El documento, conocido como 'Declaración de Talavera', fue adoptada durante la LXXXIII Asamblea General de la FAPE celebrada en la ciudad toledana, reclama a los grupos políticos que protejan ese derecho constitucional y no fomenten la difusión de mentiras y bulos mediante el uso perverso de las redes sociales y las presiones a los medios y los periodistas. Además, urge a los medios a no dejarse influir por la polarización y a comprometerse con la veracidad de las noticias.

La Federación de Periodistas condena las prácticas que amenazan el libre ejercicio de la profesión, como los señalamientos, el acoso online, y la exclusión de periodistas de eventos públicos, entre otros. Subraya la importancia de que los periodistas adhieran a los principios éticos y deontológicos, evitando la difusión de información no verificada y manteniendo una postura crítica e independiente frente a los gobernantes.

La organización también aborda la creciente precariedad laboral en el sector, señalando que debilita la independencia necesaria en el periodismo. Resalta la necesidad de incluir la alfabetización mediática en los planes de estudio para fortalecer el entendimiento y la evaluación crítica de los medios de comunicación.

Finalmente, la FAPE anima a reportar cualquier conducta inapropiada de los medios a la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo, fortaleciendo así el marco ético que debe regir la profesión.