Los primeros tebeos editados en la retaguardia de la España nacional fueron el falangista Flechas, cuyo primer número se publicó el día 5 de noviembre de 1936, en Zaragoza, en los talleres del periódico diario Amanecer y el carlista Pelayos, que inició su publicación en San Sebastián el 27 de diciembre de 1936.

“Flecha” hacía referencia a la denominación que recibían los niños pertenecientes a las Organizaciones Juveniles de Falange Española, y “Pelayo” a la que recibían los niños de corta edad alistados al partido carlista.

Tenía inicialmente Flechas ocho páginas, que en el número 3 aumentaron a doce, dedicándose cuatro de ellas, en mejor papel e impresas en dos tintas, a portadas, y se vendía a 15 céntimos. Además de la revista Flechas editada en Aragón, un Flechas, de Sevilla, comenzó a publicarse el día 3 de enero de 1937; poco después apareció Flechas, de Palma de Mallorca, el 7 de febrero de 1937, y finalmente, la revista infantil Un… Dos…, que comenzó a editar Falange Española de Cádiz el 7 de febrero de 1937, con el subtítulo «Semanario infantil de los ‘Flechas’ de Cádiz».^[1]

Se decidió refundir las varias revistas infantiles falangistas por una sola, que llegase a todos los puntos y a todos los niños de la España nacional, lo que se concretó el día 23 de enero de 1937 con la publicación de la revista Flecha, sin “s”, que comenzó a editarse en San Sebastián.

Colaboraron con esta publicación Castanys, Canellas Casals, María Claret, Emilia Cotarelo, Aróztegui, Serra Massana, Ojeda y, como escritor de textos y eventual guionista, el que luego sería director de La Codorniz y novelista, Ávaro de Laiglesia.

Tras el Decreto de unificación de 20 de abril de 1937, creando el  nuevo partido único con el nombre de Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS), en 1938, cesaron ambas publicaciones, carlista y falangista, y, el 11 de diciembre de 1938, aparecía el primer número de Flechas y Pelayos, Semanario Nacional Infantil  cuyo último número se publicó el 29 de junio de 1949 y cuyo director fue Fray Justo Pérez de Urbel, futuro abad mitrado del Valle de los Caídos. 

                        

FLECHA (1937, JNPP) N.º 1 · 23-I-1937                                  

FLECHA (1937, JNPP) N.º 2 · 30-I-1937 ·

Toda esta introducción resulta oportuna para traer a colación los siguientes anuncios que encontramos en El Adelanto: Diario político de Salamanca: Año 53 Número 16181 - 1937 enero 26. p. 4, y Número 16186 - 1937 enero 31, p. 4, correspondientes a los dos primeros números de la nueva revista cuyas portadas reproducimos.

En dicho anuncio, como primer motivo de atracción del semanario, aparecían “las célebres historietas de Paco el tuerto, el odioso, natural de Tomelloso”

 ¿Qué le había hecho Tomelloso a Falange para que eligiera en sus aventuras destinadas a los niños a un personaje patibulario, tuerto, odioso y natural, precisamente, de Tomelloso?

Indagando, encontramos que se ha dicho^[2] que por haber sido Tomelloso “el  teatro de un intento revolucionario de colectivización obrera de las bodegas que ahí se encontraban” fue elegido el personaje de “Paco el tuerto, el odioso natural de Tomelloso”, un deforme  miliciano republicano donde los haya, corto de luces y sin escrúpulos, como protagonista de varias historietas de la revista infantil semanal, Flecha. Y parece ser que lo más llamativo de la revista fue la serie de aventuras, realizadas en estilo de dibujo jocoserio y con breves textos en verso pareado al pie de las viñetas, y en especial «El flecha llamado Edmundo vence siempre a todo el mundo», de la que era autor el arquitecto madrileño, y director artístico de la revista, Aróztegui. (Avelino Aróztegui y Bastoure, Madrid, 12/2/1907-28/1986), luego subdirector de “Flechas y Pelayos.”

 

                         

Caricatura de Aróztegui publicada en Flecha.

 

  El protagonista de las historietas, Edmundo, era un flecha que por lo que hace y sobre todo por lo que dice, parece dispuesto a ganar la guerra él solo, al que “el dibujante  opuso al miliciano rojo Paco ‘El Tuerto’, clásico perdedor que encarnaba toda la bajeza y miseria achacadas una y otra vez, número tras número de la revista, a los republicanos. Las aventuras de este dueto se convertían así en una especie de obra bufa en la que la guerra civil no pasaba de ser el reñidero donde ambos personajes simbólicos se enfrentaban semana tras semana.”^[3]

Como muestra, transcribimos estos pareados de una de las aventuras bajo las viñetas:

“1.– Es Paco el Tuerto el «odioso» / natural de Tomelloso.

2.– Oye hablar de Edmundo un día/ y en vascuence se confía.

3.– Se reúne con bandidos/ sus hermanos más queridos.

4.- Y así en la esquina apostado/ le espera muy confiado.

5.– Pero Edmundo ya está alerta/ mirando desde la puerta.

6.– Paco a Edmundo ve mirarlo/ y piensa en asesinarlo.

7.– La idea surge por fin/ saliendo de su magín.

8.– Y salió por la ventana/ a la tapia más cercana.

9.– Edmundo tragando quina/dobla rápido la esquina.

10.- Monta a caballo y a prisa/ a Falange va y avisa.

11.– Entretanto Paco espera/al acecho como fiera.

12.- Y Paco el Tuerto seguía/ ajeno a lo que acontecía. (sic)

13.– Edmundo y sus camaradas/piensan asarle a patadas.

14.- Y ciego por la emoción/se da un fuerte tropezón.

15.– El ruido Paco advierte/pero poco le divierte.

16.– Y huyendo desesperados/se confiesan fracasados.”

Tal vez el lector se pregunte también, por la intencionalidad mía al publicar esto. ¿De crítica política de uno u otro bando? En absoluto. No tiene otra intención que la de ser un capítulo más de la serie de “Tomelloso en…” que he venido dando a conocer respecto de las apariciones de Tomelloso en periódicos humorísticos o serios, en obras de escritores, políticos o personajes conocidos.

Vale.