La pregonera, ligada a la agricultura por lazos familiares, su trabajo de administrativa en la Cuas Mancha Occidental II, su presencia en el Consejo Rector de la Cooperativa Virgen de las Viñas o la titularidad de una explotación, ha ofrecido un pregón de múltiples caras que ha dedicado a los agricultores y en especial a la figura de Gregorio Moreno González, guarda rural que le prestó una valiosa ayuda en sus inicios profesionales. Ha recordado también a otros guardas  como Ángel y Basilio, también del que fuera alcalde, Ramón González, por su decidido impulso a la creación de la hermandad y a Agustín Apio Cobo.

Lomas ha ofrecido una documentada semblanza de San Isidro. “Buscó siempre la Justicia y la Verdad para que todos pudieran vivir del sudor de su frente”, repasando sus acciones a favor de los más necesitados y milagros, alguno de ellos relacionados con el agua que ha sido un eje importante en su pregón. Ha elogiado a los agricultores, “hombres que, en otro tiempos, no tenían estudios, pero sabían un poco de todo. Sus conocimientos se pueden vincular a más de una carrera universitaria”,

En otro pasaje de su pregón, Lomas ha recordado que “todos dependemos del campo” y ha admirado esa ilusión y tesón con que los agricultores realizan su trabajo. También ha evocado recuerdos de su abuelo, uno de los agricultores de la familia y esos valores de cultura y tradión que le supo transmitir. “En mi trabajo tengo el privilegio de hablar todos los días con los agricultores, me cuentan sus  problemas e inquietudes, pero me contagian la pasión que sienten por su trabajo”.

Mari Carmen Lomas ha pedido más y mejores infraestructuras que permitan aprovechar el agua tan necesaria en el sector. “El agua da la vida y los agricultores han realizado un gran esfuerzo para aprovecharla de manera eficiente”. Al final ha lanzado varias peticiones a San Isidro, algunas de ellas relacionadas también con el agua y reivindicando la importancia de las nuevas generaciones en el sector agrario.  El pregón ha sido despedido con grandes aplausos, los mismos que ha cosechado también la Labradora, 2024, Tomasa Paraíso Serrano, una mujer a la que sus amor a la agricultura, el cultivo de la uva y la devoción a San Isidro, le han hecho merecedora de este reconocimiento.