Miguel Ángel Ramírez (Tomelloso, 1977) lleva ya 17 años en el mundo del toreo. Una trayectoria cuajada de buen hacer para este banderillero que antes probó en el fútbol y que todavía quiere alcanzar retos importantes en un arte complicado y exigente donde los haya. Torea en la cuadrilla de Cristián Pérez, un matador de Albacete, enfrascado en los festejos de la Copa Chenel, certamen que organiza la Comunidad de Madrid y en el que han alcanzado en semifinales. También está con el novillero sevillano, Manolo Vázquez, el último exponente de una gran dinastía de toreros, y con el torero de Alcázar de San Juan, Aarón Infantes. Puntualmente, ha acompañado a grandes figuras como César Jiménez o Jesulín de Ubrique.
Con Miguel Ángel hemos quedado en la puerta principal del coso tomellosero. El sol empieza a esconderse detrás de los edificios de la calle Don Víctor y las sombras ganan terreno, pero ya se siente el calor de un verano que llama a la puerta. Miguel Ángel llega puntual, impecable con un polo rosa fusia y pantalón vaquero, pero sobre todo con esa sonrisa y buen talante que siempre le acompañan.
-¿Cómo fueron sus inicios en el mundo de la tauromaquia?
-Los toros me atrajeron desde pequeño, pero en Tomelloso no había entonces toreros o alguien cercano que me pudiera introducir en el mundillo. Con 14 o 15 años me metí en los toriles de la plaza, enchiquerando las corridas con Apolonio, el torilero de toda la vida. Y posteriormente, como me gustaba tanto Morante, empecé a acercarme a su cuadrilla y ahí fue donde di el paso de ser banderillero en el 2007. A la edad que tenía ya no me podía plantear ser novillero. Contacté con Angelín, un profesor de la Escuela de Ciudad Real que tenía mucho prestigio y fue una persona que me ayudó mucho.
-Cuando echa una mirada atrás ¿qué sensación le queda sobre el camino andado?
-Son ya 18 temporadas y muchas veces no termino de creérmelo. Antes fui aficionado y fui a muchos sitios a ver toros y ahora me veo vestido de luces en esos patios de cuadrillas…pues imaginaros. He toreado con todas las figuras menos con Roca Rey y El Juli. Jamás pensaba que podría llegar a donde he llegado y conseguir ese respeto de los profesionales.
-Dice que eligió ser banderillero por la edad…
-Sí claro. Siendo aficionado estuve dos temporadas siguiendo a la cuadrilla de Morante en todos los festejos , llegué a ser casi como de la familia de ellos y me fueron animando a que diera ese paso.
-Ese riesgo inherente que conlleva ser banderillero ¿Cómo lo procesa usted y su entorno más cercano?
-Cuando uno se va cuajando y se pone delante de los toros con más seguridad, más que el miedo aprieta la responsabilidad de hacerlo bien. Al fin y al cabo, quieres que el matador e esté contento contigo. En mi responsabilidad también entra apuntillar los dos toros y ese momento tiene su importancia porque puede decantar o no el triunfo del matador. No hay que fallar en esa labor.
-Cuando pone bien las banderillas y tiene que saludar es un momento dulce…
-Ese es el premio y la satisfacción que te llevas. Pero ya no solo el hecho de poner bien las banderillas, también cuando el matador corta orejas el triunfo es de toda la cuadrilla y lo disfrutas mucho.
-¿Cuesta asumir ese segundo plano en el que están los subalternos y banderilleros?
-Esto ha cambiado un poco. Los banderilleros tenemos claro que trabajamos para el matador, aunque en un momento dado si el toro lo permite y el matador te deja, puedes lucirte. Pero no hay que olvidar nunca que el que tiene que triunfar es el matador.
-Ser banderillero requiere tener una condición física importante ¿cuánto tiempo dedica a entrenar?
-Como lo compagino con mi trabajo, exige mucho sacrificio. En invierno voy al campo todo lo que puedo para tener ese contacto tan necesario con los animales. Físicamente me preparo también bien con carrera continua y cambios de ritmo porque lo nuestro es muy explosivo. Y luego hay que entrenar con el capote, banderillear en el carro de banderillas…todo lo que haga falta para ponerse después delante del toro con las mayores garantías. Me he puesto delante de hierros importantes: Miura, Vitorino, José Escolar, Daniel Ruiz, Samuel Flores…en fin la mayoría de los hierros duros.
-¿Existen también distintos estilos a la hora de banderillear un toro?
-Sí, sobre todo por la manera de andarle al toro y el momento de reunirte con él. Los banderilleros valencianos tienen un modo muy particular. Yo intento banderillear puro y no aliviarme casi nunca, aunque a veces lo veas demasiado cerca. Y muchas veces prefieres no desmonterarte si no quedas contento con el par de banderillas que has puesto, además no todos los toros te ofrecen las mismas posibilidades de hacer las cosas como quieres.
-¿Cómo está siendo la temporada para usted?
-Estoy contento. Llevo quince festejos esta temporada. Empecé en marzo y prácticamente he actuado todos los fines de semana. El próximo no tengo nada, pero al siguiente tenemos la Copa Chenel, después iremos a Sevilla y más adelante torearé en Ciudad Real en un festival que reunirá a todos los matadores de la provincia. Estaré con Fernando Tendero y la verdad es que me hace mucha ilusión.
-¿Qué meta le haría más ilusión alcanzar en el toreo?
-Sería bonito estar con un torero que esté en las grandes ferias, pero es complicado porque estamos muchos, hay compañeros muy bien preparados y siempre hace falta esa poquita suerte. Pero el sueño es siempre torear con una gran figura.
-¿Qué referencias o modelos tiene?
-Para mí una referencia clara es Luis Blázquez. He tenido una buena relación con él y me ha dado muy buenos consejos. Carretero, que se acaba de jubilar ahora, también ha sido un grandísimo banderillero y otro es Jorge Fuentes que entreno todos los días con él. Es uno de los mejores capoteros que hay ahora mismo
-Tomelloso bien representado a hora mismo en la fiesta nacional ¿no cree?
-Es cierto. Está Antonio que ha conseguido llegar a ser matador a base de trabajo y lucha, nadie le ha regalado nada. Está también Peronita que está empezando y tiene mucha ilusión, y luego están José Ángel y su hermano. Este mundo es complicado, pero mientras haya ilusión y ganas se debe intentar con todas las fuerzas.
-¿Suele practicar rituales antes de iniciar un festejo?
-Desde el primer día que toreé llevo mi capilla. Me gusta rezar y tener ese momento de recogimiento. Cada uno tiene sus costumbres. Yo nada más terminar, llamo a mi mujer y también a mis padres. Mi madre suele decir que está más tranquila cuando me ve que cuando no lo hace. No soportar estar en casa sin saber lo que pasa.
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Viernes, 22 de Noviembre del 2024
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