Más que difícil es imposible hablar brevemente con Rocío
Torres sobre la Biblioteca Municipal de Tomelloso. Mantiene intacta, a pesar de
llevar desde hace unos cuantos meses en la reserva, su pasión por una
institución de la que ha sido la verdadera transformadora. Vehemente, es un
ciclón cuando se trata de hablar del oficio al que ha dedicado toda su vida
laboral, Rocío Torres, considera que uno de los hitos destacables de su paso
por la biblioteca fue la creación de las jornadas de animación a la lectura para
jóvenes y adolescentes.
En octubre de 1981 comenzó a dirigir la Biblioteca y Casa de
la Cultura, “después de una etapa en la que la plaza quedo vacante y una
persona inigualable como fue Flora López Cano estuvo al frente”. Se jubiló en
el verano de 2022, nada menos que cuarenta años y nueve meses. Infatigable
luchadora por la igualdad, tuvo claro que tenía que incorporar al catálogo de
la Biblioteca “libros que supusieran un apoyo a la lucha por la igualdad de la
mujer. Libros que reivindicasen la igualdad social, laboral, cultural,
económica… humana en general. La mujer sigue estando necesitada del apoyo de la
sociedad, todavía quedan muchos escollos que limar”. Con el apoyo de la Junta,
apunta, existen las estanterías violetas, también para los más pequeños.
—El primero que estuvo en su puesto fue Francisco García
Pavón, nada menos…
—Aquello fue una responsabilidad muy grande. Yo lo conocía
porque era familiar mío, poco a poco me fui dando cuenta de la importancia de
la figura literaria tan inmensa que teníamos en Tomelloso. Hablé con él cuando
obtuve la plaza para decirle que iba a ocupar su puesto; se alegró mucho y me
estuvo dando algunos consejos.
—¿Nos puede contar alguno?
—El primero fue que trabajase mucho para que la gente fuese
a la biblioteca. Aunque existía desde los años 50 no estaba tan vinculada a la
sociedad. Me aconsejó que hiciese muchos actos para que el público se sintiera
atraído y así conociera el servicio de préstamo de libros. Y, además, que
invitase personalmente a todo el mundo.
—Alguna vez nos refirió alguno muy agudo y certero…
—Con respecto a la organización de los actos, Pavón defendía
que fuesen muy dinámicos. Que se tratasen temas interesantes, pero de forma
breve ya que si no es así “el público mueve el culo porque el acto no le mueve
el corazón”.
—En su época la Biblioteca de Tomelloso ha experimentado
muchos cambios, ¿no es así?
—He tenido la suerte de vivir una época histórica que ahora,
desde la atalaya de mi jubilación soy consciente. Con la distancia que da el
retiro veo las cosas desde arriba, como con un dron, y percibo la importancia
que hemos tenido una generación, de mujeres sobre todo, que nos incorporamos a
dirigir varias bibliotecas de la provincia en la década de los 80. Hemos vivido
una evolución y una revolución de las bibliotecas, tremenda.
—¿Y en que ha consistido esa revolución?
—Lo primero, poner a la biblioteca en la sociedad, llevándola a primera línea. Con una lucha feroz con la administración por un lado y con el público, que no estaba acostumbrado a ir a la biblioteca, por otro. Además, nos ha tocado vivir la revolución tecnológica, hemos tenido que informatizar los servicios e introducir, además del libro y las revistas, otros soportes como el cine, la música, los CD. Todo eso ha supuesto que el público, con un carnet gratuito, pueda disponer y llevarse a casa medios inimaginables.
—¿Está contenta a toro pasado de su trabajo?
—Por supuesto. Nuestro trabajo se multiplico
exponencialmente, con el mismo personal. Además de la atención al público y la
selección y adquisición de material, además del trabajo técnico, hubo que unir
todos estos soportes que había catalogar, ofrecer y prestar. Estoy muy
contenta, vivir esa experiencia ha sido muy gratificante.
—La Biblioteca de Tomelloso ha sido un elemento
fundamental para la creación de lo que ahora se conoce como la Atenas de La
Mancha.
—Me siento muy orgullosa de haber contribuido con mi equipo,
formado fundamentalmente por mujeres, a que ese movimiento cultural de
Tomelloso haya fructificado. Hemos traído escritores buenísimos a los que el
público se ha podido acercar. Algo que ha servido de estímulo para quienes
tienen la semilla de querer escribir, ha surgido una generación de escritores
que no para de crecer.
—Y a los que usted les ha dado voz…
—La Biblioteca ha sido el altavoz de muchos ya que entre sus
prioridades estaba el de ser el escaparate donde presentar las obras de los
escritores de Tomelloso.
—Usted fue de las primeras mujeres que tuvo un puesto
directivo en la estructura del Ayuntamiento, ¿qué supuso ese hito?
—También fue una revolución, pero tampoco fui consciente
cuando pasó. Me presenté al examen para la plaza sin complejos y tuve la suerte
de conseguirla. Me fui dando cuenta de lo importante que fue aquello cuando vi
como reaccionaba la gente. Y es que, mujeres jóvenes en cargos directivos, por
desgracia, no había en aquellos años. Cuadernos Manchegos, que dirigía y
editaba Francisco Rosado, entregaba unos premios con carácter nacional.
Recuerdo que galardonó a Antonio de Senillosa y a varios hombres importantes
más, y a mí como la mujer más joven en un puesto importante a nivel municipal.
Me hizo ilusión, pero vi extraño estar rodeada de hombres, todavía la mujer
lamentablemente no estaba reconocida.
—¿El hecho de ser mujer le ha supuesto alguna cortapisa a
la hora de llevar a cabo su trabajo?
—He luchado siempre por la igualdad y me he sentido con
mucha fuerza como ser humano. Pero sí creo que a nivel de sueldo, todavía hay
una brecha enorme, me he sentido discriminada en ese aspecto. Con la distancia,
creo que si en mí lugar hubiese entrado un hombre habría tenido un sueldo más
alto.
—¿La cultura y la lectura son herramientas para la
igualdad?
—Por supuesto, sin cultura no hay libertad. La única manera
de crecer como ser humano es a través de la educación y la cultura, dos armas
que van de la mano. Por eso, he tenido siempre claro que era necesario
colaborar con los centros escolares que han sido unos aliados maravillosos.
—¿Hay más lectoras o lectores en Tomelloso?
—En ese aspecto, como en otros muchos, las mujeres llevamos
las de ganar. No ya en Tomelloso, sino a nivel general, las mujeres somos más
lectoras. Aunque también hay un importante número de hombres que leen. Para
ello ha sido fundamental el empeño que hemos tenido siempre en fomentar la
lectura en los más pequeños, a través de la biblioteca infantil. Hay que hacer
la cantera desde muy pequeños, para que crezcamos con esa maravilla que es la
literatura.
—¿Hay diferencia entre la literatura masculina y femenina?
—No, no creo que exista. He formado parte del jurado de la
Fiesta de las Letras y nunca hemos podido saber, hasta que se abría la plica,
si el autor era hombre o mujer. De hecho, hemos tenido más de una sorpresa en
ese sentido. Considero que un escritor o escritora es bueno, independiente de
su género. Creo que hay literatura buena o mala.
—En todo este tiempo han pasado por la biblioteca
infinidad de escritores conocidos….
—Una de las experiencias más bonitas que he tenido en todo este tiempo la pusimos en marcha un grupo de mujeres que hemos estado al frente de muchas bibliotecas de la provincia. Ha sido fundamental en mi carrera conocerlas, han dirigido las bibliotecas de Manzanares, Daimiel, La Solana, Daimiel, Villarta de San Juan, Santa Cruz de Mudela, Calzada de Calatrava, Carrizosa y otros muchos pueblos… Y no lo digo yo, lo ha dicho un escritor de tanto renombre como Pedro Antonio González Moreno. Escribió que habíamos sido la mejor generación de los últimos 50 años.
—Hablábamos de los escritores famosos…
—Entre todas creamos unas jornadas de animación a la lectura
para los adolescentes y jóvenes. Incluyendo obras de autores contemporáneos
vivos para que pudiesen venir y conocerlos. Llegamos a las primeras figuras de
la literatura, como Rosa Montero, Fernando Sánchez Dragó, Javier Marías, que
entonces despuntaba, José Luis Sampedro, que fue nombrado académico entonces o
Eleuterio Sánchez, el Lute. Loquillo habló de la importancia de las letras de
sus canciones. También han venido muchos autores famosos a presentar sus libros
cuando los editaban como Marta Robles, Carmen Posadas, María Teresa Álvarez,
Rosa Rivas, Rosa Regás… Hemos traído a gente muy buena a la biblioteca.
—Y los famosos autores nacidos en Tomelloso…
—Félix Grande, Eladio Cabañero y Francisco García Pavón no
faltaban a la Biblioteca de su pueblo. Estaba, además, muy en contacto con
ellos ya que formaban parte del jurado de la Fiesta de las Letras. Uno de los
momentos más emotivos que he vivido fue en el décimo aniversario de la muerte
de Eladio Cabañero, en un acto en el instituto de su nombre con Dionisio Cañas,
Félix Grande y su mujer, Paca Aguirre.
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