Debido a su adornamiento, hemos logrado crear y decorar a nuestro propio convencimiento, en el cual todo lo hemos comprendido.  Es necesario considerar el primer pensamiento, en el cual se sugiere que sea el más apropiado o no.  No tiene ningún sentido en cuanto a la excelencia, ya que suele no serlo, sino más bien a la práctica. Si uno lleva a cabo la primera acción y no espera la aparición de una segunda o más opciones, puede presentarse una situación de error o equivocación.

Al tomar una decisión, uno se desplaza al asunto y, en un estado de meditación, toma una determinación. Si esta se torna contra uno, no se trata de si el tiempo otorga la razón a la primera que es intuitiva, sino de la experiencia. Ahora sabemos que hizo mal dando al tiempo un espacio a que su rencor destrozara a dentelladas el primer comienzo que se le ocurrió. El presente se encuentra en nosotros, con el propósito de transformarnos en nosotros mismos antes de que surja una nueva idea. Si las ideas se lograran con éxito, siempre y cuando se almacenarán los objetivos alcanzados, nos olvidaríamos de tener que volver a reflexionar…  Qué difícil es volver al pensamiento.