Desde hace años cultivo una independencia, que no tiene que ver con la soledad, de mi vida ni tampoco siento perjuicio frente a una relación, como una mujer que vive sola… parece mentira que sigamos teniendo que recordar, que el no tener una relación estable, es estar viviendo solo, soltero o es sinónimo de estar pasando por un mal momento, aun así, ahí hay quien se empeña en proyectar, ciertas cosas en vidas ajenas, que están llenas de riquezas, para la decisión de una misma.

En fin, hoy ejecuté una nueva forma de autoridad, yo no seré la mujer con prisa, que se ha ido a comprar con un mínimo de cosas bonitas y sanas y coloridas, deliciosas que prepararse, con esmero siendo consciente siempre de la limitación que supone, mi condición física de haber nacido en un estado de incapacidad de mis piernas. Al volver a casa, mientras preparaba una ensalada, y un poco de comida sonaba buena música en la cocina, me he puesto a pensar en lo fácil, que es olvidar los gestos que no nos hacen felices, en pro de preocupaciones que en ocasiones ni siquiera son propias, seme ocurrieron nuevas formas de cuidarme, y ninguna tenía que ver con mi peso, y condición física. Tal vez debemos cumplir años para ser efectivos, con nuestro amor propio.

Es posible que los años sean los que sugieren que sencillamente existen actividades con una relevancia muy relevante. Pero así aprendí a cuidarme de mis posiciones, voy a escribir aquí, solo por el placer de querer compartir unas sencillas palabras… como siempre debí y pensé en hacerlo.