado y seguiremos haciendo en La Voz, le da en los morros a quienes critican sistemáticamente la falta de iniciativa, de interés o de brillantez de la juventud. Por amor al arte, una cuadrilla de personas jóvenes elabora un producto de una calidad que ya quisieran muchos comunicadores profesionales. Dispuesto a redimir mi pecado de omisión, entrevisto al núcleo duro de “Plato Combinado”, Luis González, Manu Mangas y Raúl Tinajo. Pero como si de Hannibal Lecter se trataran y este cronista fuese Clarice Starling, le piden un quid pro quo. Pero eso es otra historia

—¿Cuándo empezó “Plato Combinado”?

LUIS GONZÁLEZ.- Empezamos en  noviembre de 2021…

TINAJO.- ¿Tanto ha pasado ya?

MANU MANGAS.- Yo llevo solo un año.

L.G.- Comenzamos Manu, un chico de Argamasilla, Tinajo y yo. Hicimos una primera temporada de diez episodios, que grabábamos solamente con los micros. Por distintas razones dejamos pasar el tiempo, pero la gente nos pedía más. Yo quería volver a hacer “Plato Combinado” y le dije a Manu Mangas, que es todo un crack, que se sumase al proyecto, y arrancamos la segunda temporada en febrero 2023.

—Y ahí ya aparecen los vídeos, ¿no es así?

L.G.- Eso es, en el primer programa de la segunda temporada estuvimos hablando de la salud mental, de la ansiedad, de la depresión, planteado como una entrevista a Manu. Fuimos haciendo programas nosotros tres, una especie de tertulia en la que hablábamos de lo que nos salíade las narices, de la teoría de Disney, de “El Show de Truman”, casualmente, de la inteligencia artificial…

—Hecho desde un matiz tomellosero, por lo que he podido documentarme…

L.G.- Siempre lo hemos hecho desde esa bacineria y ese humor que nos caracteriza, a Tomelloso, pero sobre todo a los de “Plato Combinado”. Nuestro humor es una mezcla entre cuñadismo y bacinería manchega.

—Tampoco tanto, cuñados, ma non troppo. No abordáis temas excesivamente rancios.

(Risas)

L.G.-Tocamos temas de actualidad y también surgió la idea de entrevistar a gente de Tomelloso y de alrededores. No solo de Tomelloso, gente que haga cosas. Además, si podemos llegar a más sitios y que se conozca lo que hay aquí, también nos gusta.

—Vuestra evolución ha sido geométrica. El podcast comenzó con medios precarios y ahora tenéis un despliegue que ya quisieran muchas emisoras, además contáis con una audiencia fiel, ¿cómo lo habéis logrado?

L.G.- Un punto de inflexión fue cuando entrevistamos a uno de nuestros cámaras, David Mansilla y se trajo a Josema Espinosa. Me propusieron grabar con cámaras profesionales el podcast que hasta entonces registrábamos con dos móviles y con gente que de manera altruista se ponía en la mesa de mezclas. Quiero dar las gracias a todas esas personas que nos ayudaban hasta la 1 de la madrigada a grabar “Plato Combinado”, Álvaro Corral entre ellos, que ha sido nuestro último técnico de sonido.

—Eso fue como el paso del Rubicón…

L.G.- Con esos mimbres arrancamos nuestra tercera temporada, también de diez episodios. Lo hacemos con las cámaras cachi piruli y en tour. Fuimos al Chesy, a la Terraza, a Marquinetti, al Triana, el Menphis… Fundamentalmente a los locales de nuestros patrocinadores. También estuvimos en el Zodiak, hicimos entrevistas a las personas a pie de calle, o a los artistas y nos los pasamos muy bien. Llevábamos un alcoholímetro, con el que hacíamos pruebas nos encontramos con gente muy alternativa. A partir de ahí nos llamaron de más sitios, la gente nos conocía mucho más, nos paraban por los bares a ver si les hacíamos una entrevista.

—Entiendo que los patrocinadores han sido importantes en esa evolución.

L.G.- El primero fue Julio Cepeda, amigo mío desde pequeño, que le gustaba mucho lo que hacíamos. Gracias a él tenemos este plató tan guay. Y la generosidad de Marquinetti, el Black, el Triana. Beat Wines, Epistore, Barabara, el Café de la Glorieta, Los Muchachos y Ámbar, nos permite invertir en calidad.

—¿Qué retorno recibís de los oyentes?

 L.G.- Muy bueno, la gente se lo pasa muy bien con el programa. En las estadísticas de Spotify me salía que para 54 personas “Plato Combinado” es el podcast más escuchado. Y en el mundo hay un montón de ellos. A medida que hemos ido aumentando de seguidores en Instagram, YouTube y TikTok, cada vez recibimos más el feedback positivo.

—¿Las nuevas tecnologías os han permitido desarrollar la utopía del periodismo ciudadano con “Plato Combinado”?

L.G.- Por supuesto, nosotros estamos aquí gracias a las nuevas tecnologías. Pero no nos podemos quedar solo ahí, hemos tenido que ir evolucionando en la parte técnica para contar con equipos que nos permitan ofrecer una calidad profesional.

—¿Os sorprende Tomelloso?

L.G.- No deja de sorprendernos la cantidad de personas que hay haciendo cosas dignas de destacar en Tomelloso. En nuestro último programa hablamos con Manu Solana, un artista que ha viajado por todo el mundo, pintando, y ha vivido un montón de aventuras propias de un libro de Mark Twain. Cada vez hay más gente haciendo cosas positivas, que enriquecen, que tiene mucha cultura y que aportan mucho para quienes vivimos aquí.

—¿Con qué os quedáis de estos tres años?

L.G.- Con toda la gente que ha hecho y hace posible “Plato Combinado”. Con David, Josema, Manu, Tinajo, Manu el de Argamasilla, con Adrei, con Hilario Martínez, Rober, Nico, Corral, Claudia…

—¿Y con qué programa?

L.G.- Te diría que todos… Pero hay algunos especiales como el que grabamos en Marquinetti con Jesús y Rocío. Incluso nos dejaron hacer una pizza, de la que pronto tendremos noticias.

M.M.- Yo me quedo con la entrevista a Jesusete Serra y Vicente Lara, de Argamasilla. Fue muy buena. Pero, vamos, no sabría elegir.

T.- Más que con el programa o con algún episodio en concreto, con lo que me quedo verdaderamente es cuando vas por la calle tranquilamente y la gente te para preguntar por el siguiente episodio o decirte lo bien que lo tenemos montado. Da gusto que te elogien.

L.G.- Mi momento primer fue cuando fui a ver un partido de baloncesto de mi hermano y unos niños de diez u once años me pidieron que me hiciese una foto con ellos.

—Presumís de bacinerias pero nos está saliendo una entrevista muy comedida…

L.G.- Es que me ha dicho mi padre que diga cosas buenas y no sea bacín.

(Risas)

M.M.- Grabando el podcast es que hay un momento en el que se te olvida que hay una cámara delante y te sueltas más.

T.- Yo soy muy reservado, cuando empezamos me entran sudores y temblores… Pero una vez que arranco no paro. Es muy complicado remediar mi miedo escénico, pero lo intento. También quería decir algo que no ha mencionado Luis, nuestro objetivo, después de que ya somos conocidos en Tomelloso, es que “Plato Combinado” lo sea también fuera.

—¿No os da miedo perder vuestra esencia tomellosera si tenéis que adaptar el programa a la gente de fuera?

T.- Yo creo que sería al revés, al no entender nuestros “tecnicismos”, le tienen que dar vueltas a la cabeza… Y ahí es donde los enganchamos.

—¿Os habéis encontrado con alguna dificultad o negativa a la hora de entrevistar a alguien?

L.G.- Aunque las chicas se quejen de que mayoritariamente entrevistamos a hombres, ellas son más reticentes a venir al programa. Aunque hemos entrevistado a Caroline Culubret, Carmen Pitu, a Paula Úbeda, Alicia García, a Mercedes González y Cristina Marín, a Amaya, que será la siguiente entrevistada.

T.- Por otro lado, nos cuidamos mucho de no ofender con nuestras bromas a ningún colectivo, ni a nadie.

M.M.- Como hemos dicho antes, hacemos un cuñadismo, pero no rancio, no pretendemos meternos con nadie. Es humor.

Acabamos la charla hablando sobre los límites del humor y la ofensa.